¿Por qué una Ley de Cambio Climático en Mendoza?

Es probable que la realidad que nos aqueja, a veces deje de lado en el orden de prioridades inmediatas, asuntos que son sumamente relevantes para nuestra humanidad, tanto en la actualidad como en las próximas generaciones.

La evidencia científica es múltiple y clara: estamos enfrentando una crisis climática sin precedentes. El último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) condesa más 10.000 páginas de evidencia científica y seis informes respecto a cambio climático donde se plantea que es certero afirmar que las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, han provocado el actual calentamiento de la atmósfera, el océano y la tierra.

Aunque algunos cambios e impactos ya son inevitables, una acción decidida podría limitar los daños y su magnitud, especialmente para las personas y regiones más vulnerables.

Los desafíos que enfrentamos a nivel local y en sincronía con lo global, exigen una perspectiva estratégica que permitan avanzar hacia un desarrollo humano ambientalmente sostenible, socialmente justo y económicamente equitativo. Resulta evidente la urgencia de comenzar a actuar, porque cada una de nosotras y nosotros, tenemos una responsabilidad histórica con las generaciones futuras.

¿Y por qué una Ley de Cambio Climático en Mendoza? La Provincia ha sido pionera en nuestro país en impulsar normativa que contemple parámetros ambientales, y aún se continúa mejorando la legislación vigente a fin de poder generar los marcos necesarios para la diversificación de la matriz productiva local.

Una Ley que complementa la legislación vigente y contiene particularidades, como por ejemplo el reconocimiento de la necesaria alianza colaborativa público privada en la acción climática, revalorizando el rol de los gobiernos locales, el sector privado y la sociedad civil, en su valiosa contribución a esta agenda internacional.

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Institucionalizar y formalizar la manera en que Mendoza aborda la acción climática, priorizando el camino hacia una Mendoza más Sostenible con una agenda propia, moderna, integral y estratégica, enfocada en las demandas de ordenamiento territorial, sustentabilidad, eficiencia, mejora de servicios y diversificación de la matriz productiva.

Así, el pasado martes 22 la Legislatura de Mendoza dió sanción final a la Ley que establece las Directrices para la Política Pública de Gestión Integral del Cambio Climático y la Acción en materia de mitigación y adaptación. Constituyéndose en un paso fundamental hacia el abordaje concreto, sistemático, articulado e integral del Cambio Climático.

El objetivo de esta nueva norma es poder afinar el diagnóstico para calibrar los planes de mitigación y adaptación, respectivamente, en todo el territorio provincial. Ahora, debemos trabajar en su implementación y seguimiento, en estrecha colaboración con el Ejecutivo Provincial, los municipios, el sector privado y la ciudadanía.

La Provincia de Mendoza posee un escenario próspero de posibilidades para contribuir a la transición energética del mundo con un marco normativo sólido que permite acompañar el desarrollo bajo altos estándares de sostenibilidad, con la convicción de que el cambio climático es un desafío apremiante tanto para el presente como para el futuro de la Provincia.

Este enfoque claro y contundente reafirma nuestro compromiso de enfrentar el Cambio Climático con acciones concretas, alineadas con nuestra plataforma electoral de una Mendoza Sostenible.

La creciente amenaza que representa este fenómeno exige una respuesta inmediata y decidida, es decir, políticas integrales que promuevan la resiliencia de nuestros ecosistemas y garanticen la reducción de emisiones, involucrando a la comunidad en un esfuerzo colectivo.

Únicamente a través de un compromiso firme y de acciones coordinadas, podremos enfrentar este desafío global de manera efectiva.

El cambio climático no es un problema futuro, es de hoy y ahora, por eso es importante destacar que esta Ley es sólo el comienzo del trabajo que nos queda como humanidad en nuestros territorios.