La mujer tiene 39 años y es de Formosa. Fue arrestada a punto de cruzar la frontera.
Video: una argentina se robó un bebé en Paraguay y fue detenida en la frontera
Una argentina robó un bebé del hospital de Barrio Obrero en Paraguay y fue detenida 50 metros antes de cruzar la frontera. La mujer fue identificada como Natalia Edith González, de 39 años y con domicilio radicado en Formosa.
El jueves 16 de enero las alarmas se encendieron en el área de gineco obstetricia del Hospital de Barrio Obrero, cuando se informó que un bebé, nacido el día anterior, había sido robado por una mujer en la tarde.
De manera inmediata se activó un protocolo en todo el país, pero aún mayor en la frontera con la Argentina. Casi tres horas después, según medios locales, agentes del Departamento Antisecuestro de la Policía Nacional comenzaron a detectar sus movimientos.
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En las imágenes del propio hospital se observa a la mujer que ingresa a una habitación y luego escapa apurada con el recién nacido en brazos y con barbijo puesto, con la idea de evitar ser reconocida.
Gracias a la ayuda de las cámaras de seguridad se pudo constatar que se encontraba en Nanawa, ciudad fronteriza con Clorinda, Formosa, por lo que de manera inmediata se realizó un operativo y fue capturada a 50 metros de cruzar a la Argentina con el bebé en brazos.
El recién nacido fue devuelto a su madre, de 19 años, y allí los médicos informaron que estaba en perfecto estado de salud.
La captora no tiene antecedentes penales, pero ya fue puesta a disposición de la Justicia paraguaya.
Un caso similar en Argentina
El 26 de abril de 1993, un hecho impactante sacudió al país. Gladys Morel y Tomás Garelli vivieron una pesadilla inimaginable cuando su hija recién nacida, Eliana, fue secuestrada del Hospital Santojanni de Buenos Aires apenas nueve horas después de su nacimiento.
La tragedia comenzó cuando una mujer, vestida con un guardapolvo blanco y haciéndose pasar por personal médico, se presentó en la sala de maternidad con la excusa de realizarle un tratamiento a la bebé. Sin embargo, nunca regresó.
La desesperación de los padres se transformó en un clamor público que movilizó a la sociedad y a las autoridades. Se elaboró un identikit de la sospechosa: una mujer alta, rubia platinada, de unos 35 años, que llevaba una carpeta como parte de su disfraz.
La investigación avanzó rápidamente y las pistas llevaron hasta María Rosa Díaz de Bonis, una mujer que había fingido un embarazo para justificar la aparición de un bebé. El 7 de mayo de ese mismo año, al verse acorralada por la policía, Díaz de Bonis tomó una drástica decisión y se quitó la vida de un disparo en su domicilio.
Afortunadamente, Eliana fue recuperada sana y salva y devuelta a los brazos de sus padres. Este final feliz no logró borrar el trauma vivido por la familia Garelli-Morel, pero sí marcó un precedente.
El caso evidenció las fallas de seguridad en los hospitales y expuso la necesidad de implementar medidas más estrictas para proteger a los recién nacidos. Desde entonces, muchas instituciones revisaron sus protocolos, con el objetivo de evitar que una tragedia como esta se repita.
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