Así convenció el gobierno a Papá Noel para que pase por Argentina

Una tensa semana precedió a la Noche Buena. La gestión para salvar el espíritu navideño en medio de necesidades y urgencias en un país dónde el horno no está para bollos.

Así convenció el gobierno a Papá Noel para que pase por Argentina

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

Los presidentes del país, Conan (desde el cielo) Milton Friedman, Murray Rothbard y Robert y Lucas, los perros representados por Mister J, llevan adelante una negociación muy delicada ...

Murray Rothbard ha recibido el mail de la República del Ártico, un día después del DNU de Mister J. y está realmente preocupado. Esta semana pudieron pagar 921 millones al FMI con un préstamo del Banco de Desarrollo de América Latina - CAF. Lo cierto es que el crédito fue de 960 millones. Los 39 M restantes estaban destinados a un gasto que desvelaba a Mister J: pagarle a Papá Noel para que en la Noche Buena surcara el cielo argentino con sus renos y repartiera regalos.

Conan había vuelto loco a Mister J. esa semana. El miércoles debían anunciar el DNU trompada y aún no le pagaban al FMI, por lo tanto la partida presupuestaria navideña era incierta. Además, no se trataba solo de una cuestión de plata. El Fondo Monetario no le habilitaba a  Papá Noel a todos, solo a los países que se portaban bien. Julie Kozack, la portavoz del FMI, había dicho sobre Argentina que "la inflación es muy alta, el colchón de reservas es extremadamente bajo y hay condiciones sociales frágiles". Por eso, Luis Caputo y Nicolás Posse habían viajado a Washington para llevarle la cartita a Santa Claus, como le dicen allá, dónde le pedían financiamiento teniendo en cuenta que el ajuste fiscal de Mister J. era notoriamente mayor a lo que exigía el fondo y en enero tenían otro vencimiento de aproximadamente 1.960 millones de dólares.

El viernes, después de pagarle al FMI, Conan, Murray Rothbard, Milton Friedman, Robert y Lucas iniciaron una videoconferencia con el reno Rudolph, vocero de la República del Ártico. Mientras tanto, si las negociaciones fracasaban, Karina Milei había reclutado a Ramiro Marra, Iñaki Gutiérrez y Manuel Adorni para disfrazarlos de renos. Lilia Lemoine ya estaba cosiendo los atuendos. Papá Noel iba a ser Sturzenegger. Si los mastines no acordaban con la República del Ártico, iban a salir en un trineo improvisado con una formación vieja del tren Sarmiento que les había prestado Kicillof a cambio de unos puntitos de coparticipación.

Ver: Intimidades de la charla entre Karina Milei y el verdadero Presidente

Conan se hizo presente tomando posesión del cuerpo de Robert, cómo Patrick Swayze cuando se mete adentro de Whoopi Goldberg para besar a Demi Morre. Inició la negociación para ganarle de mano al reno Rudolph. Sin darle tiempo al contragolpe le dijo que había 30 millones de dólares y 24 provincias. Rudolph comenzó a reír sin sonido, mientras acariciaba su anillo rojo. Tenía un aspecto intimidante, era una masa de músculos. Sus vínculos con la familia Rizzuto, los jefes de la mafia de Montreal, era un secreto a voces. Otro reno que estaba parado a su lado le habló al oído, Rudolph miró la cámara de la computadora y retrucó: 38 millones de dólares y 145 hectáreas en El Bolsón. Nada de juguetes de madera de alguna cooperativa hippie. Todo Mattel, Hasbro, Lego. "Tu decreto son mis condiciones, jefe", desafió.

Conan ladró y golpeó la mesa, lleno de furia. Karina, que entraba justo en la habitación con un costurero y el traje de reno de Ramiro Marra que le había quedado largo, dio un repingo. Todavía le quedaba un margen de 9 millones para negociar. El Bolsón no le importaba pero si no arreglaba iban a tener una Navidad sin Papá Noel, sin regalos y nadie iba a cocinar en Noche Buena porque todas las cacerolas iban a estar en la calle. 

Se contuvo rápidamente y lanzó la contraoferta: 35 millones, una quinta de 10 hectáreas en Dina Huapi y 30 sucursales en todo el país de Tim Hortons, la franquicia canadiense, dónde van a poder vender Actron 600, Viagra, pastillas de carbón y galletas Pitusas, todo en las mismas góndolas.

El reno Rudolph, vocero de la República del Ártico.

 Con un cambio en la entonación, sacando la bestia que habita en los mastines, agregó por lo bajo: "A tus amigos los Rizzuto les va  a gustar". 

Rudolph se rio otra vez, pero el comentario no le hizo gracia. Tenía aspiraciones a postularse como jefe de Gobierno del Ártico el año siguiente y esos runrunes lo incomodaban. Pero un reno áspero y gélido como él no se amedrenta fácil. Dijo: 35 millones, las hectáreas de Dina Huapi, los derechos sobre los mapuches de la Patagonia tanto sobre las tierras que habitan como derecho a usarlos como atracción turística; las sucursales de Tim Hortons con empleados bajo periodos de prueba de un año e indemnizaciones de 50% de un salario por año y que Mister J. coma choris asados por Juan Román Riquelme, pagados con los fondos de las cuotas de los socios de Boca.

Conan miró a los mastines. Lucas asintió con la cabeza. Karina, mientras le cosía el ruedo a Ramiro Marra también hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Antes de cerrar trato con Rudolph, se acercó al oído de Conan y le susurró "le damos de baja al panadero que vende facturas en Casa Rosada y llegamos sobrados, tranquilo". El perro y el reno, a la distancia, se dieron la mano.

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