Se cumplió un año y medio de la desaparición del abogado de 38 años. La Justicia siguió un dato que se vincula con el perfil misterioso y de posibles rituales.
Nataniel Guzmán: la intrigante pista que investigó la Fiscalía
Este sábado 27 de julio se cumplió un año y medio de la desaparición del empleado judicial Nataniel Guzmán (38). La recompensa de más de 3 millones de pesos (la máxima posible) por datos que conduzcan a una resolución de su paradero no ha tenido éxito. El abogado jujeño radicado en Mendoza trabajaba en una sede judicial de Las Heras y la última vez que lo vieron fue el 27 de enero de 2023 subiendo a un colectivo (video). Su teléfono estuvo activo unos días más, hasta que se apagó. Su desaparición es un misterio, aunque hay una tenebrosa pista que siguieron los investigadores pero que, aunque no fue descartada, no arrojó resultados positivos. Esa posibilidad que los pesquisas analizaron y en la que trabajaron, también refiere al perfil discreto y misterioso de Nataniel.
La búsqueda del empleado judicial siempre ha estado activa. Nadie se anima arriesgar una hipótesis sobre su desaparición aunque las conjeturas conspiranoides pueden generarse por doquier en encuentros informales. Sin embargo, en la Justicia mendocina se recibieron todos los testimonios necesarios para la investigación. Durante las testimoniales e información aportada por los sabuesos policiales, un dato resultó aterrador: una secta podría estar detrás de la desaparición de Nataniel Guzmán.
Esta posibilidad surgió a mediados del año pasado. Llegó el dato a la redacción del POST a través de un joven que es amigo o conocido de, posiblemente, la última persona que vio con vida a Nataniel Guzmán. El abogado y ese conocido habrían caminado un tramo y el segundo decidió volverse. Antes, el empleado judicial le habría dicho que llegaría hasta un puesto en Capdevila y que luego regresaría caminando al costado de las vías del tren, porque pretendía visitar otro puesto donde se realizan peñas, los jinetes entrenan caballos y hay diversión en las noches y por ello Nataniel llevaba una guitarra. Hasta aquí, nada parecería extraño.
Lo dramático es que el abogado nunca fue visto. Esta persona que caminó con él en dirección hacia Canota dijo que temía que haya sido víctima de una secta que tiene integrantes del barrio Matheu. La persona que le aportó este dato al POST aseguró que muchos vecinos saben de la existencia de esta secta y que las habladurías van desde la práctica de distintos sacrificios hasta orgías. Aunque nada de ello ha sido comprobado y parecía un ramillete de chismes, bien valía la pena consultar en la justicia por esa pista.
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Al realizar ante una altísima fuente judicial ligada a la investigación llegó la sorpresa: "Sí, tenemos esa pista de la secta. Te pido que no publiques nada por ahora porque estamos investigando con gente en el lugar, haciéndose pasar por distintos actos, para tener más elementos y realizar allanamientos". Como es debido, no se publicó nada porque podía entorpecer una investigación sobre el paradero de una persona.
Pasadas algunas semanas, al consultar a la fuente judicial sobre el resultado de ese segmento de la investigación, la respuesta fue por el momento no encontraron vinculación, aunque iba a seguir en la órbita de las posibilidades que contiene el expediente.
Pasó un año y medio y sobre Nataniel Guzmán no se sabe nada. Hay una familia que lo busca, una Fiscalía que realiza distintas diligencias cuando aparecen dato, pero los resultados son los mismos. Mientras tanto, allegados al trabajador judicial estiman que algo relacionado con su personalidad le podría haber ocurrido.
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Porque un grupo de excompañeros de Nataniel y un hermano de él realizaron un rastrillaje informal hasta Canota en busca de alguna pista. Algunos integrantes de esa búsqueda sí estaban en conocimiento sobre el indicio de la secta, la cual les resultaba posible por cómo era su comportamiento. "Aunque trabajaba con nosotros y estaba de novio con una compañera y siempre hacía bromas, cuando desapareció nos dimos cuenta que no sabíamos nada de él", contó un empleado judicial.
Esa breve reflexión parecía contener información, porque al decir que no sabían nada sobre Nataniel significaba que luego de su desaparición supieron detalles de su vida. Por lo tanto, había consultar y escuchar. Fue en ese contexto que este trabajador reveló: "Nataniel era masón".
Este dato nunca fue público, pero asegura la fuente que ahora varios lo saben. Aunque la posible participación en la masonería del abogado, sobrino el ex gobernador de Jujuy, Horacio Guzmán, no esté vinculada a su desaparición, de ser realidad su incursión en esta logia potencia la posibilidad de haber querido tener contacto con una secta, puesto que habría tenía una inclinación por los rituales y el ocultismo.
El ex compañero de Nataniel estaba al tanto sobre la pista sobre la secta y la caminata hacia Canota, en la que al regreso tenía planeado un asado en un puesto donde, supuestamente, iba a encontrarse con prostitutas. Esto no fue un chisme sin sentido. Los efectivos de Investigaciones fueron al juzgado donde trabajaba Guzmán para preguntar si, sus compañeros, tenían conocimiento de una chica trans que podría estar relacionada con la desaparición de Nataniel, y luego allanaron el puesto de Los Vergara.
Un año y medio después de ser visto por última vez, sobre el abogado jujeño se sabe poco y lo poco que se conoce es débil como esas pistas que fueron investigadas.