Su sobrina lo denunció. Aseguró que los vejámenes comenzaron cuando tenía 9 años, hoy tiene 23. Ella amplió su denuncia, se sometió a los peritajes psicológicos y a su tío solo lo informaron de la acusación, nada más.
El lento avance de una denuncia por abuso contra un empresario mendocino
Una joven de 23 años denunció a su tío, un conocido empresario mendocino de 44 años, por abuso sexual, ultrajes que según ella comenzaron cuando tenía unos 9 años. Ella radicó la acusación a finales de agosto de 2019, es decir hace un año y siete meses, y extrañamente la causa recién está en pañales.
Muy pronto este caso será la comidilla en ciertos círculos de Mendoza por los protagonistas del hecho. Las personas involucradas, denunciantes y denunciado, son familia y de por sí significará, para muchos, una situación que generará distintos puntos de vista y algunos hasta tomarán partido. Porque siempre es difícil imaginar un adulto abusando de un niño. Pero cuando el presunto pedófilo es golfista, empresario de la construcción y comerciante, y encima familiar de la presunta víctima, los prejuicios pueden confundirnos al momento de apuntar sobre quiénes son capaces de cometer este tipo de hechos.
Pero esto no es lo importante, claro que no. Lo realmente esencial es la verdad y la Justicia es la que tiene las herramientas para dar con ella o acercarse lo más posible hacia la veracidad de los hechos denunciados, o desestimarlos si fuese necesario.
La joven que denunció haber sido abusada por su tío (no se menciona su identidad porque aún no ha sido imputado), la pareja de la hermana de su mamá con quien tiene dos hijos, presentó por primera vez su relato ante la Justicia el 30 de agosto de 2019. Luego, ha realizado ampliaciones de esa denuncia, incluso en marzo de este año. También ha cumplido con todas las entrevistas, unas cinco en total, ante psicólogos a modo de peritajes para que los profesionales establezcan si dice la verdad, acomoda el relato o fabula. Mientras la joven llevó adelante estas entrevistas, a su tío le tomaron declaración informativa. Esta figura es híbrida, es una situación intermedia que no pone al denunciado en lugar de testigo, pero tampoco alcanzan las pruebas para ser acusado.
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Pero en estos casos, la Justicia de Mendoza suele utilizar mucho el testimonio de la supuesta víctima como prueba. La chica contó que alrededor de los 9 años comenzaron los abusos de su tío. Debido a que no tenía padre, su madre la dejaba mucho en la casa de su hermana. Para ella, su tía y la pareja de ella eran una especie de padres; desde bebé la cuidaron. Ella dijo: "Los amaba". Hasta que, según ella, comenzaron los abusos.
Los ultrajes, de acuerdo a lo que denunció la joven, fueron en el comienzo tocamientos, luego hacerle ver de pequeña cómo tenían relaciones él y su tía, hasta llegar al acceso carnal. Estos hechos se habrían mantenido hasta sus 16, más o menos, con discontinuidad.
La presunta víctima trabaja en un local comercial de su tío, donde también atendía su madre. Por un conflicto con ésta última, por el cual también fue denunciado, la joven decide contar todo lo que habría ocurrido desde 2008 y se produjo un grave problema familia. Fue ese el momento en que decidió hacer la denuncia judicial.
Desde aquella primera denuncia la joven ha completado las entrevistas con psicólogos y psiquiatras. Ha relatado los hechos que denunció una y otra vez. Sin embargo, el informe final de los profesionales aún no está ingresado en el expediente. Esto llama mucho la atención. Un año y siete meses después de una denuncia por abuso sexual y la evaluación aún no está lista, diligencia fundamental para continuar con el proceso.
La causa la instruye la fiscal Virginia Rumbo, que suele ser implacable con este tipo de denuncias. Fuentes oficiales del Poder Judicial reconocieron que puede haber existido un retraso, pero que la investigación nunca se detuvo. Esto contrasta con otras denuncias por abuso sexual, en las que se imputa rápido al sindicado como el perpetrador de los ultrajes. En este caso, el tío de la joven no está acusado de nada, sólo se le tomó la mencionada declaración informativa, y la fiscal debe estar esperando producir más prueba.
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En el caso que el informe pericial sobre las declaraciones de la joven esté listo, esto no estaría en el expediente, según afirmó su abogado querellante, Juan Roccuzzo. Como sea, si por las consultas del POST sobre esta denuncia la evaluación de los profesionales fue sumada a la causa en las últimas horas o en los últimos días, un año y siete meses es mucho tiempo.
Es decir, mientras la denunciante ha contado una y otra vez lo que según ella sucedió, teniendo en cuenta que la Justicia busca no "revictimizar a las víctimas", hacia el otro lado casi que no hubo actividad, no hubo interés en saber más sobre el tío. Incluso y en sentido abstracto, cualquier persona denunciada por un delito tan aberrante, si se considera inocente, sin dudas se querría defender, que el proceso sea rápido y no estar más de un año y medio con esa pesada carga sobre su espíritu.