Sergio Massa fue votado por casi 4 de 10 argentinos, ganó la elección presidencial de manera holgada y ahora es favorito para el balotaje. Oportunismo propio y errores ajenos.
Por qué ganó el ministro de Economía con más inflación de América
Los múltiples planes y ayudas que lanzó Sergio Massa, además de una creciente expectativa inflacionaria, generaron el resultado buscado: un incremento del caudal electoral en relación con las PASO que, sumado a algunos errores no forzados de Javier Milei, dieron lugar a un escenario soñado para Unión por la Patria.
No sólo que Massa estará en una segunda vuelta presidencial, sino que además llegará a esa contienda del domingo 19 de noviembre después de haber quedado primero cómodo en las generales, y con un rival que se fue estancando desde las primarias, tendencia que estaría más cerca de profundizarse que de cambiar.
Desde que se establecieron las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, realizadas por primera vez en 2011, Javier Milei es el primer candidato a presidente en ganar las PASO y no dar un salto de votos, mínimo aunque sea, en las generales. Comparando escrutinios provisorios, el porcentaje es exactamente el mismo: 30,01%.
Créditos para casi todos, devolución del IVA, descuentos de hasta 40% para clientes del Banco Nación, quita de Impuesto a las Ganancias, "IFEs" para trabajadores informales y desocupados, bonos para jubilados y extras para beneficiarios de planes de todo tipo, fueron algunas de las medidas que acercaron a sectores medios y bajos a Massa.
Pero debe haber algo más para explicar cómo el ministro de Economía de un gobierno que tiene los índices de inflación más altos en los últimos 32 años, haya sido votado casi por 4 de cada 10 argentinos. Entre esto, hay que mencionar algunos errores no forzados de Javier Milei, quien en la previa asomaba incluso con ganar la presidencia sin necesidad de segunda vuelta.
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En primer lugar, cuando se lo consultó después de las PASO, Milei no negó categóricamente la venta de órganos o la liberación de la venta y portación de armas, ni aclaró su política de vouchers para la educación. Y, a diferencia de la previa de las primarias, condicionó la eventual dolarización a múltiples factores, siendo que ésta había sido su principal propuesta de campaña.
Como se dice, "pensó que tenía el partido ganado antes de jugarlo", y adoptó una postura arrogante o engreída, evitando dar precisiones cuando el periodismo o la oposición lo requerían; por ejemplo, nunca explicó su alianza con Luis Barrionuevo, ni terminó justificar sus acuerdos legislativos con el kirchnerismo.
Pero que el ministro de Economía de un país con la inflación más alta de América, incluso por encima de Venezuela (último informe mensual de septiembre), haya sido el candidato más votado a presidente, requiere más motivos que lo justifiquen. Y es allí donde aparecen los "tiros en el pie" de Patricia Bullrich.
Incluso en Cambia Mendoza nunca comprendieron por qué Bullrich depositó tanta confianza y le dio tanta participación en la campaña a Carlos Melconian. ¿Qué laureles tenía? Ni por qué la candidata de Juntos por el Cambio reclamó con tanto énfasis la participación de Mauricio Macri en la campaña, siendo que junto con Cristina Kirchner, son dos de los dirigentes con peor imagen en Argentina.
"Patricia pensó que en las PASO a Milei le había ido tan bien gracias a Macri. Un error de diagnóstico", señaló uno de los referentes de Cambia Mendoza/Juntos por el Cambio.
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Y, para completarla, desoyó a una de las personas más importantes de Cambiemos en 2015, responsable de aquella histórica victoria frente al kirchnerismo: Jaime Durán Barba. "Hicieron todo lo contrario de lo que hicimos cuando tuvimos éxito. Nosotros queríamos que haya alegría, que bailaran, que es lo que quiere la gente: moverse, estar viva. Ahora dicen 'vamos a ser austeros'", dijo días atrás el consultor y analista político ecuatoriano, quien avisó que Juntos por el Cambio quedaría tercero.
No hay que olvidar el oportunismo que ha definido prácticamente toda la carrera política de Massa y que esta vez le dio el mayor de los réditos: no cualquiera está en el lugar justo, en el momento justo.