La historia es demasiado larga como para no encontrar ejemplos de que la concordia y los conflictos son estados provisorios, que no suelen conducir a nada bueno.
José Hernández y Javier Milei, los hermanos "Matraca"
"Las faltas no tienen límites/ Como tienen los terrenos/ Se encuentran en los más buenos,/ Y es justo que les prevenga;/ Aquel que defectos tenga,/ Disimule los ajenos"
José Hernández, "La vuelta de Martín Fierro" (1879)
Entre las muchas singularidades literarias argentinas una de las más notables es el "Martín Fierro" y su autor, el indescifrable José Hernández. Una de las primeras curiosidades, no siempre advertida, es que son dos libros que hoy se editan como uno solo: "El gaucho Martín Fierro", de 1872 y "La vuelta de Martín Fierro" de 1879. El tema no es menor porque cada texto tuvo a su autor en dos posiciones políticas muy distintas y sus intenciones no eran las mismas. De hecho, ciertos sectores políticos han preferido una u otra parte del largo poema en función de sus intereses. Muy sintéticamente, "la Ida" es un libro de batalla, de denuncia, de enfrentamiento, y "la Vuelta" es una obra de concordia. Hernández, que ha estado exiliado en Brasil por su militancia federal jordanista, compone la primera parte rodeado de misterio en el hotel Argentino, frente a la Casa Rosada. Sarmiento es presidente y ordena no molestarlo a pesar de que las informaciones le indican que su rival está conspirando. De ese encierro en una habitación, que el poeta abandona todas las noches en un oscuro carruaje para perderse en las calles de Buenos Aires rumbo a Belgrano, sale el poema. ¿Lo traía en la memoria y lo transcribe o lo compone allí? Hay muchas teorías, porque no existe manuscrito. Como Hernández era taquígrafo tenía una enorme capacidad de memorización y de ahí la suposición de que venía trabajando el texto desde tiempo atrás. Lo cierto es que la publicación rápidamente adquiere fama en la campaña, pero es casi desconocido en los ambientes cultos, al igual que su autor.
Luego de la aparición del libro, Hernández debe exiliarse por una nuevo levantamiento jordanista y marcha a Montevideo. En el 74 Sarmiento, su gran enemigo, deja la presidencia. Un hecho curioso es que a pesar de que se cruzaron en bandos opuestos, el sanjuanino nunca lo nombró. Era un modo de ningunearlo en la actualidad. Eran tiempos sin redes sociales. Con otro tipo de redes de comunicación. Sarmiento le dio valor a la omisión. Un valor hoy desconocido.
"El gaucho Martín Fierro" tuvo un amplio éxito rural. Los sectores populares del campo se sintieron identificados. Cuando salga "la Vuelta" ya se habrán hecho once ediciones e impreso 48.000 ejemplares, cifra que aún hoy sorprende. Nicolás Avellaneda contará que un almacenero de la campaña le mostró un encargo de un cliente: "doce gruesas de fósforos, una barrica de cerveza, doce vueltas de Martín Fierro, cien cajas de sardina". Borges dirá que no ha impresionado a sus contemporáneos, refiriéndose a los núcleos cultos. Tendrá que llegar la primera década del siglo pasado para que el poema tome conocimiento masivo, como se lo conoce hoy. Tardará su llegada a las escuelas donde lo leyeron los hijos de la inmigración y se lo apropiaron.
Hernández y su héroe cambian, el poeta ha regresado para dedicarse a la política institucional y será legislador. Cuando muera, algún diario publicará "ha muerto el senador Martín Fierro", pues el personaje y el autor se han fusionado. Los nacionalistas en el siglo XX, que toman el poema como el libro nacional, van a ver en el Hernández de "la Vuelta" un giro político ideológico hacia la conciliación, vista como una claudicación traidora. En los años 50 del siglo XX, salen a la luz documentos comprometedores para Hernández, duramente criticados o pasados por alto, según la circunstancias y los protagonistas. Ya se sabe que la vara nacional (y popular) es doble. Es el caso del "Memorándum" que prepara para López Jordán en 1874 dirigido al Baron de Río Branco en el que propone una alianza con el Brasil contra el gobierno liberal de Buenos Aires. Por esos mismos meses hacía encendidas defensas de Rosas en el diario "La Patria", por su presunta defensa de los derechos de la República frente al peligro extranjero. López Jordán rechazó el "Memorándum" de Hernández, pero el documento quedó, demostrando que las vicisitudes en las circunstancias de los individuos no siempre los llevan por los caminos más previsibles.
