El anuncio de la creación de un organismo que centralice la administración del agua en el país generó una divisoria en la delegación argentina en el país oriental. Suarez en este punto está contra del impulso de De Pedro.
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"Recorrimos en Nir Am, comunidad agrícola situada en el distrito meridional de Israel, un reservorio de abastecimiento de agua para agricultura. Observamos el proceso que comienza en las plantas de tratamiento y desalinización, hasta el uso de agua en la producción".
Rodolfo Suarez transmitió optimismo desde Israel, como integrante de la comitiva argentina en uno de los países donde más se cuida el agua porque históricamente es escasa y la personas que allí viven son desérticas. El gobernador agradeció públicamente ser parte de esta misión que encabeza Wado de Pedro, el ministro político de Alberto Fernández. Y llamó a saltar la grieta política que impera en el país.
El mensaje amistoso del gobernador de Mendoza le da contexto a este recorrido al sistema de producción y distribución de agua para uso humano y agrícola con un despliegue de alta tecnología, sustentado en este concepto: el faltante hídrico pone los límites a la población israelí. Cada persona allí consume 116 litros por día, ese volumen está graduado en cada paso donde fluye el líquido vital.
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La argentinidad en el desierto
Todo se desarrollaba dentro de lo actos dentro de la agenda de misión argentina en busca de conocimientos de aprovechamiento hídrico. Pero De Pedro fue quien, el lunes 25, levantó la perdiz luego de escuchar que la agencia estatal Mekorot concentra toda la administración del agua del pequeño y potente país de Oriente Medio.
El ministro del Interior movió un par de piezas en el tablero cuando anunció un proyecto de ley para la creación de un organismo o una empresa nacional que centralice la administración del agua al estilo israelí.
Suarez quiere reutilizar el agua residual para riego, como en Israel
El diario La Nación levantó la información y prestó atención en la reacción de Suarez quien dijo no conocer la iniciativa y que su idea era precisamente lo contrario que es la descentralización de la gestión hídrica. El superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli quien acompaña a Suarez en esta gira está alineado en el mismo sentido. Y la gobernadora rionegrina Arabela Carreras consignó como un recordatorio que "los recursos hídricos los manejan las provincias".
El anuncio del jefe de la comitiva originó una serie de comentarios no revelados para no contradecirlo. Sí se supo que los ministros de las provincias que recorren Israel expresaron su desacuerdo desde la base del proyecto nacional. Los funcionarios provinciales coincidieron en que el gobierno central puede colaborar en los debates pero que todas las decisiones que sean tomadas sobre los ríos interjurisdiccionales deben ser tomadas por acuerdos, pactos, entre las provincias que componen las cuencas.
Israel y Tucumán
La superficie de Israel es de 22 mil kilómetros cuadrados, tiene la misma dimensión que la provincia de Tucumán. Esa comparación se escuchó en territorio hebreo en una de las disertaciones para la delegación argentina. Ese paralelismo fue útil que para entender que Israel y Argentina no son compatibles.
Israel es un país muy concentrado con una alta densidad poblacional, viven 424 personas por kilómetro cuadrado y el servicio de agua para consumo humano y para riego es cuidado como si tuvieran los litros del líquido contados (la realidad que está todo cuantificado en materia hídrica).
El Estado israelí se creó sobre una estructura de gobierno centralizado y Argentina se concibió sobre la unión de las provincias del Río de la Plata por eso son preexistentes a la Nación como lo reconoce la Constitución Argentina, por lo cual son dueñas de sus territorios, de sus subsuelos y de los ríos que las cruzan. Por lo tanto solo el anuncio de De Pedro ya sonó a inconstitucional.