La policía trabaja en la investigación de esta banda colombiana que operaba en ese país de centroamérica.
Familiares del mendocino preso en El Salvador: "Nos amenazaron colombianos"
Alejo Arias Gonzáles (24 ) fue detenido junto a otras 110 personas el pasado 14 de julio en El Salvador tras ser vinculado a una banda colombiana que realizaba acciones dirigidas a lavar dinero de asociaciones ilícitas. Desde ese entonces la familia del mendocino no ha podido mantener contacto con él ya que se encuentra incomunicado y piden ayuda a las embajadas para poder resolver el caso y comunicarse con él.
En las últimas horas la familia de Alejo denunció que recibió amenazas y según creen las autoridades policiales se trataría de uno de los cabecillas de la banda llamada "Gota a gota", confirmaron al Post fuentes cercanas al caso.
Sandra, madre del joven aseguró que desde la embajada argentina en ese país visitaron a Alejo y le comunicaron que se encontraba bien "le puedo decir que se encuentra en buen estado de salud y anímico, por supuesto dentro de la situación en la que se encuentra", fue el mensaje que recibió y compartió con el Post, algo que le dio un poco de tranquilidad tras varios días sin tener noticias de él.
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¿Cómo fue que Alejo recibió la propuesta de trabajo?
Según contó Sandra, Alejo tenía un primo trabajando en El Salvador y lo invitaron a Alejo para ir a trabajar, "allá ellos le mandaban el pasaje, obviamente después se lo iban descontando de su sueldo, y también de su trabajo iba a ser descontado el alquiler del lugar donde fueran a parar, ya sea un departamento, condominio". Alejo se dedicaba al cobro de préstamos que ofrecía esta banda.
"Él se fue porque sus primos estaban allá, entonces dejó sus estudios acá a medias, vendió su auto, sacó su pasaporte y se fue. No dudó en irse, no sabiendo que ese lugar que iba de trabajo estaba en negro, que iba a ser una estafa y que nos iba a dar esta pesadilla que estamos viviendo. Alejo no sabía dónde iba a meterse. La verdad que tanto él como sus primos fueron engañados", explicó la madre del joven.
Esta organización operaba en negro, ofreciendo préstamos no registrados a una tasa del 20%, generando un sistema de usura, en el que si los deudores no pagaban lo que debían, eran amenazados y hasta podían llegar a sufrir usurpación de identidad para acceder a datos bancarios y así transferir el dinero debido a cuentas en el exterior, mayoritariamente a Colombia.
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