En marzo próximo, Diego D'Ascanio, denunciado por su sobrina por abuso sexual agravado gravemente ultrajante y promoción de corrupción de menores agravado, entre otros delitos, será enjuiciado.
El empresario acusado por su sobrina por abuso sexual tiene fecha de juicio
La investigación por la denuncia de abuso sexual que le hizo su sobrina, a los 23 años pero que dijo haber sido ultrajada desde los 11, al empresario Diego D'Ascanio (45) finalizó hace un par de meses. Luego, pidieron elevar la causa a juicio y la defensa no se opuso. Por ello, quedó fijada la fecha de debate oral y público para marzo, aunque el concepto de público puede ser restringido por tratarse de un delito de instancia privada en el cual se busca proteger a la víctima.
D'Ascanio enfrenta graves cargos. La fiscal de instrucción Virginia Rumbo, con las pruebas obtenidas, tuvo semi plena prueba de que el empresario sería culpable los siguientes delitos: promoción a la corrupción de menores agravado por la guarda y la convivencia en delito continuado, con abuso sexual simple, y abuso sexual gravemente ultrajante como también exhibición de material pornográfico a menores en concurso real con abuso sexual simple. Es por ello el sospechoso será juzgado entre el 14 y el 18 de marzo próximo, dos años y siete meses después de haber sido denunciado por su sobrina.
La joven de 23 años contó en sede judicial en agosto de 2019 que su tío, quien la cuidó junto a su esposa desde que era pequeña, habría comenzado a abusarla a los 11 años. Detalló que le hacía regalos caros para una nena de esa edad y le pedía que no dijera nada. Luego, creció y comenzó a trabajar en un negocio de ropa de niño que el sospechoso tenía en Palmares. Además, D'Ascanio tenía emprendimientos inmobiliarios, comerciales, una estación de servicio y propiedades en el exterior, además importantes relaciones en la provincia.
Pero un día el escándalo familiar estalló. La chica, hija de la hermana de la esposa de D'Ascanio, lo denunció y luego fue despedida del negocio, por lo que también existe una demanda laboral.
Ver: Abuso: D'Ascanio, enviado a la cárcel por romper la pulsera magnética
En agosto de 2019, la presunta víctima se presentó a denunciar a su tío, quien de acuerdo al vínculo que habían tenido, era como un padre. Tuvo que realizar distintas entrevistas con psicólogos y psiquiatras para que éstos profesionales determinaran si mentía o no. Cinco veces fue convocada a repetir su testimonio. Mientras tanto, Diego D'Ascanio fue una sola vez a sede judicial donde le tomaron informativa (una figura que está entre testigo y acusado) y lo dejaron ir. Hay que recordar que en casos de abuso ocurrido muchos años atrás la prueba más contundente es el relato de la presunta víctima.
Pasaron los meses, la joven volvía a ser entrevistada por los peritos y la causa no se movía. Así llegó marzo de 2021. La fiscal Rumbo no incorporaba esos peritajes al expediente y como eran fundamentales, no avanzaba la investigación. El 30 de marzo a las 06 el POST publicó una nota titulada "El lento avance de una denuncia por abuso contra un empresario mendocino". A las 10 de ese mismo día, fueron incorporados al expediente los informes de los peritos. Ahí comenzó a moverse la causa, siendo que en cualquier denuncia por abuso sexual la Fiscalía especializada imputa rápidamente.
D'Ascanio fue detenido, enviado a la Penitenciaría, pero luego obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria gracias a certificados médicos que daban cuenta que tenía problemas de salud. Sin embargo, en julio de este año no respetó el beneficio de encierro (estaba en la casa de una amiga suya en Vistalba), rompió la pulsera magnética y se escapó. La Policía alcanzó a detenerlo. Lo llevaron a una oficina fiscal y le imputaron el delito de daños al Estado (el dispositivo es un bien del Poder Judicial). Cuando lo trasladaban nuevamente, le dijo a los Policías, que lo llevaran a un edificio de calle Belgrano de Ciudad. Los uniformados tal vez creyeron que él cumplía ahí la prisión domiciliaria y accedieron. Pero no era allí donde debía estar encerrado, ese es el departamento donde está su esposa e hijos.
Ver: Detuvieron al empresario mendocino denunciado por su sobrina por abuso sexual
Esta situación, rotura de pulsera y hacerse llevar a un lugar donde no tenía permitido ir, le valió que le revocaran la prisión domiciliaria y lo enviaran al Penal.
Allí, tras las rejas, aguarda el juicio en el que buscará probar su inocencia. La otra cara de la moneda es que podría recibir aproximadamente hasta 25 años de cárcel.