Diego Barrera y Bibiana Sacolle van a juicio por un hecho ocurrido en 2019, en el que habrían intentaron quedarse con una casona de calle Bandera de los Andes. Están acusados de golpear, atar a los moradores y matarles el perro.
Juzgarán a los asesinos de Aliaga por un intento de usurpación: cómo fue
Diego Barrera y su expareja, Bibiana Sacolle, condenados por el secuestro y asesinato de Diego Aliaga, presunto colaborador del juez federal Walter Bento, volverán a sentarse en el banquillo de los acusados por un supuesto intento de usurpación de una casa ubicada en calle Bandera de los Andes de Guaymallén. Ambos están imputados por el delito de "robo agravado por el uso de arma, robo agravado por ser en poblado y en banda, robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede acreditarse y robo agravado en concurso ideal". El episodio estuvo marcado por la violencia extrema. Según los testimonios, Barrera y Sacolle, junto a otros cómplices, habrían ido a la propiedad - que funcionaba como una especie de pensión - simulando ser policías para efectuar un "allanamiento", echar a los inquilinos y quedarse con el lugar.
Según el relato de los testigos, el episodio fue un desborde de violencia. Los moradores de la vivienda fueron atados, golpeados, amenazados y hasta les mataron el perro, un caniche, tal como publicó el Post en una crónica.
En el expediente consta que este hecho ocurrió en 2018 y a vivienda pertenece a la familia Lonigro, dedicada a la venta de comidas en las inmediaciones de la Terminal. La casa está ubicada en calle Bandera de los Andes al 329 de San José, está emplazada en un terreno de 2 mil metros cuadrados y tiene salida por calle Alberdi. En el pasado fue sede de la Clínica Landi, luego fue adquirida por un grupo empresario vinculado a la medicina pero nunca ocuparon la casa.
Ver: Diego Barrera y su familia, condenados a perpetua por el crimen de Aliaga
Diego Barrera trabajaba en una playa de estacionamiento al lado de la casona. Esta proximidad le habría permitido armar un plan para quedarse con la casa, algo que ya había intentado años antes sin éxito.
Noche violenta
A las 06.15 horas aproximadamente, ingresaron al domicilio cuatro o cinco hombres, dos de ellos vistiendo uniformes de policía. En el grupo estaba Diego Barrera, quien vestía un camperón azul con rayas refractarias. Otros dos sujetos estaban vestidos de civil. También ingresaron dos mujeres, una de ellas identificada por las victimas como Viviana Elizabeth Sacole Ferro, pareja de Barrera, quien portaba un chaleco antibalas de policía, color negro.
En la planta alta dormía un hombre que escucha que golpean la puerta de la habitación y gritan "es la policía, abran la puerta, es un allanamiento". Por tal motivo, intentó salir por un balcón que da al patio de la casa de su madre, pero un hombre armado que le apuntaba desde allí le gritó "quedate quieto o te quemo".
Al ser amenazado, ingresó nuevamente a su habitación y tras él, los que estaban vestidos de uniformados entraron con linternas pateando la puerta y apuntándole con armas de fuego. Le ordenaron tirarse al piso, lo golpearon, lo maniataron con precintos plásticos y con esposas mientras afirmaban ser policías. Luego lo sacaron de la pieza y lo hicieron poner de rodillas en un hall ubicado en la planta alta.
En simultáneo, una mujer que dormía en otra habitación fue sorprendida por otra que estaba vestida como policía y se aproximó a ella con una picana mientras la mujer rubia, que sería Sacole Ferro, se levantó su remera mostrando un arma de fuego, a la vez que la amenazaba: " dale nena no me la compliques" .
La mujer con ropa de policía la "picaneó" mientras la otra le gritaba"dale nena no me la compliques acordate que tu hijo está afuera, salí sino te voy a dar vuelta".
Ante esta amenaza, la víctima salió del inmueble y se dirigió a Oficina Fiscal N°8 para avisar lo que estaba sucediendo.
Los atacantes, sacaron de la casa un reloj pulsera de oro, una cadenita, un par de aros de oro y treinta mil pesos, lo cual fue advertido con posterioridad por la víctima cuando pudo volver a la casa, que de todas maneras está ocupada de modo irregular.
El raid de los delincuentes siguió en la habitación de un joven, también del grupo familiar, quién se despertó con el grito de personas diciendo que era un allanamiento. El muchacho salió de su habitación y vio a una persona vestida como policía apuntándole con un arma. Le arrebató el celular, lo ató con precintos gruesos y de una zancadilla lo tiró al suelo, mientras le pedía dinero, armas o drogas.
De esa habitación se llevaron quince mil pesos que estaban escondidos en un placard. Luego, lo levantó del piso y lo llevó a la planta alta donde también se encontraba su hermano, atado y de rodillas mirando a la pared. Allí también estaba uno de los "inquilinos" de la casa que no pertenecía a la familia, y que solo ocupaba una de las numerosas habitaciones.
Mientras las tres víctimas se encontraban de rodillas, precintados en el lugar, los sujetos hablaban por radio y decían "hemos encontrado droga, los tenemos acá". Posteriormente, les hicieron bajar las escaleras y los obligaron a arrodillarse nuevamente en el hall principal en la parte de abajo del domicilio, donde ya se encontraba otro inquilino y un amigo que había ido a visitarlo.
Una vez que las cinco victimas se encontraron en el lugar de rodillas, precintados y esposados, les tomaron fotos.
Luego le preguntaron a uno de ellos por el departamento que se encuentra pasando un pasillo.
Allí residía una pareja de ancianos que eran abuelos de la ex pareja de uno de los habitantes de la casa. Los delincuentes les sacaron 50 mil pesos, sus celulares y mataron a su perra, según consta en la denuncia. Regresaron hacia donde se encontraban las victimas arrodilladas y les dijeron "ustedes acá han usurpado, tienen que irse a la calle, en un ratito van a agarrar sus cosas y se van a ir."
Una de las víctimas solicitó permiso para ir a ver a los abuelos de su ex pareja, a lo que accedieron,. El hombre constató que se encontraban en buen estado y se escapó trepando por el techo a la casa de al lado donde vive su otro hermano. Desde allí llamó por teléfono a su ex para avisarle del hecho.
La mujer llegó a la casa a las 7:20 de la mañana aproximadamente. Abrió el portón y vio a Viviana Elizabeth Sacole Ferro, vestida de policía, con un handy en una mano y en la otra un arma de fuego.
A través del handy, Sacole Ferro alertó: "tiene llave, ésta tiene llave". Esta mujer que fue alertada por su ex constató luego que al hombre le habían robado sesenta y cuatro mil pesos y unos planos de agrimensura de la propiedad. Cuando se dispone a llamar al 911 llegó Diego Barrera, quién le puso una escopeta tipo "Itaka" en la frente y le dijo "hacela fácil, hacela corta conchuda... salí por las buenas o vas a salir hija de mil puta con las patas para adelante", mientras le seguía apuntando.
A su alrededor, había cuatro personas más aproximadamente con ropa de uniformados. La mujer había alcanzado a dar aviso a su pareja, quién llegó al lugar acompañados por los verdaderos policías. Mientras tanto, los atacantes se escaparon a través de un boquete que había en el baño.