Dio su versión del hecho ocurrido en un Centro Integrador Comunitario por el que denunció a un funcionario de Daniel Orozco. Luego, relató todo lo que vino después sobre presuntas coacciones, amenazas y grabaciones a otros funcionarios a pedido, según la denuncia judicial, de Janina Ortiz.
#LasHerasGate: entrevista a la empleada que denunció el abuso sexual
Entre la variedad de denuncias realizadas judicial y públicamente por distintos sucesos ocurridos en la Municipalidad y derivaciones de esos acontecimientos, que dieron lugar al #LasHerasGate, hay uno (al menos) de carácter íntimo porque la ley lo establece como delito de instancia privada. Se trata de la denuncia de una joven empleada de la comuna por abuso sexual contra un funcionario del intendente Daniel Orozco. En dialogó con el POST, la denunciante detalló su versión del hecho que expuso en la Justicia. Pero también relató lo que, según ella, sucedió después en el ámbito del municipio, por lo que demoró casi tres años para presentarse a denunciar el presunto abuso. Hoy, el acusado está imputado por la justicia.
La joven se presentó el pasado 8 de junio en sede judicial. Allí acusó a Franco Cortez (25), entonces coordinador de Juventud de la Municipalidad de Las Heras, de haberla abusado sexualmente el 8 de julio de 2020, en plena pandemia. El supuesto ataque sexual habría ocurrido en el baño del Centro de Integración Comunitario (CIC) El Plumerillo durante los preparativos por el Día de la Independencia ordenados, supuestamente, desde la Secretaría de Gobierno a cargo de Janina Ortiz, pareja del jefe comunal y candidata a diputada por La Unión Mendocina.
Aquella tarde en el CIC estaban haciendo sopaipillas para que los funcionarios, incluido Daniel Orozco, las repartieran en la calle a los vecinos del departamento un día después frente al Campo Histórico. La joven ingresó a trabajar al municipio como contratada en marzo de ese año, apenas unos meses antes. Para ella, según explicó, era muy importante tener empleo en aquel momento porque hacía poco que había sido mamá, se había separado del padre de su hijo y sus padres, quienes son vendedores ambulantes, no podían trabajar por las restricciones impuestas en pandemia. En aquel momento "me llama Franco Cortez y yo no tenía claro qué función cumplía, pero sabía que estaba a cargo de los operativos. Y es importante para mi decir que sí sabía que era el marido, novio, pareja de quien era mi directora, Romina Martínez, que a su vez es la mejor amiga de Janina Ortiz", comenzó relatando denunciante.
Luego de aquel llamado para decirle que tenía que ir al CIC a preparar sopaipillas, la empleada municipal asiste. "Había cuatro chicos y yo, nada más; uno de ellos era secretario de la Secretaría de Gobierno, de Janina Ortiz. Había fernet, cerveza, cocaína y no me pintó la situación", recordó para darle contexto al momento. Y continuó: "Franco (Cortez) nos dijo que iba a quitar los celulares porque lo que pase en el CIC tiene que quedar en el CIC, y esto es una práctica habitual porque se trata de cuidar que si hay empleados de la comuna, por cuestiones políticas, no haya fotos. Les di el celular y pedí ir al baño. Los baños estaban con llave y Franco dijo que él los va a abrir. Cruzamos todo el patio y entró un chico primero. Cuando cierra la puerta, me abre otra a mí, entro y Franco se mete atrás mío. Estaba borracho, me quiso dar un beso, le digo que no. Me dijo que él iba a ser concejal, que estaba re bien posicionado en la política... Yo le decía ‘bueno, Franco, ya está, salí', de buenas maneras, tratando de entender que estaba borracho. Se sienta en el inodoro, se pone un preservativo y me baja el pantalón... yo era madre desde hacía poco y tenía puesto un pantalón que no se abrocha...", detalló la denunciante, que a esta altura del relato no podía frenar la angustia.
De acuerdo a su relato, la puerta del baño fue cerrada por dentro y con llave por Franco Cortez, por lo que ella no podía salir. Una vez que le habría bajado el pantalón a la joven, la chica le pidió que le abriera la puerta "pero él quería que le hiciera sexo oral, me forzaba haciéndome agachar, yo me paraba y me decía ‘qué, me vas a dejar así'. Le decía que ya está y escuchamos que comienzan a golpear la puerta. Fue en ese momento que comenzó a masturbarse. Le pido el teléfono, le dije que me quería ir y él me decía que me quedara, que tomáramos unos tragos", contó la chica.
