Las turbulencias cambiarias son propias de la estabilización post populismo. Lo importante es el rumbo de fondo, el ordenamiento fiscal, tal cual hizo Mendoza hace 8 años.
Que el árbol no nos tape el bosque
Semana agitada la que acaba de terminar, los dólares paralelos se pusieron nerviosos como hacía varios meses no lo hacían, mostrando que el proceso estabilizador macro todavía necesita arduo trabajo. El dólar CCL termina más de 20% arriba que una semana atrás, indicando que el cepo cambiario no es fácil ni rápido de resolver. El Ministro de Economía sigue sosteniendo, con buen tino, que aún falta un tiempo (con cepo) para normalizar determinados desequilibrios monetarios, generando una ansiedad lógica en los mercados, que quizás vieron que la baja de tasas de interés de referencia (pases) fue demasiado rápida. Es probable que así sea, pero es una cuestión coyuntural, no de fondo, el problema fiscal es lo más importante, y allí el rumbo nacional es firme, como lo hizo Mendoza hace 8 años atrás.
No hay que olvidar que venimos de un tremendo desmanejo fiscal con Massa y A. Fernández, no es posible corregir todo en 6 meses. El árbol es la turbulencia cambiaria, pasajera, el bosque es el ordenamiento fiscal, la cuestión de fondo. En Mendoza pasamos por algo parecido en 2016, primer año de la gestión de Alfredo Cornejo, tras el desastre populista anterior de Paco Pérez. No fue tarea fácil, hubo que usar, al igual que Milei ahora, licuadora y motosierra, para poner en caja al Estado. Nos habían dejado un Estado Bobo, con fuerte déficit fiscal, una tremenda suba de nuestro principal impuesto (Ingresos Brutos), y exceso de empleados públicos por todos lados. En pocos años fuimos de un Estado Bobo y comenzamos el camino hacia un Estado Inteligente, falta mucho, pero ahí vamos.
El último gobierno peronista nos dejó un déficit corriente primario de 10% y un déficit operativo primario del 4% (año 2015), medidos sobre ingresos totales, y no fue una cuestión de "soplar y hacer botellas", tuvimos que trabajar fuerte todo 2016 para normalizar la Provincia. Los populismos son muy nocivos, generan privilegios que cuesta ir cortando. O sea, podemos hablar con la voz de la experiencia, porque ya pasamos por lo que atraviesa el actual Gobierno Nacional, y lo entendemos, porque no es nada fácil al principio.
Todos sabemos que al cepo cambiario hay que sacarlo, porque trae más costos que beneficios. Sin embargo, aún sigue allí para resolver el exceso de pasivos monetarios del BCRA, mientras se va normalizando lo fiscal. El riesgo son estas turbulencias cambiarias de transición, sumado a atrasos cambiarios temporales. Es el costo del populismo kirchnerista, fueron 16 años de excesos, de hacer crecer en demasía el gasto público, mientras la inversión privada languidecía, y encima financiando al Tesoro con emisión monetaria del BCRA sin respaldo. Era una ecuación inviable, terminaba en la hiper.
En síntesis, el árbol no nos debe tapar el bosque. La macro se está normalizando, y todos estamos poniendo nuestra parte, en especial las Provincias. Mendoza, por ejemplo, tiene una caída de ingresos fiscales totales superior al 10% (interanual, primer cuatrimestre del año), y, sin embargo, está pudiendo manejar la crisis, con menos dificultad que otras, porque estamos ordenados. Es por eso que Mendoza puede contar su valiosa experiencia a Nación, ya que se puede salir del populismo, solo hay que tener paciencia y enfocarse en pasar del Estado Bobo al Estado Inteligente, con baja de impuestos, gasto público eficiente, y políticas económicas que fomenten la competitividad. Ese es el camino, ese es el bosque.
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