Hierve el palacio Mondino: Karina se hace ancha y las hormigas van por todo

Tensión y presión abunda en el Ministerio de Relaciones Exteriores. La canciller Diana Mondino, bajo presión, pierde poder. Una tragedia semántica agrava la situación y varios se ponen nerviosos.

Hierve el palacio Mondino: Karina se hace ancha y las hormigas van por todo

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

 Los mastines Milton, Murray, Robert y Lucas, bajo las órdenes de Conan "las fuerzas del cielo", conducen al Presidente en el entrevero que marca la agenda política. Mientras tanto, luego del éxito de la Casta de Gran Engaño, buscan nuevos formatos, aunque la realidad no les da respiro.

Hacía rato se escuchaba un zumbido en el palacio de Diana. Todos lo escuchaban y lo ignoraban, ponían música fuerte para tapar el ruido, algunos más audaces hablaban del tema pero dando explicaciones absurdas: que es un río que pasa por debajo, que es el huracán Milton, que el burlete ... nadie reconocía lo evidente: a Diana, "la hormiguita viajera", se le había llenado el palacio de hormigas carnívoras.

Los mastines jugaban una guerra fría. La ponderaban públicamente, la elogiaban, pero poco a poco le iban llenando la  casa de insectos depredadores. Diana no perdía su habitual elegancia y disimulaba cuando veía alguna hormiga caminando encima de un mantel o dentro de una copa de plástico en un vuelo comercial distinto al del Presidente. Pero, los laboriosos insectos ya habían empezado a comer los cimientos. Al punto tal que Diana empezó a mostrarse en la torre más alta, agitando los brazos, pidiendo a gritos un fumigador, mientras las hormigas seguían comiéndose la estructura, haciéndola crujir.

La "nueva doctrina" amaneció pegada en las oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El punto de declive fue una carta que le pegaron en las ventanas del palacio. Se titulaba "Nueva doctrina" y en uno de sus párrafos decía que "ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina en el exterior deben acompañar ninguna iniciativa (que vaya en contra) de valores que son pilares de esta nueva administración". El escrito llegó un día después del abrazo de despedida que Diana le dio a Ricardo Lagorio, miembro de la comitiva que representaba al país ante la ONU y a Leopoldo Sahores, el viceministro. Sus laderos.

Mientras tanto, puertas adentro los mastines estaban preocupados por algunos cambios de conducta de Karina el jefe. Al principio, notaron sus bíceps inflamados, las venas del cuello marcadas, las piernas más anchas. Pensaron que estaba reteniendo líquido, tal vez consumía mucha sal, pero no. Una noche, Milton la encontró haciendo press de banca con una barra de 25 kilos y dos discos de 50 kilos de cada lado. La vieron hacer una pausa y romper con los dientes un sachet de proteínas y tragarlo de un tirón mientras escuchaba Gojira al palo y veía de fondo un VHS de la Hermana Bernarda. El jefe construía un nuevo avatar de músculos y castidad. Incluso, los mastines indagaron al secretario de Educación, Carlos Torrendell por un rumor que terminó siendo verdad: la ONG chilena Teen STAR, una organización católica que promueve como único método anticonceptivo la abstinencia sexual, dictó un curso a los formadores de docentes que dan ESI en los colegios del país. La orden la había dado Karina. 

La ONG chilena, Teen Star, promueve la abstinencia sexual como único método anticonceptivo.

En la vorágine de su vigor casto, entró al palacio de Diana, tiró la puerta abajo mientras dejaba  una larga hilera de migas de pan que guiaban a sus hormigas secuaces en la toma del lugar. Ocupó por asalto las oficinas de la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, un organismo clave que pertenecía a Cancillería y ahora era de la Secretaría General de la Presidencia. En el raid se llevó puesto al secretario de Culto, Francisco Sánchez y puso en su lugar a Nahuel Sotelo un ex catequista simpatizante de Teen STAR e íntimo de Caputito, cuya primera tarea fue repartir la "Nueva doctrina" que amedrentaba a todo el palacio de Diana.

Después de arrebatarle la Fundación Argentina, Karina siguió tirando puertas abajo y metió de prepo a Úrsula Basset, una abogada autopercibida "guardiana de los valores" de Las Fuerzas del Cielo. Durante la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos, y sin tener ningún cargo establecido, fue la que revisó con lupa el documento que presentó la embajadora ante la OEA, Sonia Cavallo (la hija de la Convertibilidad). Por orden del triángulo de hierro (Karina, el Presidente y Caputito) el trabajo de Úrsula era garantizar que no existiera ninguna ambigüedad que pusiera en duda la negación de Argentina ante la Agenda 2030.  Dicen que Diana, se puso a pasar la mopa, tal era su aburrimiento, y después prendió una ramita de citronella para ahuyentar a las hormigas que igual se iban a comer todo a su paso.

Lo que llamó mucho la atención es que en ese afán de revisar hasta las comas en los documentos, nadie revisó un texto que se coló, en el que llamaban Falklands a las Islas Malvinas. Que yo no soy, que es él ... entre Defensa y Cancillería empezaron a tirarse la pelota en medio del papelón supremo. Algún periodista dijo "volá de ahí Mondino, porque te queda grande como zapato de gordo ese lugar. Sos como pato de cañada, a cada paso una cagada". El escándalo fue zanjado culpando a un empleado informático imperialista y a Diana anunciando con bombos y fuegos de artificio que exportamos carne a El Salvador.

Pero Karina no largaba los anabólicos. Cada día se ponía más grandota, más pesada, más vigorosa y su ejército de hormigas comía dónde ella pisaba. Diana seguía en la torre haciendo lo que podía, pero el crujido del palacio ya se escuchaba desde lejos.

Ver: El Gobierno llamó Falklands a las Islas Malvinas y generó un escándalo