Ambos salieron del baño y se dirigieron al lugar donde hacían las sopaipillas. Mientras cruzaban el patio, la denunciante asegura que el funcionario le dijo: "Lo que pasó en el baño murió en el baño, no hay que decir nada. Me dijo que tenía que pensar en mi hijo y que él es familiar de Janina (Ortiz), aunque no de sangre y que yo era nadie".
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Luego, estuvieron en el CIC varias horas más pero ya se había ido el chico que había golpeado la puerta del baño cuando en el interior estaba Franco Cortez abusando a la joven, siempre de acuerdo al relato. Detalló que por orden del coordinador de Juventud, otro chico la tenía que llevar hasta su casa y debía asegurarse de que entrara. "Al llegar a mi casa le cuento a mi novio por mensaje pero no me animé a contarle todo, por la vergüenza... Traté de suavizar y le conté que Franco quería que yo le hiciera esto, pero no llegamos a hacer nada", le habría dicho por WhatsApp a su novio, con quien aún está en pareja. El hombre habría insistido en que debía denunciar lo que había ocurrido, de acuerdo al relato de la joven en la entrevista con el POST y hasta se enojó con ella, quien le habría aclarado que podía perder el trabajo si hacía público lo que habría sucedido en ese baño.
Posteriormente, Franco Cortez habría comenzado a ir a la casa de ella casi diariamente "para pedirme que no dijera nada. Después me dijo que se había filtrado que habíamos estado ahí y que la gente andaba diciendo que hubo una fiesta donde hicimos una orgía y ‘vos sabés que es mentira, tenés que pensar que tenés un bebé y te vas a quedar sin trabajo en la pandemia. A mi no me van a echar'. Claramente tenía razón -reflexiona la denunciante- porque no pasó nada".
La trabajadora municipal continuó diciendo que Franco Cortez le habría dicho que en caso de que la llame Janina Ortiz, a quien ella aún no conocía, "tenés que decir esto. Y entonces ellos (no aclara a quienes se refiere) empiezan a relatar una historia, la cual me hacen aprender. Por ejemplo, decir cuál fue el horario en que nos fuimos (del CIC), que no hubo alcohol, tampoco drogas. Y que si me preguntaban si hubo una orgía, tenía que decir que no, porque todos iban a decir lo mismo y que a mi me iban a sacar cagando", le habría insistido el funcionario de Orozco en compañía de otras personas, al parecer serían los otros hombres que estuvieron el CIC.
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Después del supuesto abuso y esas visitas que le habría hecho Franco Cortez, la denunciante destacó: "Yo estaba muy asustada por perder el trabajo y aparte no me llamaban a trabajar. Pero un mes después, me llama Janina (Ortiz). Luego, todos estos chicos me empiezan a enviar mensajes para que no vayas a contar otra cosa".
Entonces, la joven dice haber ido a una reunión con Janina Ortiz por ese llamado que le habría hecho. Cuando estuvieron juntas, "Janina me dijo ‘vos sabés lo que pasó... te escucho', con ese cinismo que tiene. Estuve un rato en silencio, me largué a llorar. Le dije que solo hay una cosa que importa, que el Franco me metió al baño y yo no quería (relató la empleada). Lo dije con mucha vergüenza frente a mi jefa, porque Franco me había dicho que ellos (con la secretaria de Gobierno de Las Heras) eran familia y ella dijo lo mismo: ‘Pero no puede ser, porque para mi los Cortez son mi familia. No puedo creer que esto sea cierto'. Veo que ella no me cree, me preguntó horarios y le dije que no tengo pruebas del abuso sexual pero le muestro los chats con mi novio de esa noche y le digo que lea todo lo que quiera", afirmó.
De acuerdo al relato de la empleada municipal, Janina Ortiz comienza a leer los chats "y me dice: ‘Voy a decidir creerte porque sos (según lo que le cuenta) la que más se aproxima al horario de las alarmas'". En este punto, la referencia está vinculada a que la pareja de Daniel Orozco habría chequeado el sistema de alarmas y la habrían encendido para irse muy tarde por la noche, y no "temprano" como le habrían contado los jóvenes que estuvieron haciendo sopaipillas.
