Karen Oviedo hizo dos compras de etilenglicol a través de Mercado Libre. Se lo daba a su marido mezclado con jugo de naranja. Él murió. Vivían en Guaymallén.
La envenenadora se habría tomado 12 días para matar a su marido en Guaymallén
Karen Oviedo (31), vecina de Villanueva, Guaymallén, compartía casa, dos hijos y una despensa de barrio en Manuel A Saez 4173 con su pareja Rolando Aquino (37). Se habían casado en noviembre del año pasado. Pero poco tiempo después hizo dos compras de un líquido anticongelante para autos, el 28 de enero, y luego, el 3 de febrero. Lo hizo a través de la plataforma Mercado Libre. Luego, por razones que de momento se desconocen, le habría ido administrando poco a poco el líquido a su marido. Lo diluía en jugo de naranjas, con la excusa de tratarle una afección en la piel. Aquino en pocos días se descompensó, fue internado y murió en la clínica Santa María, de la calle Federico Moreno en la Ciudad de Mendoza. De a poco se habría ido tomando el veneno, que es incoloro, inodoro, y tiene un suave sabor dulzón, sin saber que lo estaban asesinando. La ingesta fue letal. El líquido refrigerante contiene etilenglicol, una sustancia que de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, puede causar gravísimas lesiones en órganos tales como el hígado, el cerebro, los pulmones, y causar la muerte.
Karen fue detenida el miércoles de la semana pasada, y el jueves mismo la fiscal Claudia Ríos le imputó el homicidio.
El caso, que ha resultado conmocionante, ha sacudido a los vecinos del lugar. Y poco a poco se va conociendo información. Se sabe que Karen habría dicho al personal sanitario en la clínica Santa María, que a su marido le había dado a tomar ácido kójico, un producto cosmético y gastronómico que sirve para tratar el exceso de melanina en la piel, aunque en ese caso debería ser de uso tópico. También les habría dicho que los envases de tal "remedio" ya habían sido descartados. Sin embargo, mientras se tramitaba la "averiguación de muerte" (Aquino murió el miércoles 9), testimonios complicaron a Karen Oviedo. Parece que de algún modo habría forzado a su marido a tomar el jugo mortal varias veces, generándole descomposturas cada vez mayores. El hombre habría llegado a la clínica ya en muy mala condición.
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Un oficio girado a Mercado Libre por la justicia comprobó que ella había comprado dos veces envases de medio litro de etilenglicol, es decir, el refrigerante. No había rastros de compras de ácido kójico. Sólo esa compra y ciertas contradicciones en lo que la mujer contó en la clínica, le dieron a la fiscal Ríos un marco apropiado para detenerla, aunque aún restan los estudios patológicos que confirmen o no la ingesta de veneno. El cuadro clínico de Aquino cuando llegó a la Santa María, sí era compatible con un probable envenenamiento.
La compra del veneno no fue el único elemento. En la inspección de los teléfonos de la pareja, los peritos criminalísticos hallaron dos búsquedas muy sugerentes en el teléfono de Karen Oviedo. "¿Cuál es el veneno más letal?" era una de ellas. Y la otra "Cómo borrar el historial de navegación". Ambas son anteriores a la internación y muerte de Aquino, y la primera, anterior a la compra del primer envío de etilenglicol.
Los motivos del probable crimen se desconocen. Sí se sabe que Aquino habría pasado algún tipo de depresión, a raíz de la muerte de un hijo de nueve años, un par de años atrás.