Escribe la senadora radical Fernanda Sabadín.
Malargüe Distrito Minero: ya no es una opción, es una urgencia
Como mendocina y senadora provincial, siento la necesidad de compartir una visión que me inspira y que, creo, puede transformar nuestra tierra: el Plan Malargüe Distrito Minero. Este no es solo un proyecto económico; es una apuesta valiente por un futuro sostenible, donde progreso y naturaleza puedan convivir en armonía.
Enmarcado en el Plan Pilares, este esfuerzo es un reflejo de lo que podemos lograr cuando unimos fuerzas: sector público y privado trabajando codo a codo, respaldados por la ciencia, la academia y la experiencia. Malargüe ahora tiene la oportunidad de brillar como un motor de desarrollo. Y no hablo solo de cifras económicas, sino de transformar vidas, crear empleos dignos y ofrecer nuevas oportunidades en cada rincón olvidado de nuestra provincia.
Este sábado 14 de septiembre, desde las 9, está previsto que se defina otro paso clave para el avance del proyecto: la concreción de la audiencia pública, que contará con dos modalidades, presencial -en el Centro de Convenciones y Exposiciones Thesaurus, en Malargüe- y virtual, a través de la plataforma Zoom.
En el oficialismo estamos convencidos que es muy importante la participación de todos los mendocinos y en particular la comunidad sureña. Escuchar la voz de todos es parte de un proceso que se viene desarrollando con transparencia.
Diversificar y ampliar nuestra matriz productiva ya no es solo una opción, es una urgencia. Y Malargüe tiene en sus manos la llave para abrir las puertas de un futuro más próspero, no solo para los trabajadores de la minería, sino para toda la comunidad. Las pequeñas y medianas empresas locales verán un impulso, y el tejido económico crecerá de manera más fuerte y diversa.
No puedo dejar de mencionar el rol clave que ha tenido y tendrá la Legislatura de Mendoza en este proceso. Asegurar que cada proyecto cumpla con los más altos estándares ambientales no es solo una obligación legal, es un compromiso ético con las generaciones futuras. Nosotros, como legisladores, tenemos la responsabilidad de ser guardianes de estos procesos, velando por el respeto a las comunidades y garantizando que los beneficios de este esfuerzo colectivo lleguen a todos.
Mendoza ha perdido años en su desarrollo minero. Hemos visto pasar oportunidades que otras regiones ya han aprovechado, pero no por eso debemos caer en el pesimismo. Al contrario, hemos trabajado incansablemente para identificar esos proyectos con el potencial de cambiar el rumbo de nuestra provincia.
El Distrito Minero Malargüe Occidental (MDMO) se ha diseñado con una sensibilidad única: innovador, pero profundamente respetuoso del medio ambiente. Cumpliendo con la Ley General del Ambiente y la Ley 7722, hemos trazado un camino que evita las áreas protegidas y resguarda nuestro recurso más preciado: el agua. Así, Malargüe puede crecer sin comprometer el equilibrio de los ecosistemas que nos sostienen.
Este proyecto no es un simple plan de desarrollo; es una invitación a soñar con un Mendoza más justa, equilibrada y próspera, donde el progreso no arrasa, sino que construye. Donde el bienestar no se mide sólo en términos económicos, sino en la mejora de la calidad de vida para todos.
Por eso, quiero invitar a cada mendocino y mendocina a que vea en este plan una oportunidad. No solo para el presente, sino para el futuro. Porque la minería, hecha con responsabilidad y respeto, puede ser una poderosa herramienta para construir un mañana más luminoso para todos.
Espero que, al conocer más sobre esta iniciativa, puedan compartir mi esperanza, mi compromiso y mi fe en un futuro mejor para nuestra amada Mendoza.