El cantante nos dio el honor de visitarnos una vez más en este lado del mundo. Con su "Got Back Tour 2024", llegó a Córdoba y se presentó ante un colmado Estadio Kempes. El Post estuvo allí y te contamos todos los detalles.
Paul McCartney: siempre rendidos a tus pies
Bajo un cielo inmutable que prometía lluvia, la ciudad comenzó a recibir visitantes que se mezclaban con los anfitriones, todos unidos y orgullosos con un solo fin: vivir uno de los momentos más reconfortantes que la música puede ofrecernos, ver a Paul McCartney.
Caminábamos casi en silencio, y a medida que avanzábamos en una fila que parecía interminable, nos íbamos reconociendo entre aquellos que ingresaban al Estadio Mario Alberto Kempes, en una provincia que parecía estar gustosa de ser el centro de atención y esperarnos con las puertas abiertas.
El programa detallaba que la previa comenzaba a las 19.30 con la actuación de Zoe Gotusso, una performance que pasó casi desapercibida y sin demasiado brillo. Unos minutos más tarde y sin la banda que la suele acompañar, Gotusso no logró conectar con el público, que, aunque respetuoso, escuchaba su voz que por momentos se perdía en la inmensidad del escenario.
Luego, como parte de un clásico de McCartney, un DJ presentó una selección musical. Para ese momento, la tarde comenzaba a oscurecer mientras el estadio se cubría lentamente, entre aquellos que habían soñado toda su vida con ver a un Beatle y quienes ya habían tenido el placer de disfrutarlo en varias ocasiones.
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El cielo, ahora sí, de un blanco amenazante, parecía querer ser el protagonista, pero las dos pantallas verticales a cada lado del escenario, con una historia visual, nos hicieron sentir que estábamos a punto de vivir algo maravilloso. Y así fue. Puntual como se había anunciado, a las 21 horas comenzó una de las noches más emocionantes que jamás olvidaremos. Con un impecable traje, Sir Paul entró lentamente al escenario. Desde el centro, con una reverencia, empezó a desandar la historia sonora de todos los que estábamos allí, con esas canciones que siempre estamos dispuestos a escuchar.
El saludo y su esfuerzo por hablar en español fue uno de los momentos más esperados. "¿Dónde están los culiados?", dijo, ahora sí, en cordobés, el idioma elegido para hacernos saber que se siente a gusto cada vez que pisa esta tierra. Luego, se animó a bautizar el lugar como "la ciudad del fernet", mencionando también al "cuarteto" y repitiendo "Córdoba" cada vez que podía. Una cortesía de este caballero inglés que- en cada tema- nos llevó en un viaje por las emociones que despertaron a todos los corazones.
A sus 82 años, McCartney mantuvo la compostura durante casi tres horas de show, manejando el escenario con la tranquilidad que dan los años. Con "Can't Buy Me Love" dio inicio a un repertorio de más de treinta canciones seleccionadas para este "Got Back Tour 2024".
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Como si supiera exactamente lo que queríamos escuchar, pasaron temas como "Drive My Car", "My Valentine", "Dance Tonight", "Love Me Do", "Blackbird" y "Something". Luego, nos sumergió en un éxtasis profundo, llevándonos a desear, vivir y llorar con "Let It Be". Nos estremecimos con "Live and Let Die" y coreamos hasta la madrugada con "Hey Jude". Sin darnos cuenta, la brisa despejaba las nubes, pero también nos traía la despedida, la que resistimos hasta el final.
Y será la imagen de padres e hijos compartiendo ese momento, la fusión de generaciones por un instante, el reflejo exacto de lo que significa la música de McCartney, la de un Beatle: el principio y el fin. Una línea de tiempo que, en el medio, nos muestra la vida misma y con el corazón palpitando emociones y los ojos llorosos, nos damos cuenta de que, una vez más, terminamos rendidos a los pies de Paul McCartney.