Es por el duro impacto que el aumento de los autos generó en los boletos de pago de este año, y la intensa protesta que los montos generaron en los contribuyentes. Analizan cambios en el impuesto para aliviar el golpe.
El gobierno analiza "aliviar" el Impuesto Automotor
El gobernador Rodolfo Suarez y el ministro de Haciendo Lisandro Nieri analizan aplicar cambios de urgencia en el Impuesto Automotor, luego del "control de daños" social y político que hizo el gobierno una vez difundidos los boletos de pago de este año, que llegaron a las casillas de ATM de los contribuyentes mendocinos con subas que en algunos casos superaron el 180 % respecto de lo que habían pagado el año pasado. Es decir, con aumentos de hasta cinco veces la inflación oficial del año de la pandemia, 2020.
El efecto "impuestazo" no es por el aumento del tributo en sí, cuya alícuota es igual a la de 2020, sino por el desmesurado aumento de precio de los automóviles en medio de un desquicio económico. En algunos casos, con incrementos de más del 180 %. Sobre todo, en los 0 KM que siguen pagando -cada en mayor cantidad de modelos- el famoso "impuesto a los autos de lujo" actualizado el año pasado para vehículos a partir de los 2.250.000 pesos. El impacto les hizo subir el precio final del 20 al 50 %. Sin embargo, una enorme cantidad de marcas y modelos registrados por debajo del millón de pesos, usados, han subido a más del doble en un año, arrastrados por el dólar blue que el 2 de enero del año pasado cotizaba a 77 pesos, y ayer anduvo por los 153 pesos por cada unidad "verde".
El impacto de estas variaciones en el Impuesto Automotor que se paga en la provincia fue mortal. La "patente", como se conoce popularmente este tributo, se calcula sobre la base de la valuación de los autos que publica la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad del Automotor para vehículos a partir de 2010 en tiempo real. Así, y vaya un ejemplo, un automóvil Peugeot 408 modelo 2017, sedán, cuatro puertas y motor 2.0 que estaba valuado al 1 de enero de 2020 en 620.000 pesos, este año llega a los 1.108.900 pesos de valor fiscal. Ese auto pagó en Mendoza el año pasado un impuesto automotor de 18.600 pesos en el año. Este año, el boleto le llegó por $ 33.267. Ese usuario, como muchos otros, ha puesto el grito en el cielo.
El problema de fondo es la inflación, y las enormes distorsiones que vive la Argentina y que hace que los vehículos usados hayan subido desmesuradamente de precio en un año. "Es así, por el dólar, y por la expectativa. Ninguno de nosotros quiere perder" contó un vendedor a este diario. Las subas de un año han superado en muchos casos el doble del valor del vehículo en 2020. Y el impacto en el Impuesto Automotor mendocino ha sido feroz.
Ayer durante todo el día el gobierno hizo interconsultas entre sus ministros, el gobernador, pero también con los intendentes. El común de la gente no lo sabe, pero en conjunto las comunas de Mendoza se llevan a sus arcas el 70 % de la recaudación por el Impuesto Automotor. Por lo que cualquier modificación que el gobierno haga ahora, con muchos de sus propios votantes prendidos fuego de enojo, impactaría en los recursos de los intendentes.
El gobierno ha presupuestado para este año ingresos de origen provincial por unos 85.100 millones de pesos, en números redondos. El impuesto automotor representa sólo una parte de ese total, donde lo que más pesa son impuestos distorsivos como Ingresos Brutos y Sellos. El impuesto automotor recaudaría este año 5.740 millones de pesos de acuerdo al presupuesto provincial vigente. Es decir, hablamos del 6,7 % de la recaudación local. De ese monto, 4.018 millones de pesos van a los municipios. El problema es financiero, pero también es político. En Mendoza hay registrados 950.000 autos. La mayoría están radicados en la Ciudad de Mendoza, Godoy Cruz, Luján y Guaymallén, donde el oficialismo de Cambia Mendoza ya ha ganado una decena de elecciones consecutivas contando las primarias de cada turno, y donde ha sustentado el triunfo de dos gobernaciones, la de Alfredo Cornejo y la de Rodolfo Suarez. La combinación de inflación, dólar, valuación oficial de hasta más del doble del valor en 2020 para decenas de modelos de autos, le han pegado al oficialismo mendocino un tiro en el pie. Ayer, los llamados a "cacerolear" y la recolección de firmas contra el patentazo corrían como el agua de la canilla en los barrios privados del Gran Mendoza, el centro, la Quinta Sección, Bombal, Bancario, Arizu, Chacras de Coria, entre muchos otros. Es decir, donde habita gran parte de la clientela electoral del oficialismo. En paralelo, una petición creada en Change.org para retroceder con el impuesto ya superó las 68.000 firmas.
