En una semana política con mucha fricción, La Campora postuló a Cristina para presidir el peronismo, "el gitano" Quintela también quiere jugar y surgieron dos socios que apuestan por la renovación. Todos los cañones apuntan a enfrentar al "outsider".
La saga del PJ: Cristina vuelve, el gitano quiere y ¡se ha formado una pareja!
Los mastines Milton, Murray, Robert y Lucas, bajo las órdenes de Conan "las fuerzas del cielo", conducen al Presidente en el entrevero que marca la agenda política. Mientras tanto, luego del éxito de la Casta de Gran Engaño, buscan nuevos formatos, aunque la realidad no les da respiro.
La nostalgia de los noventa invadía la Ciudad. El programa especial se iba a ver por televisión, nada de redes sociales. Los mastines estaban expectantes, si bien no participaban de los hilos de la producción, su resultado les interesaba de sobremanera pues necesitaban una oposición atomizada y esta era una excelente ocasión para el escenario ideal.
A las 16 en punto apareció en la televisión abierta, con su inconfundible cabellera blanca y el bigote tupido, el mismísimo Roberto Galán. El original, el histórico conductor del programa que unía a personas que buscaban pareja, había muerto en el 2000, pero la IA había permitido crear un holograma exacto que lo reemplazaba a la perfección.
"¡Yo me quiero casar!, ¿y usted?", anunció mientras el camarógrafo hacía una toma ancha del set que mostraba un living añoso, sobrecargado, con paredes color pastel y un decorado en general vetusto, pero respetando el estilo original. En el centro, los participantes.
Roberto los presentó uno por uno: Juan Grabois, abogado villero, es amigo del Papa, colecciona remeras de Che, tiene OSDE 510. Martín Guzmán, ex ministro de Economía, arma torneos clandestinos de Excel, una vez besó a un pobre. Cristina Fernández, expresidenta, exvicepresidenta, exsenadora. Ricardo Quintela, "el gitano", gobernador de La Rioja, cuando se queda solo agarra el cepillo de dientes ante el espejo y juega a que anuncia "un sistema de vuelos espaciales".
El ida y vuelta entre los cuatro participantes fluía. Roberto Galán era un moderador con mucho oficio y él mismo seleccionaba a los participantes, olfateando el potencial que tenía cada uno. Por ejemplo, sabía que Grabois y Guzmán, uno tan zurdo y el otro tan académico, habían tenido un cruce de miradas durante una charla en la UBA, acerca de la conciliación entre la macro y el desarrollo integral del ser humano. Allí se habían fundido en un abrazo que exponía una coincidencia mayor: los dos querían ser presidentes, uno lo había hecho público, el otro aún no salía de ese clóset.
Lo curioso de ese abrazo es que en los días de pandemia la relación entre ambos había sido turbulenta. Pero después de la derrota de Alberto Fernández la cosa cambió. "Yo fui parte de boicotear al gran hijo de puta de Guzmán para poner al genio de Sergio Massa y no sé si eso estuvo bien", había confesado Juan Grabois el año pasado en C5N.
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Había química. En un tramo del ida y vuelta, Roberto Galán le preguntó a Grabois por qué había dicho que el kirchnerismo alcanzó el techo de las conquistas sociales en 2014 y Guzmán interrumpió y dijo: "es que teníamos tres déficit: energético, fiscal y comercial y la culpa era de las tarifas subsidiadas". Casi como si fueran la misma vos, Grabois siguió: "¿Viste lo que dice él?, bueno tuve la misma charla con Cristina en su momento y dijo el error fue que nos zarpamos con las tarifas y eso genera devaluación. ¡Piensan lo mismo!" río Juan. Y aprovechando el calor del momento, Martín le clavó la mirada a Cristina y le retrucó a Grabois: "¡Qué lástima que esta charla no la tuviste en el 2021 cuando nos matábamos con ella por en Twitter!".
Los focos ahora apuntaban sobre su figura.
Cristina se mandaba sola y no necesitaba ninguna presentación. Tenía muchos pretendientes y todos ellos se enteraron viendo la tele que ella había ido al programa para ser candidata. El más dolido fue su Kicilove que estaba en México haciendo zapping cuando la vio a su jefa política en el living de Roberto Galán. Se le estrujó un poquito el corazón. Desde la época en que él era su ministro de Economía, la relación fue siempre muy cercana. Incluso ella lo llamó el 25 de septiembre para saludarlo por su cumpleaños, pero desde entonces, lo empezó a ghostear. Las fechas coinciden con la visita que hizo Cristina a La Matanza, reducto peronista si los hay, sin avisarle ni al intendente Fernando Espinoza. Tampoco le pidió permiso a nadie para darle el ok a La Cámpora y poner en marcha un operativo de aguante en el que los referentes, con el vocero Wado de Pedro, la proclamaron como candidata a presidir el PJ. Ella después sacó una carta larga en la que decorosamente aceptó con todo gusto la postulación, aunque ¿irónicamente? habló de "unidad de peronismo" aunque los peronistas del círculo rojo, muchos de ellos, se enteraron por las redes del "regreso del Cristina".
Lo cierto es que La Cámpora cree que ante un outsider como enemigo (el actual Presidente de la Nación), Cristina es la mejor opción, pero también es verdad que la adhesión a su postulación por parte de la familia peronista fue más un hipo que una convulsión.
El último de los participantes del programa de Roberto Galán se sentaba en el extremo derecho. Ricardo "el gitano" Quintela había llegado a caballo desde La Rioja hasta la Capital Federal. Había sido una larga peregrinación buscando "compañeros" adeptos en los rincones del país. Tenía hinchada. En la tribuna lo apoyaban con pancartas los jefes peronistas de Neuquén, su provincia, San Luis, Chaco, Misiones y Salta. También estaban los de La Patria es el Otro, los de la Andrés "el Cuervo" Larroque; y algunos "arrepentidos", como Tolosa Paz y Cafiero. El gitano necesita además que lo apoyen 60 mil afiliados. Desde su entorno lo ven posible, pero aunque no lo admitan, la movida de La Cámpora fue también para alinear y marcarle los puntos a Kicillof y, una vez que eso ocurra, es muy probable que todos, hasta "el gitano" Quintela se encuadren detrás de Cristina y se juegue la gran pulseada entre ella y lo que resulte del romance Grabois-Guzmán.
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"¡Se ha formado una pareja!" anunció Roberto Galán ante la audiencia que esperaba ansiosa su mítica frase. Pero el resultado no sorprendió. Juan y Martín eran ya un binomio dispuesto a apostar por la renovación del peronismo ante el enemigo más border que se haya visto en este país en las últimas décadas. Todos los felicitaron menos Cristina. A su juego la habían llamado ...
Continuará ...