Un juez mendocino hizo anular la aplicación del sistema UVA de un crédito hipotecario a un cliente del Banco Nación. Cobos, con la ayuda del Frente de Todos, intenta una sesión especial el 22. La solución judicial, y la que se ensaya en el Congreso con compensación a los bancos.
Cinco razones por las que los créditos UVA son un "robo"
Florencia (30) pidió un crédito hipotecario UVA en 2017 a un banco privado de Mendoza. La entidad aprobó su carpeta y le liquidaron el crédito UVA el 7 de noviembre de ese año, en pleno furor de estos préstamos. La joven pidió al banco $645.000 que le faltaban para comprar un departamento. Cinco años después, luego de pagar 46 cuotas y con un registro de "cero" días de mora, debe al banco por este crédito la suma de $5.949.188,77. Su primera cuota fue de cerca de 3.000 pesos. La cuota número 47 será de más de 27.000 pesos.
Los créditos UVA no son en pesos ni en dólares. Sino en "Unidades de Valor Adquisitivo" que deberían servir para levantar siempre los mismos metros cuadrados de construcción. Este UVA tiene un valor que el Banco Central de la República Argentina publica todos los días. Es un valor ajustable por inflación, a través de un índice llamado "Coeficiente de Estabilización de Referencia", que se calcula sobre la base de los precios minoristas que publica el Indec cada mes. Son, en definitiva, créditos encadenados a la inflación, que se han convertido en un problema político que no ha tenido solución hasta ahora. Y en una pesadilla para sus usuarios.
Si bien es cierto que el valor del capital adquirido por este sistema -una casa, un auto, un departamento- sube, también lo hace la deuda. En 2021, después del congelamiento del UVA que dispuso el gobierno de Mauricio Macri en 2019 por cuatro meses, el valor UVA subía más que la inflación, y con ello, se disparaban las cuotas de los créditos. Se transformaron en "impagables" para las más de 110.000 personas que tramitaron esos préstamos durante la gestión de Macri. La mora es baja, de unos 1.545 créditos según informó el BCRA en octubre del año pasado. Pero la gente siente un temor atávico a las ejecuciones, a perder su vivienda, o a aparecer en el sistema de scoring de Veraz. Las familias se han ajustado al máximo. En algunos casos, el pago de la cuota UVA les consumió hasta el 35 % de sus ingresos. Impagable en la Argentina de hoy.
Quienes defienden el sistema dicen que los tomadores del crédito igual ganan, porque sube el valor de la vivienda adquirida. Eso es relativo por distintas razones.
Dos soluciones
La semana pasada, el juez federal mendocino Pablo Quirós, del Juzgado Federal 2, falló en un proceso de consumo a favor de un cliente del Banco Nación en Tunuyán. Con su esposa habían obtenido un crédito UVA de $2.300.000 en junio de 2017 y luego de pagar durante cinco años, ya debían más de 22 millones de pesos. El juez ordenó reemplazar el sistema de indexación UVA de ese crédito, por el Coeficiente de Variación Salarial a partir de agosto de 2019. En los principales argumentos del fallo, y basado en los peritajes que se hicieron, el juez Quirós dice que hubo "imprevisión" en el hecho de que el tomador del crédito nunca pudo prever que la inflación explotaría en el país como ocurrió. Y citó incluso un documento del BCRA que aún está online, en el que se afirma que "La UVA es especialmente útil para contratos financieros de largo plazo, porque asegura a deudores y acreedores un valor real cierto para pagos futuros, eliminando el riesgo que tendrían sobre los contratos inflaciones o desinflaciones inesperadas", algo que claramente no ocurrió. El juez también sostuvo que hubo una "excesiva onerosidad" para una de las partes (el tomador del crédito), y consideró que el aumento del valor de las cuotas en pesos por el sistema UVA, había resultado mucho mayor que el aumento del salario de los dos deudores, ambos empleados. Otro aspecto fue que hubo dos circunstancias extraordinarias: el congelamiento de las ejecuciones y de la suba del UVA decretado por Mauricio Macri en 2019, y la efectiva escalada de la inflación que tornó el crédito "imprevisible", que llevó en algún momento de la vida de este crédito, a ocupar más del 40 % de los ingresos de quienes hicieron la demanda. También consideró que nadie saca uno de estos créditos para hacer un negocio financiero o inmobiliario. Este es el fallo completo:
El problema es que los fallos judiciales que comenzarán a aparecer eliminando el UVA de los créditos y obligando a los bancos a recalcular, podría llevar a un crack en el sistema de créditos y ahorros. Es decir, alguien tiene que pagar la diferencia entre el "activo" que tiene el banco asentado, y el que la justicia determine. Por eso hay un proyecto de ley de Julio Cobos, que además de reemplazar el sistema UVA por una indexación de los créditos en función de los salarios, contempla una compensación a los bancos. Y es particularmente este punto el que traba las negociaciones políticas para dar una solución al problema a través de una ley del Congreso de la Nación. Ayer, Cobos peregrinó por muchas bancas para conseguir apoyo al pedido de una sesión especial para tratar el tema el miércoles 22 de marzo en la Cámara de Diputados de la Nación. Consiguió la firma de muchos bloques políticos incluyendo el Frente de Todos. Los mendocinos que firmaron fueron Lisandro Nieri y Jimena Latorre (UCR), Omar De Marchi y Álvaro Martínez (PRO), y Adolfo Bermejo y Eber Pérez Plaza, del Frente de Todos.
