Desde el Gobierno creen que la llegada de más dosis tendrá peso en el electorado.
Fernández apuesta a la vacuna para ganar las elecciones
El presidente Alberto Fernández confía en que las gestiones para conseguir la vacuna rusa tendrán un fuerte peso en las percepciones del electorado en los comicios de medio término y asegura que el país ya entró en un sendero de crecimiento económico que se notará con más vigor en los próximos meses.
Aunque recibe múltiples críticas internas y externas por su política económica, el jefe de Estado cree que encaminando las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el país podrá aprovechar la suba en los precios internacionales para recuperar un crecimiento continuo que no se observa desde hace casi una década.
Sin embargo, dentro del Frente de Todos insisten en que el rumbo no está claro y la situación económica se está volviendo compleja con una inflación que en enero sería superior al 4,2%, según consultoras privadas, y una escalada en los precios de los productos de consumo masivo como alimentos y bebidas.
Pese a estas dificultades, Fernández cree que la catarata de críticas que la oposición hizo a la vacuna Sputnik V de origen ruso tendrá un impacto electoral positivo para el oficialismo, que asegura que negoció "sin ideologías" para conseguir la mayor cantidad de vacunas posible.
"Hay algunos inconvenientes momentáneos para conseguir vacunas, pero confiamos que se van a resolver pronto. Vamos a entrar al proceso electoral con gran parte de la población argentina vacunada e inmunizada del virus", aseguró a NA un colaborador cercano del Presidente.
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La capacidad de conseguir vacunas dependerá, más que nada, de que el premier ruso, Vladimir Putin, cumpla con los contratos que firmó con la Argentina después de sumar varias semanas de demora en los primeros cargamentos de vacunas.
Mientras tanto, numerosos dirigentes del kirchnerismo creen que si la política económica no da un giro pronunciado, la elección puede significar un fuerte traspié para el primer mandatario, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Amado Boudou, uno de los referentes de la economía kirchnerista, aseguró esta semana en declaraciones radiales que el país solo puede salir de esta crisis "si fortalece su mercado interno" y remarcó que es necesario un "shock distributivo" que incluya "salarios más fuertes, jubilaciones más fuertes y más trabajadores".
"Esto requiere una decisión sobre los ingresos de la población, sobre la tasa de interés, sobre las tarifas de los servicios públicos y sobre los controles de precios", indicó.
En tanto, el peronista opositor al Gobierno, Guillermo Moreno, asegura que Alberto Fernández va a sufrir "una derrota fenomenal" en la Provincia de Buenos Aires.
El economista, que será candidato en ese territorio, considera además que la decisión de Máximo Kirchner de conducir el peronismo bonaerense tiene que ver con la necesidad de "guarecerse" frente al fracaso inminente del Gobierno.
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También la vicepresidenta, Cristina Kirchner, mostró en los últimos meses su descontento con el rumbo al indicar que hay "funcionarios que no funcionan" e insistir en que tiene que haber un alineamiento de salarios, tarifas y precios.
Frente a los distintos escenarios que se pronostican, el oficialismo aún no logró definir un calendario electoral en el que estén de acuerdo todas las patas de la mesa del Frente de Todos, que incluye a gobernadores, La Cámpora y al propio presidente.