El origen de la nueva tormenta política de Santa Rosa

Una pelea por el poder puso al borde al municipio. Por qué se enemistaron las dos dirigentes que habían sido aliadas para ganar las elecciones que llevaron a Flor Destéfanis a ser la única mujer al frente de un municipio en la provincia.

El origen de la nueva tormenta política de Santa Rosa

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Las crisis institucionales en Santa Rosa de los últimos 24 años siempre han sido con mucha turbulencia política y esos sacudones hasta se llevaron puesto a un intendente (Sergio Salgado) que terminó preso por corrupción. Ahora es la primera tormenta política que atraviesa la intendenta Flor Destéfanis en su segunda gestión al frente del departamento.

La imagen de prolijidad y de concordia que transmite la jefa municipal en su gestión de pronto se vio estremecida por las declaraciones de quien hasta abril fuera su socia política, la concejala de origen radical Débora Quiroga, actual presidenta del Concejo Deliberante. La mujer acusó públicamente al ahora exconcejal Diego Foco de ejercer violencia de género y tráfico de influencias contra ella.  Foco, es el marido de la intendenta.

El punto es: ¿qué se rompió dentro del oficialismo santarrosino para que todo el esquema de poder político del peronismo terminara atomizado? ¿Por qué Quiroga, de ser una férrea defensora de Destéfanis pasó a ser una enemiga política que ha desestabilizado a la intendenta? Hay un punto de esta historia que actuó de chispa para que se encendiera esta disputa. Veamos.

Ver: Agravaron las acusaciones contra Orozco, Ortiz y Oyhenart

Hay que tener en cuenta que ahora la presidencia del Cuerpo deliberativo municipal está en manos de una opositora y que acuerda con el bloque radical para obtener los votos necesarios para incomodar con pedidos de informes al departamento Ejecutivo, es decir, a Destéfanis.

Hasta el lunes 1, Foco se mostraba como la voz cantante del oficialismo y cuestionaba a Quiroga por cada detalle de forma y contenido de sus presentaciones críticas a la gestión comunal. Esta tensión se registra desde abril cuando Quiroga se mudó y generó su propio bloque junto con la concejala María José Buffa. Entre las críticas y reclamos del marido comunal estaba la exigencia a Quiroga que dejase la titularidad del Concejo porque había pasado a la oposición.

Diego Foco y Flor Destéfanis.

En política partidaria y más estando en espacios de poder público, la mayoría de las intenciones conocidas implícitamente se enmascaran con actos institucionales. Quiroga no fue la excepción a esta regla y revistió su malestar con Destéfanis con pedidos de informes para obligar a la jefa municipal a dar explicaciones, por ejemplo, de los gastos del último Festival de Fiesta de la Cueca y el Damasco en el departamento. Cuestión que jamás Quiroga hubiera promovido si hubiera continuado ligada a Destéfanis políticamente.

De acuerdo a los comentarios de los testigos peronistas de estas acciones, ven la mano del poder provincial de Alfredo Cornejo para sacar provecho del malestar de Quiroga que se ha sentido defraudada por la promesa incumplida de ser ella la próxima candidata a intendenta como parte de la alianza que había mantenido al peronismo en el gobierno departamental. Y detrás de este infortunio para Quiroga, los radicales apuntan a Carlos Ciurca, el guía y consejero político de la jefa municipal.

El plan trunco de salida exitosa 

Está claro que la figura de Foco como edil no estaba en los planes de Quiroga, fue toda una amenaza para sus aspiraciones electorales sustentadas en las promesas que nadie del peronismo mendocino desconoce. "A quién se le ocurre hacer un acuerdo con una radical o por qué se mantuvo ese acuerdo tanto tiempo", se lamentaba en las últimas horas un dirigente peronista con influencia territorial.

El motivo del sismo y el comienzo de la tormenta política santarrosina hay que buscarlos en el conocimiento del plan de proyección victoriosa para Destéfanis. Desde que asumió su marido como concejal fue tomando forma este trayecto electoral: ella, Flor, sería candidata a diputada nacional para el año próximo y Foco, su compañero, sería su sucesor asumiendo como presidente del Concejo Deliberante y quedando a cargo de la comuna hasta 2027, con perspectiva de ser candidato firme a la intendencia. Una fórmula conocida y aplicada entre parientes cercanos en otros distritos de Mendoza.

Eso hizo explotar a Quiroga, por eso se fue del bloque oficialista y decidió usar todo su poder de fuego desde el cargo y pasar factura por su frustración. Para sofocar el fuego hubo una salida de escape de parte del matrimonio municipal. Él, Foco, decidió junto a ella, su esposa, desenchufarse de la banca para lograr recuperar algo de la paz municipal de la cual siempre ha hecho gala Destéfanis, un rasgo político heredado de su antigua estirpe de reina vendimial.

Salida de escape para Flor

El punto es que este movimiento hace recalcular la estrategia electoral para la intendenta, que sigue siendo una de las figuras más promisorias del peronismo local junto con su colega maipucino Matías Stevanato.

Mientras que Quiroga de a poco parece hacer un camino de retorno al radicalismo, por lo menos en lo práctico. Su primer objetivo lo logró, que ha sido obligar al peronismo a reformular sus planes haciendo renunciar a dos concejales, Foco y Hernán Dube, y que Destéfanis ubique a dos mujeres dentro de la bancada oficialista: Melisa Ibáñez y Romina Donaire. Así, con este gesto, Destéfanis pretende tomar de nuevo la iniciativa reivindicando su perfil de cuidar el protagonismo de las mujeres dentro de la organización política que lidera.

En el transcurso del escándalo salieron a relucir otras situaciones hasta ahora no expuestas contra Quiroga y su dominio dentro de la administración del Concejo. La acusan de permitir la contratación de unas 160 personas, muchas de ellas sin tarea acreditada, una superpoblación para una estructuras de 10 concejales. Aseguran las fuentes departamentales que hay denuncias judiciales y ante el Tribunal de Cuentas, pero no transparentadas públicamente.