Ver: Janina Ortiz declaró por el ataque que sufrió en inmediaciones de su casa
De inmediato, la presunta víctima detalla que Ortiz parece creer pero "me pide que no lo denuncie. Me dijo que haga lo que quiera, pero que no me preocupara porque ellos se iban a encargar de Franco, que no hacía falta que yo me encargue de él con la Justicia. Me largo a llorar, le digo que tengo mucho miedo por perder el trabajo y me mira y me dice: ‘No te preocupés, por ahora no te vamos a echar. Esto se va a investigar'. Le agradezco llorando, porque estaba cagada de hambre, es la verdad. Pero ella me dice que tengo que olvidarme de esto, que tenía que dar vuelta la hoja. Nunca me ofreció ni siquiera un acompañamiento psicológico y tendría que haber estado más presente (cuenta llorando) porque yo confié en ella y eso es lo feo. Porque yo confié en Janina como funcionaria, como nuestra líder política, como mujer y yo lo único que quería es que no me echara. Quería poder entrar a la Municipalidad con la frente en alto porque en las redes sociales hablaban de la fiesta negra del CIC, la putita que se cogió a todos, la putita de los Cortez", se explayó la joven entre lágrimas.
Luego de ese encuentro con la funcionaria, la denunciante contó que los hombres que habían estado en el CIC no aparecieron más por la Municipalidad y que ella pensó que los habían echado, como muchos otros empleados. Pero que luego en una Fiesta de Reyes organizan actividades políticas y "Janina me separó del grupo de El Plumerillo porque estaban los Cortez y me mandó a El Resguardo, que me quedaba muy lejos de mi casa". Y como Franco Cortez habría vuelto a escena, según la joven "todos comienzan a hablar nuevamente del tema y lo que más me pesaba fue que yo seguía bajo la dirección de su mujer o ex mujer, que es Romina Martínez, y para ella, yo me había cogido a su marido. Y Janina, que me podría haber mandado a otras áreas, me mandó a esa (Participación Ciudadana y Social), que la directora era Romina. No sabía cómo contarle que su marido era una mierda y que me creyera. Por esto estuve un tiempo sin ir a trabajar, para que se olvidarla el tema. Pero, luego, venía gente y contaba de una putita que se la habían cogido entre tres o cuatro en el CIC de El Plumerillo, sin saber que era yo. Esto me empezó a volver loca. Entonces, en reiteradas ocasiones, le pedí a Janina Ortiz que parara esto, que saliera a defenderme diciendo: ‘No, acá hubo un abuso sexual y se dejan de joder'. Yo necesitaba eso de ella, pero cada vez que iba a su oficina me decía que tenía que dar vuelta la hoja. Y me mandó a un Cedrys a limpiar como un castigo porque había llegado tarde a trabajar, porque así me lo dijeron", asegura la joven sobre las conversaciones que habría mantenido con la secretaria de Gobierno.
Estas situaciones, que habrían sido el comienzo de la concatenación de hechos de presuntas corrupciones y extorsiones, estas últimas a través de grabaciones obtenidas con encuentros sexuales impulsados, según la denuncia judicial, por Janina Ortiz, habrían generado en el edificio municipal un clima muy hostil para la joven porque, según cuenta, "varios hombres se tomaban atribuciones porque creían que lo que se decía de mí era verdad. Incluso, el tío de Franco (Cortez) que es esposo de la subdirectora de Salud, un día me metió los dedos en la boca y me dijo que se querían encontrar conmigo. Estas cosas me afectaron, porque para muchos yo era, literalmente, la putita de la muni".
En su relato, la denunciante saltó luego hasta el 8 de marzo de este año en que Janina Ortiz y la concejal Priscilla Maturano (testigo en la agresión a la funcionaria) hacen un evento por el Día de la Mujer y la invitan. Según asegura, en ese evento de mujeres dependientes de la Secretaría de Gobierno en el Salón Malvinas "me desbordé por la impotencia, porque Priscila dijo que Janina nos representaba a todas las mujeres del municipio y llorando empecé a decir, a los gritos y mirándola a Janina, que a mi no me representaba, que cubre a los hombres. Y ella no me pudo sostener la mirada y se sentó. Me trataba de calmar Patricia Rivero (imputada en una causa de coacción agravada) y yo le decía que me tenía que bancar cruzarme en los pasillos a ese culiado, que se florea por todos lados", recordó la empleada municipal.
