Este miércoles, representantes del Poder Ejecutivo y la cúpula sindical estuvieron tres horas reunidos en Casa Rosada. Ambas partes salieron conformes, aunque se abordaron temas complejos como no exigir aumentos de sueldo por encima de la inflación.
El Gobierno y la CGT acordaron discutir una reforma laboral
El ministro de Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, recibieron esta tarde a la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Casa Rosada, en medio de la posibilidad que analizan los gremios de ir a un nuevo paro nacional.
La reunión se extendió por dos horas y media en Balcarce 50, adonde llegaron los secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, el secretario general del Camioneros, Hugo Moyano; el titular de UPCN, Andrés Rodríguez; y el secretario general del sindicato de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri.
Entre los temas que se analizaron, se incluyó la situación actual de los trabajadores, la reforma laboral y el paro general que los gremios analizan contra el gobierno de Javier Milei.
Los sindicalistas expresaron su satisfacción inicial después de ser recibidos por dos ministros clave del gabinete libertario, quienes les ofrecieron disculpas por los desacuerdos en la relación y les aseguraron que discutirían el contenido de una "modernización" de la legislación laboral en una mesa de negociaciones. Se acordó que esta modernización se incluiría en la Ley Bases, pero sin los artículos que habían generado molestias entre los líderes sindicales al poner en peligro su estructura de poder.
La reunión, que duró casi tres horas, contó con la inesperada participación de Hugo Moyano, el líder del Sindicato de Camioneros, quien reemplazó a su hijo Pablo, co-secretario general de la CGT, para plantear al alto mando del Gobierno los problemas que surgieron debido a la falta de homologación de su último acuerdo salarial. Su insistencia llevó a que, al finalizar la reunión, se quedara a solas con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para intentar encontrar una solución. Moyano entregó una carpeta con los detalles del acuerdo salarial y acordaron seguir discutiendo el tema este jueves, justo el día en que estaba programado un plenario de Camioneros para anunciar medidas de fuerza (que ahora se pospondrían).
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La delegación de la CGT informó a los funcionarios que planean organizar una marcha callejera el 1° de mayo y que probablemente tomarán "medidas de acción directa" mañana. Los ministros no solicitaron la suspensión de estas acciones y, en cambio, pidieron que los sindicatos los acompañen durante "2 o 3 meses" con acuerdos salariales que no superen la inflación prevista. Para lograr esto, a través de Cordero, se aseguró que se aceleraría el proceso de homologación de los acuerdos acumulados pendientes de aprobación.
Los sindicalistas mostraron disposición para respaldar una reforma laboral, siempre y cuando sea una versión "liviana". Por ejemplo, insistieron en que no se elimine la cuota sindical, no se restrinja el financiamiento de las obras sociales ni se limite el derecho a la huelga. Sin embargo, sí están a favor de extender el período de prueba antes de que un trabajador adquiera un empleo permanente bajo relación de dependencia.
Durante la reunión, también se discutió la próxima ronda de negociaciones salariales y la nueva Ley de Bases. Sin embargo, los sindicalistas no pudieron ver el texto que se incluirá en el proyecto de ley laboral cuando sea presentado al Congreso. El partido radical, encargado de redactar el proyecto, pospondrá su entrega hasta mañana, a pesar de que originalmente estaba programada para hoy.
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Se espera que la versión de la UCR sobre la Reforma Laboral sea considerablemente más limitada que la reforma laboral contenida en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), y, en principio, no abordará los aspectos más conflictivos en la relación con los sindicatos, como las contribuciones sindicales, los fondos de las obras sociales y la prohibición de protestas y asambleas."