Los agentes, un cabo y un agente de la División Tránsito, fueron acusados de intentar evitar una multa a cambio de bebidas, lo que ha llevado a su suspensión temporal.
Dos policías de San Juan, investigados por coima: pedían fernet
Un cabo y un agente de la Policía de San Juan pasaron a situación pasiva mientras la Justicia de Jáchal investiga un presunto caso de cohecho que podría poner fin a sus carreras en la Fuerza y en cualquier función pública.
Según informa Diario de Cuyo, ambos policías solicitaron a un distribuidor de bebidas un pack de seis gaseosas y otro de fernet a cambio de no multarlo por supuestas irregularidades en su camioneta, que presentaba un faro trasero quemado y problemas en el gancho para remolcar.
Los implicados, cuya identidad no ha sido revelada, desempeñaban funciones en la División Tránsito y estaban apostados en la zona de Niquivil.
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A solicitud del fiscal de la UFI Norte, Gastón Salvio, el juez de Garantías, Domingo Castro, ordenó la detención de los sospechosos el pasado miércoles. Permanecieron en prisión hasta el viernes, cuando la Fiscalía les imputó el delito de cohecho, solicitando un plazo de un año para la investigación y medidas de coerción para asegurar que no entorpezcan el proceso.
El incidente ocurrió alrededor del mediodía del 27 de agosto en una calle cercana a la Ruta Nacional 40, utilizada frecuentemente por los habitantes de Niquivil. En ese momento, los policías interceptaron al empleado de una conocida distribuidora que conducía una Ford F100, advirtiéndole sobre las supuestas fallas en su vehículo.
Para "resolver" la situación, le pidieron el pack de bebidas que, según testimonios, ni siquiera eran de primera marca. Aunque el empleado accedió, rápidamente notificó a su empleador, quien presentó la denuncia esa misma tarde.
La denuncia llevó a una investigación preliminar dirigida por el fiscal Salvio, que resultó en un operativo donde se allanaron las instalaciones de trabajo de los policías y sus vehículos particulares. Sin embargo, los packs de bebidas fueron encontrados entre yuyos, a metros del puesto de control, lo que se considera una evidencia sólida que respalda las acusaciones.
A pesar de que los policías optaron por declarar, sus versiones fueron contradictorias y no coinciden con los relatos presentados por la Fiscalía. El cohecho es un delito grave en Argentina, con penas que oscilan entre 1 y 6 años de prisión y la posibilidad de inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
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