El Presidente no aparece públicamente hace seis días. Aseguran es una estrategia para recomponer su imagen.
¿Dónde está Alberto Fernández?
Alberto Fernández no habla desde hace seis días y, en su lugar, los anuncios los da principalmente el Jefe de Gabinete Juan Manzur.
La última aparición pública del presidente fue en un acto político el pasado miércoles, en José C. Paz y, por ahora, no hay nada que indique que Fernández cambie de estrategia. Al contrario.
Este lunes, el Presidente cerró su tarde con un encuentro reducido en una asamblea de trabajadores aeronáuticos que no se replicó por los canales oficiales.
Según fuentes oficiales, el Presidente busca recomponer su imagen tras la devaluación de su investidura que alcanzó su pico máximo con la filtración del festejo de cumpleaños de la Primera Dama en Olivos, en pleno aislamiento estricto, el año pasado.
Desde ese episodio, que horadó al Frente de Todos en general y al Presidente en particular, un par de semanas antes de las elecciones primarias, la tensión puertas adentro de la coalición de gobierno aumentó drásticamente. Empeoró con la derrota. Y se agudizó con la carta pública de Cristina Kirchner que obligó a Fernández a correr a Santiago Cafiero y a cambiar a media docena de ministros. Después de eso, se recluyó.
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En la última semana, el jefe de Estado no dio entrevistas ni encabezó algunos de los anuncios del paquete de medidas que el Gobierno prevé desplegar hasta las elecciones de noviembre para tratar de suavizar la derrota. Este lunes, por ejemplo, no estuvo en la apertura del paso terrestre más importante, en Puerto Iguazú. Lo hizo el ministro del Interior, con el que el mandatario aún no terminó de limar asperezas.
Tampoco dijo públicamente nada sobre el aumento del mínimo no imponible de Ganancias, sobre la implementación del programa Previaje para jubilados o el blanqueo para personal doméstico, anunciado este lunes.
Dejó ese lugar para los ministros del área y para que capitalice su nueva función el ex gobernador tucumano, que a una semana de su jura todavía sobresale por su hiperactividad.
Esta semana, por ejemplo, será el turno de Julián Domínguez, el flamante ministro de Agricultura que pretende torcer el vínculo con el campo: este martes tiene previsto recibir a la mesa de enlace y el jueves hará lo propio con el Consejo Agroindustrial Argentino.
El Presidente tampoco dijo ni una sola palabra sobre el recambio de autoridades en la Corte Suprema, a pesar de que concentró buena parte de su atención el pasado jueves.
La relación entre Fernández y Horacio Rosatti, el nuevo presidente de la Corte, es pésima. El jefe de Estado prefería para ese lugar a Ricardo Lorenzetti. No habló del tema, pero hizo todo lo que estuvo a su alcance para impedir la acordada que ungió al ex ministro de Justicia. En especial, a través de Elena Highton de Nolasco, sin embargo no le alcanzó y tuvo que quedarse con la bronca.
Fuente: Clarín
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