Afirma que Alberto Fernández rechaza ejercer el poder porque nunca lo hizo. Y que en Argentina hay riesgo de anarquía.
Malamud: "Para la sociedad argentina el futuro parece peor"
En una entrevista a Clarín, el doctor en Ciencias Sociales y Políticas, Andrés Malamud, señaló que "por primera vez en su historia, para la sociedad argentina el futuro parece peor". Además indicó que Alberto Fernández rechaza ejercer el poder porque nunca lo hizo y que en Argentina hay riesgo de anarquía.
"Alberto Fernández no ganó por su carisma sino porque la elección se transformó en un plebiscito a favor o en contra del gobierno de Mauricio Macri. Y Cristina tuvo la habilidad de que por primera vez en una década la elección no fuera una respuesta a la pregunta sobre el kirchnerismo. El debate era entre el kirchnerismo y el macrismo. Cristina elimina el elemento kirchnerista, lavándolo con la candidatura de Alberto, pero en realidad la elección se define a favor o en contra del gobierno. Por eso, siendo muy buena, no supera el 48%", señaló.
En cuanto a Alberto Fernández, dijo que "nunca" ejerció el poder. "Si mirás la historia de Kirchner, llega apadrinado por Duhalde y ni bien puede se lo saca de encima. Pero Kirchner había gobernado antes en Río Gallegos y en Santa Cruz. Alberto nunca, jamás había sido el número uno, siempre fue un buen número dos. Cuando lo pusieron como número uno simplemente no tenía ni la experiencia ni el instinto".
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Para Malamud, el verdadero interés de Cristina Fernández de Kirchner es que busca dos cosas: "Una en el pasado, cerrar sus causas judiciales. Algunos lo llaman impunidad, ella lo llama justicia. La otra, en el futuro, sucesión. Dejar que los suyos que son los que creen en lo que ella cree sean los próximos gobernantes de la Argentina. Mi impresión siempre fue que ella no estaba interesada en administrar el presente, que eso se lo descargaba al Presidente delegado, Alberto. Y que lo que ella hace en este momento, cuando parece que está administrando el presente, simplemente es mejorando las condiciones electorales de fin de año. Ella no quiere que aumente las tarifas, sobre todo para no perder las elecciones; el año pasado lo hubiera aceptado. Este año no. Mas que una política publica, es una política electoral".
En relación con las actitudes con las que desgasta la figura presidencial. señaló que tiene dos respuestas. "La primera, la respuesta del escorpión. La famosa fábula en la que le pide a la rana cruzar el río, la rana no quiere porque la va a picar y el escorpión le explica que si la pica muere él también; y en el medio del río la pica y cuando se están hundiendo la rana pregunta por qué, y el escorpión le responde, es mi naturaleza. Una puede ser esa, no es racionalidad sino naturaleza. Otra puede ser que no sea Cristina la que se manda estas macanas. Cristina trata de elevar el debate y encuadrarlo en términos del estado de bienestar, del discurso de Joe Biden pero los que tomaron la decisión de echar de mala manera a un funcionario de La Cámpora fueron los que argumentaron que era por incompetente; no podés echar así a un funcionario de una organización interna que es parte de tu coalición. Es una sucesión de incompetencias que no son todas adjudicables a Cristina. Yo no sé hasta dónde Cristina es la que decide eso. Quizás es Máximo Kirchner, Axel Kicillof o un nivel más bajo de responsabilidad o de irresponsabilidad".
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Sin plata el populismo no tiene perspectiva
"En lo que no estoy de acuerdo es que el populismo sin plata es autoritarismo porque puede ser un derrotado electoral, no necesariamente un régimen autoritario. Y así lo veo al kirchnerismo, perdiendo elecciones. Perdió tres intermedias, con Kirchner, Insaurralde y con Cristina. Y perdieron la presidencial del 2015. Perdieron cuatro de las seis últimas y lo mejor, es que cuando pierden se van, no lo digo por antikirchnerismo, al contrario, es un elogio. La democracia, dice Sanguinetti, es le épica de la derrota. Ganar es fácil la cuestión es irse. Y acá tanto Macri como Cristina dieron algún ejemplo, con malos modos si se quiere, pero cuando perdieron se fueron. Yo veo una Argentina más cerca de la anarquía que de la tiranía. De la derrota que de la eternización", indicó el analista.
Presente y futuro en Argentina
"La sociedad argentina está por primera vez en su historia viviendo un momento en el cual el futuro parece peor que el pasado. Nunca había pasado. Ahora hay una percepción mayoritaria de que la próxima generación va a vivir peor que el actual", pronosticó.
También aclaró que "Argentina enfrenta un destino latinoamericano. Lo que describimos es lo mismo que ocurre en Colombia que está explotada, en Chile que está explotada; en Perú o en Ecuador donde están desagregados y no importa quien sea el Presidente van a tener un Congreso con el 20% de apoyo con lo cual no peligra la gobernabilidad, peligra la estabilidad de esos presidentes. Y Argentina por ahora está lejos de eso porque tiene bipolaridad, una gran concentración del voto en los dos principales espacios políticos pero tiene una economía peor".
"Argentina va en contramano del resto de América del Sur. Ellos tienen economías con baja inflación, estables con crédito internacional. Argentina tiene una alta inflación y ningún crédito. Pero ellos tienen una fragmentación tremenda en el Congreso con presidente impopulares y con poco apoyo. Mientras que en la Argentina los dos espacios sumados, Macri y Alberto Fernández llegan al 88%. Qué busca la población? Por ahora más allá de la pauperización galopante de la sociedad argentina, sigue buscando en el centro la solución", expresó.
¿Quién es?
Andrés Malamud nació el 12 de diciembre de 1967 en Olavarría, provincia de Buenos Aires.Durante la transición democrática se reinstaló en la ciudad de Buenos Aires para cursar una licenciatura en Sistemas, pero el fervor por el alfonsinismo trastocó esa idea y cambió las ciencias exactas por las ciencias políticas. Fue así que se recibió con honores en la carrera de Ciencias Políticas que cursó en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Después hizo un doctorado en Ciencias Sociales y Políticas en el Instituto Universitario Europeo, en Florencia. Vive en Portugal desde el 2002, en donde trabaja como investigador de la Universidad de Lisboa. Se ha reivindicado como weberiano ortodoxo, aunque un poco gramsciano. Fuente: Clarín