La pregunta es quién pone el dinero, la diferencia entre lo que cobrarían los bancos por sistema UVA de cada crédito, y lo que percibirían si este proyecto basado en un nuevo índice -pero anclado al CVS- es ley. El borrador de dictamen que quiere llevar Julio Cobos a la sesión especial del 22 de marzo, dice que la compensación a los bancos debe hacerse a través de un fideicomiso en el que habrá de todo: créditos internacionales, Aportes del Tesoro, aporte de los bancos del 0,015 % de los depósitos en dólares y pesos, y una "prima" contenida en los créditos vigentes y que deberán pagar los deudores, aunque todo esto será materia de discusión legislativa.
Conclusiones
Hay varias razones para suponer que los créditos UVA tal como existen hoy son poco menos que un "robo" -involuntario, no calculado ni planificado, si se quiere- a los consumidores. Por las siguientes razones:
1) No hay negocio inmobiliario. Nadie compra una vivienda con un crédito hipotecario UVA pensando en que va a venderla y hacer un negocio inmobiliario después. O financiero. En casi todos los casos se trató de viviendas únicas con destino familiar. La casa para toda la vida. En créditos de hasta 30 años. "Es verdad, y fundamental para el análisis, que al que toma el crédito para su vivienda no le interesa si en una coyuntura macro la casa vale más o menos en dólares, sino que la cuota se mantenga en una proporción razonable de su salario" dice el economista Carlos Ponce, presidente de Plataforma Digital y columnista especializado los viernes en nuestro programa "Te Digo Lo Que Pienso" que se emite por radio Nihuil.
2) Es relativo que las viviendas subieron, generando ganancias a los deudores. Veamos el caso de Florencia con el que iniciamos esta nota. El departamento que compró en 2017 estaba valuado en unos 60.000 dólares de la época, con el dólar a 17 pesos (barato). Ella pagó $1.045.000 por la propiedad. "El departamento hoy está valuado en USD 35.000" contó, de un dolar que vale poco más de 20 veces el de 2017 y que a los argentinos les resulta caro. Es cierto que esta suma en dólares significa nominalmente más pesos argentinos que hace cinco años, pero con los que podría comprar menos bienes que en 2017.
3) Los salarios pierden MAL contra el UVA. En el fallo del juez federal Pablo Quirós, en numerosas sentencias en Buenos Aires, Córdoba, Mar del Plata, consta que los tomadores de crédito perdieron sensiblemente contra la inflación y contra los UVA. La inflación desde octubre de 2016 fue del 1.159 %. Pero el valor UVA desde su creación ese mes (14,05 pesos) subió más de 1.300 % al valor actual de $205,69. Al mismo tiempo, el Coeficiente de Variación Salarial creció menos del 800 %, en igual período. En su sentencia, el juez Quirós nota que el crédito que se estaba discutiendo estaba afectando el 35 % de los ingresos familiares de los demandantes, y esa porción había llegado a ser del 40 % en algún momento del crédito.
4) Con alta inflación, los créditos indexados son difíciles de sostener. "El fondo es que no hay crédito de largo plazo posible con alta inflación" apunta Carlos Ponce.
5) Los créditos perdieron razonabilidad. Lo sostiene el juez Quirós a lo largo de casi todo su fallo. Habla de la imposibilidad de prever la situación actual al momento de tomar el crédito, del crecimiento exponencial de la inflación, de la "excesiva onerosidad" para los clientes hipotecarios, y del peso de las cuotas sobre los salarios que crecieron menos que la inflación, y que el valor de la UVA.
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