A partir de ese momento, contó durante la entrevista que se instaló en su ánimo la idea de denunciar el abuso sexual y allí habrían comenzado a sucederse todos los hechos que explotaron cuando el POST hizo público el audio en el que grabaron a quien sería Osvaldo Oyhenart, punto de partida de la investigación periodística sobre presuntos fraudes con cooperativas relacionadas a empleados municipales. Al funcionario lo grabaron camino de un hotel alojamiento, según la denuncia, por pedido de Janina Ortiz para probar su lealtad. Esta denunciante y la víctima de presunto abuso, presentaron en la Secretaría de Gobierno un programa de salud mental para el municipio. Ortiz lo aprobó y la joven entiende que fue para mantenerlas "entretenidas". Entonces, durante charlas con la psicóloga del grupo, la empleada abusada habría preguntado si ella tenía el rótulo en la frente de lo que le había sucedido y la profesional le respondió: "Lógico, si fuiste abusada sexualmente". La joven contó esta situación llorando y diciendo que le generaba vergüenza.
Lo que sigue, de ser verdad, parece extraído de una película de Martin Scorsese. "Un día aparece una persona que no voy a nombrar y nos ofrece (también a la joven que grabó a Oyhenart) cierto acuerdo a cambio de poder negociar nuestra información, sabiendo que nos habían congelado el programa (de salud mental) la "queen" o la señora, como le decíamos a Janina. Nos dice, en un café, que va a negociar con Daniel (Orozco) que estemos bien por todo lo que hemos sufrido. Nos ofreció una plata importante. Pero al otro día, cuando Janina se entera de esto, porque nada pasa sin que ella lo sepa, nos desmanteló la oficina. Ahí comenzaron una serie de amenazas, no sé, por haber querido volver a tocar el tema del abuso y justo se sumaba el asunto del audio. Porque a mi amiga, que ingresó a través mío, tenía que investigarla por pedido de Janina Ortiz y yo respondía fielmente a ella, porque era la forma de conseguir paz. Si me preguntan cuánto vale mi dignidad, Janina me prometió una casa y a veces la dignidad vale una casa (confesó llorando). Me la ofreció para que no hiciera problemas por el abuso y por todo lo demás. Janina juega con eso de las necesidades y estoy segura que a todos les pasa así. Como prueba, tengo que ella me pide los datos (por mensaje de celular) y me pregunta si tengo una casa a mi nombre, porque si la tenía no me la podía dar", sostuvo la denunciante del presunto abuso sexual y que además es testigo en la causa de coacción del audio al funcionario.
A partir del desmantelamiento de la oficial, la empleada municipal asegura que comenzaron a recibir intimidaciones. Relató que estaban paradas afuera y pasaba alguien y les gritaba: "Aguante Janina". Que le habrían dejado en el auto, a su amiga y también denunciante, un papel que decía: "Se dejan de joder". Y aseguró: "Unos días antes recibí una llamada en la que me decían que Osvaldo Oyhenart le iba a cortar los frenos del auto a mi amiga. Justo entró ella... le digo que me habían dicho que el Osvaldo la iba a hacer mierda y me cuenta que acaba de ver que le estaban toqueteando el auto", detalló.
Comienzan a ir a la oficina de Janina Ortiz, pero no las atiende. Entonces, para hacerle llegar un mensaje a la secretaria de Gobierno, la presunta víctima de abuso sexual buscó a otra funcionaria, a Patricia Rivero y le cuenta que fue eliminada de todos los grupos de trabajo de la Municipalidad. "Patricia me pregunta qué pasó y nos dice que vayamos a su casa, que va a hablar con Janina. Vamos a su casa y nos dice que Janina quería el audio y que yo hiciera un live en Facebook contando todo, lo del abuso sexual y lo demás. Me niego porque me iba a cortar la cabeza. Entonces empieza a reproducir audios de Janina para que sepamos qué pensaba de nosotras. Decía que ella misma con una gillette nos abriría la panza, que éramos unas putas que lo único que buscábamos era plata. A mi me da mucho miedo y siento un ruido de una bolsa que tira sobre la mesa la hija de Patricia. La chica, Carolina Murúa que también es empleada de la Municipalidad, se pone unos guantes y saca un arma. Sacó dos cajas de balas y Patricia nos dice del caso de María Soledad Morales y agrega: ‘Qué casualidad, se llamaba Soledad como vos. Era una catamarqueña que se metió con funcionarios, donde hubo abuso sexual y sabés dónde terminó, en un lavarropas'. Mientras con el arma nos iban apuntando, la cargaban y descargaban", afirmó la joven sobre ese encuentro en la vivienda de la funcionaria Rivero.
Por ello, la joven dice que le pidió a su amiga que por favor le entregue el audio a Rivero y le habría aclarado que ella tampoco iba a denunciar. Su amiga le entrega el famoso audio y lo habrían bajado en la computadora.