Más de este tema: La oposición pide suspender el aumento del impuesto automotor
Ayer durante todo el día el gobierno se dedicó a medir la repercusión de este "impuestazo" y analizar variantes. La oposición pidió que se aplique la marcha atrás al impuesto y se retrotraiga a valores de 2020, de acuerdo a un proyecto de resolución del diputado Mario Vadillo (Ex Protectora, ahora Ciudadanos por Mendoza) al que se sumó alegremente el peronismo. La contradicción del PJ es fuerte. No se puede festejar el impuesto a la riqueza a nivel nacional, y militarlo, y quejarse aquí de un impuesto patrimonial como el automotor, que en definitiva tiene cierta escalabilidad y progresión de la mano del precio de los autos.
Igual, el sacudón de los contribuyentes mendocinos al gobierno en redes sociales, foros de los medios y participación en radios, fue muy fuerte. El vencimiento de la primera cuota del automotor opera antes de fin de mes, y muchos tendrán que desembolsar el doble de lo previsto. El impacto fue inoportuno. El año arrancó con cuatro subas de combustibles, descongelamiento de créditos UVA, subas de alimentos que empujaron la inflación cerca del 4 % (la oficial se conocerá el 11 de este mes, y la consultora de Orlando Ferreras la ubicó en el 3,6 %), aumento del boleto, indumentaria, servicios. El conjunto de subas de casi todo lo que se usa o consume ha generado tal nivel de angustia en la población, que la aplicación del Impuesto Automotor terminó catalizando el enojo.
Anoche, fuentes del gobierno admitieron que el gobernador Rodolfo Suarez pidió a sus ministros que analicen la forma de amortiguar este impuesto. Algo que los intendentes consultados por los funcionarios resistían ayer por la tarde porque les podría afectar las cuentas. "Hay que bancar" era el mensaje. El ministro de Hacienda Lisandro Nieri, que ve el presupuesto completo y las dificultades financieras de Mendoza en su total dimensión, está encargado de recabar las consultas entre intendentes y funcionarios, y acordó con Suarez una revisión, aunque originalmente el ministro sería de la idea de soportar el impuesto. Algo que por estas horas parece difícil porque el impacto en el bolsillo de la mayoría de los contribuyentes es notable. Es cierto que hay vehículos que ya no pagan, que los de los años 2009 y anteriores recibieron un aumento del 29 % (la inflación "dibujada" en el presupuesto nacional) porque sus valuaciones ya no figuran en la DNRPA, del mismo modo que alguien que tiene una camioneta que hace un año costaba un millón y medio de pesos y que ahora cuesta más de tres millones, debe pagar casi 100.000 pesos de Impuesto Automotor. Los vehículos que recibieron un aumento del 29 % en su impuesto fabricados y patentados hasta 2009 inclusive implican un 65 % del parque automotor de la provincia, según fuentes de la ATM. El "impuestazo" les cayó a los patentados y transferidos desde 2010 en adelante, es decir, a poco más de 330.000 propietarios de vehículos. Y con mucha fuerza a los 0KM que pagan el "impuesto al lujo", una de las tantas distorsiones -absurdas- que abundan en la Argentina. Para el fisco, un Peugeot 208 en sus versiones más completas, nuevo, es "de lujo".
No está claro qué modificación haría el gobierno provincial al Impuesto Automotor, si es que finalmente se produce. Anoche, en la casona de la Avenida Peltier estaban atentos a una convocatoria a protestar en el Kilómetro Cero, que finalmente fue de bajísima intensidad. Sólo algunos autos pasaron tocando bocina.
El año pasado, el Automotor fue el único impuesto que tuvo un rendimiento aceptable y se recaudó normalmente, tal vez porque el pago total en muchos casos se hizo antes de que empezara la pandemia. Ahora, y producto de la inflación, tal cumplimiento se ve complejo. Una de las ideas en danza era ayer la de poner un tope del 50 % al aumento de valuación de los autos, tal como ocurrió hasta 2016. Y con eso aliviar el impacto. Si hay cambios, se darían a conocer hoy una vez que el gobierno acuerde con los intendentes qué parte del ajuste podrían absorber en una provincia que pasa dificultades arrastradas por el impacto de la pandemia, y que recibe de Nación diez veces menos en fondos discrecionales no coparticipables que La Rioja, la mitad que Misiones, y la cuarta parte que Neuquén, tal como denunció semanas atrás la diputada nacional Claudia Najul.