Los hermanos Álvarez estaban amenazados, dijo el tío de las víctimas

 Este domingo fueron encontrados los cadáveres de los hermanos Kevin (18) y Franco (28) Álvarez en una laguna de Rodeo del Medio. Estaba desaparecidos desde el 7 de junio y al hallarlos, descubrieron que fueron asesinados de sendos balazos en la cabeza. Además, fueron golpeados salvajemente, así lo demostraron las lesiones que tenían en la zona abdominal y en la espalda. Esta situación pone de relieve que fueron torturados por alguna razón de venganza. Por el doble crimen hay cuatro personas detenidas: dos obreros (padres e hijo) que trabajan con los hermanos Álvarez y dos vecinos de los primeros.

La fiscal de Homicidio Andrea Lazo aún no acusó a los sospechosos. Tiene 48 horas para imputarlos y en ese lapso intentará recabar más pruebas. Por otro lado, aunque la tarea de la instrucción es encontrar a los culpables, secundariamente puede establecer el móvil del doble homicidio.

El tío de los jóvenes, Miguel Freites, confirmó que llegaban amenazas al teléfono de Franco, el cual había quedado en su casa, de parte de uno de los detenidos. En diálogo con el programa Te digo lo que pienso, que se emite por Radio Nihuil de lunes a viernes a las 10, el familiar de las víctimas sostuvo: "Tengo entendido que en ese teléfono estaban las discusiones, las amenazas, que fueron mutuas".

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Miguel dijo que su familia no conocía a los sospechosos de haber matado a sus sobrinos, que solo sabían que trabajan con ellos. En ese sentido, detalló que los vio una sola vez el día que les hicieron el primer allanamiento.  

En cuanto a Franco y Kevin, aseguró que eran chicos "de laburo" y destacó: "Por ahí el mayor tenía algunos problemas con el tema de la droga. Sin embargo, en los medios dicen muchas cosas que no fueron tan así". Y sobre Kevin, apuntó que se había puesto una barbería en su casa "y cuando salía algún laburito, lo acompañaba al hermano".

Sobre la pista que habían estado en un drugstore después de cobrar y antes de subirse a un auto, en el que desaparecieron, Miguel Freites explicó: "Esto hay que verlo. Porque según los dichos de este señor (el mayor de los detenidos y padre del otro sospechoso), los chicos estuvieron ahí, les pagó y se fueron. Tal vez estuvieron en el kiosco tomando algo, tal vez volvieron a la casa de este hombre, no sabemos qué pasó en esa situación".

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Hay una pista importante: las últimas conexiones y mensajes del teléfono de Franco, el cual está secuestrado por la fiscal Lazo para ser peritado. El tío de las víctimas cree que la investigación ya debería tener datos concretos, "o tal vez nosotros aún no lo sabemos".