Pero quedaba otro episodio más. El domingo de Pascuas, la joven decide llamar al 144, según ella confiada que es un programa nacional llamado Acercar Derechos y no habría injerencia de alguien de Mendoza. Contó todo y la derivaron a la sede de Las Heras en Casa Hermana, donde es citada para el martes. "Pero el lunes, decidimos ir a hablar con Daniel Orozco para contarle todo. Nos hace pasar a la oficina, pero no nos atiende y pone a Mauro Homan, el director de Asuntos Legales, para que nos escuche. En la sala de al lado, estaban Janina y la escribana Daniela Márquez Ball. El abogado nos explica que Daniel no nos puede escuchar, porque si lo hace tiene la obligación como intendente de hacer la denuncia y nos fuimos re enojadas. Al salir, Patricia Rivero nos llama e invita a su casa. Cuando estábamos ahí, recibe una llamada de un hombre al que pone en altavoz que le decía. ‘Las tuyas fueron a hablar con Orozco, si nos das el ok las boleteamos'. Y Patricia le dice que todavía no tiene que hacer nada y corta", denunció durante la entrevista.
Salieron de la vivienda de la funcionaria y llamaron al 144. Según la joven, les dicen que les pondrían a un equipo interdisciplinario para ayudarlas, les piden que cuenten todos los hechos, pero "nos dicen que no denunciemos, que para mi fue rarísimo y no se comunicaron nunca más. Al otro día, cuando íbamos a ir a Casa Hermana, se comunica la escribana (Marquez Ball) para que fuésemos el viernes a hablar de temas laborales a la Municipalidad. Fuimos y Janina me atendió a mi primero. Fueron las peores dos horas de mi vida. Estaba la escribana, que iba escribiendo todo en una computadora y la abogada de Janina. Ahí adentro estaba colapsada, le decía que había enviado a Patricia a ponerme un arma. Me dijo, mirándome a los ojos, que lo de Franco era mentira, que yo siempre estaba en situaciones en las que era mi palabra contra la de otros. Me enojo mucho y a los gritos le digo que era la palabra de una mujer que le fue a pedir ayuda, en un momento vulnerable de su vida, contra la de un hombre al que estaba cubriendo. Me había vuelto loca. Me decía. ‘Y... no sé, no hay pruebas. Se tendrá que demostrar en la Justicia. Qué querés denunciar ahora'. Y me seguía cuestionando todo. Después de dos horas, me dan dos hojas y la escribana me explica que uno era sobre mi continuidad laboral en un centro de salud y se me mantenía la categoría y sueldo. Y el otro decía que si yo me refería a algún funcionario, sobre los hechos ocurridos, si yo hablaba mal de alguien o involucraba a cualquier funcionario de la Secretaría de Gobierno iba a salir perjudicada, no solo con la baja del contrato sino también con acciones legales. Era más o menos así, porque yo estaba nublada en ese momento. Y me aclara la escribana que un papel era para proteger mi continuidad laboral y el otro para proteger a Janina. Entonces firmo y pido una copia. Me dicen que me la darían en la semana porque había que certificar los papeles y me voy", contó la denunciante.
La empleada municipal, que según ella estaba muy mal, dejó de ir a trabajar y le avisó a la escribana, quien le habría respondido que no se hiciera problemas y siguió cobrando igual su sueldo.
Las Heras: el abuso sexual que abrió la trama del escándalo político
Nota del editor: El ex funcionario Franco Cortez (acusado del abuso), está imputado de abuso sexual con acceso carnal por esta causa, y fue separado del cargo. Ese caso lo investiga el fiscal Martín Lucero. La víctima contó el abuso a distintas personas cuando ocurrió. Ya declararon. También el joven empleado que golpeó la puerta del baño. No está claro si Cortez sigue perteneciendo al staff municipal. Janina Ortiz será imputada de coacción, por haber impulsado durante meses a una empleada, a través de la víctima de este abuso, a acostarse con el funcionario Osvaldo Oyhenart para grabarlo. La acusación ya fue emitida por los fiscales, pero la funcionaria no está notificada. Su abogada presentó un recurso. Patricia Rivero y su hija Carolina Murúa están imputadas de coacción agravada por uso de arma, a causa del episodio de la entrega del audio. Estas últimas dos causas las investiga el fiscal de Delitos No Especializados Gabriel Blanco. Todos los hechos relatados en esta entrevista forman parte de los expedientes de #lasherasgate.
La foto en cabecera de esta nota, es ilustrativa y no pertenece al caso.
La investigación: Una trama de sexo, intrigas, política y denuncias sacude Las Heras