Un hombre mayor fue amenazado por un delincuente enfrente del local donde acababa de comprar el corte de 10 kilos. La insólita resolución de la historia.
En fotos: salía de una carnicería en Guaymallén y le robaron un costillar entero
Este viernes pasado el mediodía un hombre mayor fue víctima de la inseguridad a plena luz del día y justo enfrente del local al que le acababa de comprar. La historia fue triste y tuvo un desenlace aún peor para el damnificado, que en pocos minutos vio cómo una "fortuna" de dinero se le escurría de sus manos. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad del comercio.
El episodio ocurrió enfrente de una de las sucursales de la conocida carnicería Rizzo, en la calle Pedro Molina. El reloj marcaba las 13.10 horas del viernes 29 de diciembre. En ese momento, un hombre mayor abandonó la sucursal con un costillar entero, de algo más de 10 kilos y un valor de 49 mil pesos, tal como muestra la captura de pantalla que ilustra la tapa de esta nota. Contento, el sujeto ya tenía resuelta la cena familiar de Año Nuevo.
No obstante, el individuo se dirigió a la esquina. Mientras esperaba (posiblemente que alguien lo pasara a buscar debido al peso del costillar y la dificultad para manipularlo), enfrente de él se detuvo un auto negro con actitud sospechosa. Adentro, dos individuos habían analizado la situación, habían notado la vulnerabilidad del hombre y ya habían decidido el atraco. La víctima olió peligro y comenzó a volver de donde había venido, rumbo a la carnicería pero por la vereda opuesta.
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El sexto sentido del hombre no se equivocaba. Del vehículo descendió un sujeto totalmente vestido de negro que comenzó a perseguir al dueño del costillar, sin mostrar violencia ni sus verdaderas intenciones, pues era de día y la calle era a esa hora totalmente transitada. Para ese entonces, el cliente ya se había dado cuenta que la cuestión no venía bien y en la huída hasta tuvo problemas con sus pantalones, que se iban cayendo, al mismo tiempo que le costaba cargar el pesado costillar.
Segundos después, el ladrón le dio alcance y en un santiamén le quitó el costillar, al tiempo que le susurró una amenaza de muerte en caso de que gritara o alertara a la gente. De esa manera, la escena, de no conocer el trasfondo, dio la sensación que el hombre mayor le "entregó" el costillar al otro sujeto, cuan familiar. Mientras tanto, el auto negro ya había doblado por Pedro Molina y aguardaba a pocos metros.
Tras hacerse del costillar, el delincuente se subió al vehículo donde lo esperaba su cómplice y ambos huyeron, pasando por delante del pobre hombre que se mostraba acongojado por lo que le acaba de suceder.
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Sin más, la víctima del robo se cruzó nuevamente a la carnicería. Ingresó en estado de shock, temblando y muy asustado. Relató a los empleados lo sucedido y, una vez que logró calmarse, compró otro costillar que le salió 45 mil pesos, esperó afuera del comercio, lo pasaron a buscar y se retiró del lugar, con casi 100 mil pesos menos tras pagar dos costillares, llevarse solo uno y haber pasado un momento desagradable.