La jefa madre hizo explotar la casa, por su familia desavenida repleta de vagos e inútiles que no la quieren. El parecido con la Argentina es pura casualidad.
La apasionante novela turca del kirchnerismo, Alberto y Cristina
Piel dura la de este pueblo, que sobrevivió a dictaduras horrendas, guerras insólitas, y grandes fracturas internas del peronismo, que ingresan en la categoría de los grandes despelotes de la Argentina. Algunas de aquellas reyertas peronistas se inscribieron en la historia con hechos de sangre asociados. Como cuando el Faraón echó a los revoltosos de la plaza. Unos meses antes, los pibes con ametralladoras, bombas y grado militar le habían tirado el cadáver de José Ignacio Rucci en una vereda.
Un día y luego de la noche más oscura sobrevino la democracia y el peronismo de acero en el que convivieron por años las alas "de derecha" como los jerarcas de la CGT, las 62 Organizaciones, y -por otro lado- los restos de las "orgas" armadas setentistas, se transformó en un justicialismo que se pelea por Twitter, audios y cartas virales. Puteándose de lo lindo.
¿Quién no recuerda la primera edición de la novela turca, cuando Carlos Menem y Eduardo Duhalde se pelearon a muerte? ¿Y la de Chacho y De La Rúa? ¿Y la de Duhalde con los Kirchner? ¿Y la de los Kirchner contra campo-jueces-medios-periodistas-gobernadores-la corpo-abuelito amarrete?
La pandemia nos acostumbró a la ficción, a las series en las que pasiones como el amor y el odio se dirimen en ocho capítulos intensos de 45 minutos.
Y aquí estamos los argentinos, prendidos de la novela turca del momento, en la que la líder del clan se queja amargamente por su familia desamorada, y lanza contra su hijo adoptivo -que le disputa el poder- las siete plagas de Egipto, empezando por la lluvia de fuego, las úlceras que se está comiendo el heredero presidente porque de puro estrés ha estado "picando" salamines de más, y la invasión de ranas. Porque de esta no van a salir (nosotros tampoco) sin una buena dieta batracia.
La novela turca del momento es buenísima. Porque la jefa madre mandó a la prima desquiciada Fernanda a que lance pestes en audios guionados y leídos en los que trata de enfermo, mequetrefe y okupa al hijastro presidente, al que tratan de convertir en villano. Luego, aprovechando el envión, la madre dolida publica una extensa carta en la que le indica al hijastro malvado que lo ponga a Juancito Manzur a cargo de este despelote, y de paso, que imprima más dinares para ganar las elecciones de noviembre, a lo que Al-Kéfir-Guzmán el tesorero de la casa se niega, por temor a una híper inflación porque la verdad es que ya estamos hasta las manos. También le reclamó la reina madre, a los gritos por los rincones de la casa, que aumente un par de puntos el déficit fiscal, algo imposible de costearse en una "familia" normal. La lloradera fue larga... que las 19 reuniones, que nunca me llamaste, que te di todo, que te hice jefe del califato, que tu operador de prensa habla con Clarín Miente, que me tenés que hacer caso, que garpá las deudas... que perdimos por tu culpa... El temor de la jefa madre es que en las elecciones del domingo les hayan "picado el boleto" y puesto fecha de vencimiento en 2023. Y luego tengan que volverse en sus camellos, al galope y perseguidos por los jueces de la tribu que bastantes veletas son.
Los capítulos de la novela turca se suceden uno a otro. Mientras la jefa madre protesta por los inútiles, vagos e ignorantes del gobierno que ella y sólo ella alumbró, el hijastro decidió atrincherarse en serio y suspender un viaje a México, por las dudas vio... No sea cosa que se lo fumen en un narguile. Entretanto, los califas del reino se recluyeron en sus provincias y se taparon las bocas con estopa. ¿No quieren hablar? No. Es por la variante Delta. Genial. En los próximos capítulos tendrán que decidir si están del lado de la madre jefa del clan, o del hijastro mequetrefe que mandó a los adláteres de su madrastra a organizar una estudiantina popular, que ya es casi 21 de septiembre. Mientras tanto, desde la tierra liberada de Mendolandia, el califa Rodolfo Ojos Azules les pide que se dejen de joder y se pongan a laburar, que para eso estamos todos acá.
Lo que tiene de bueno la novela turca que vivimos todos hoy, es que la hicieron interactiva. Mientras la familia kirchnerista se pelea, los platos rotos los pagamos todos nosotros. En este momento, hay un gobierno paralizado. O un desgobierno. O no se sabe quién gobierna. La sensación es de estupor en medio de esta permanente "noticia en desarrollo" que se llama Argentina. Se blanqueó el enfrentamiento interno (que puede convertirse en una crisis institucional) a través de la carta de la vicepresidenta, que además dijo lo que verdaderamente piensa de su gobierno. Es casi peor que sus opiniones respecto de la administración de Mauricio Macri. "Atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo" escribió la verdadera jefa del Frente de Todos. También dijo que el ajuste fiscal fue equivocado. Eso sí, no hizo renunciar a su línea judicial con el Oriental Zannini a la cabeza, que la novela estará muy buena pero acá no se entrega nadie, ni nos chupamos el dedo. Con lo importante no se jode.
Un usuario de Twitter, uno de los escenarios de esta pelea, hizo una descripción genial, y se compadeció de los kirchneristas, por el intento de golpe kirchnerista, al gobierno kirchnerista.
Pronto habrá más capítulos de la novela. Anoche estaban atrincherados en Olivos el presidente Alberto Fernández, Santiago Cafiero y algunos ministros y colaboradores, y en noviembre se viene la segunda temporada. No se la pierdan. Ni aunque quieran. Porque de una forma u otra, las siete plagas nos caen a nosotros: Cepos varios, falta de laburo, aislamiento, falta de inversiones, y falta de guita. También inflación y pobreza. Puede que en todo eso y algo más, esté explicada la derrota del domingo.
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