El "Martín Fierro" y su autor han dado origen a una ensayística extraordinaria, que va de Lugones a Borges, y de Ezequiel Martínez Estrada a Tulio Halperín Donghi. Sus versos han sido citados hasta el hartazgo en todos los ámbitos y muchas de sus sabidurías ya forman parte del sentido común argentino. El reencuentro al fin de "la Vuelta" de Fierro con sus dos hijos y Picardía, el hijo de su amigo Cruz, da lugar a una serie de consejos muy actuales. Sobre todo porque esta semana el presidente Javier Milei citó uno de ellos. Es significativo que omitió dos de los versos de la más conocida de las sextillas hernandianas. Dijo frente al presidente de los Estados Unidos electo, Donald Trump, y al magnate Elon Musk: "Los hermanos sean unidos/ Esa es la ley primera... / Porque si entre ellos pelean / Los devoran los de ajuera". Le faltaron dos versos cruciales en el medio: "Tengan unión verdadera / En cualquier tiempo que sea".
Hernández envió ejemplares de "la Vuelta" a varios de sus enemigos de antaño. Quizás el más significativo es el que manda al general Bartolomé Mitre con una sugestiva dedicatoria: "Hace 25 años que formo en las filas de sus adversarios políticos. Pocos argentinos pueden decir lo mismo; pero pocos también se atreverían, como yo, a saltar sobre ese recuerdo para pedirle al ilustrado escritor que conceda un pequeño espacio en su biblioteca a este modesto libro. Le pido que lo acepte como un testimonio de respeto. Su compatriota. José Hernández". Cinco años antes ha escrito sobre Mitre: "Militar mediocre, revolucionario torpe, político inhábil, literato ramplón... es el hombre más funesto que han producido estos países". Ya en aquellos tiempos había descalificaciones verbales virulentas, sin redes sociales.
¿Qué significa la cita de Hernández hoy en boca del presidente Milei? En primer lugar fue hecha para convocar a una suerte de liga de países libertarios, no para el frente interno. Y en segundo lugar le faltan dos versos claves que llaman a la "unión verdadera" y en todo tiempo. Es decir a una voluntad permanente de acercar posiciones, algo que no parece estar presente por ahora en la agenda mileista. Vale la pena analizarlo porque está surgiendo en distintos campos democráticos y republicanos un debate sobre cómo ubicarse frente al fenómeno Milei. En ese sentido la batalla contra el kirchnerismo fue perdida por goleada. Hay que recordarlo. ¿Está enfocada bien la actual discusión? Es un enigma, porque así como el kirchnerismo fue tan original en ciertas maneras culturales que desorientó, con Milei está pasando algo similar. Por ahora hay dos campos vigorosos, uno a favor y otro en contra, sin matices, y un tercer campo, indefinido, que es de algún modo estigmatizado por los que toman partido radicalizándose. De uno y otro lado consideran que ubicarse en el bando contrario es un pecado, pero es mucho peor para ambos no definirse en uno sin matices. O está todo bien o está todo mal. Y de uno y otro lado al que intenta separar la paja del trigo se lo cancela, en algunos casos por vía doble.
Uno de los análisis más lúcidos sobre el tema lo escribió esta semana Jorge Sigal, siempre inteligente a la hora de analizar adhesiones y discrepancias. Bajo el título "Seamos libres aunque nos cueste la libertad" dijo en La Nación: "Sí, ya existen los comisarios de lo políticamente correcto en la amplia avenida del medio. Funcionan así: Javier Milei, personaje de 'una psicología especial', según lo definió el expresidente Mauricio Macri, sería la última alternativa para sacar al país de las ruinas en las que lo sumergió el nacionalpopulismo. Por lo tanto, no está bien visto criticar ninguna de sus medidas, incluidas aquellas que puedan considerarse peligrosas para la sobrevivencia misma de la democracia. Ni siquiera cuando el Presidente destila hiel y humilla, con o sin argumentos, a quien se le venga en ganas. Haga lo que haga "El león", hay que cerrar la boca, tomar aire y fingir demencia". Algunos pequeños matices, pero determinantes. En historia nada es "último", con lo cual el experimento Milei es uno más para salir (o no) del nacionalpopulismo (corporativo, se podría agregar). De ningún modo el último. La historia es demasiado larga como para no encontrar ejemplos de que la concordia y los conflictos son estados provisorios, que no suelen conducir a nada bueno. Sólo lo que realmente suceda, no lo que se diga, dirá si se va por el buen camino. Sobre la sobrevivencia de la democracia se viene advirtiendo hace mucho, por ahora sin que nadie, ni con el 54% de los votos como CFK, haya podido pasar de ciertos límites. ¿Por qué tantos fanáticos a favor y en contra ya confirman paraísos y catástrofes cuando recién se está en los inicios de un proceso? Van cinco minutos del primer tiempo y ya está el partido ganado o perdido, según quien lo mire. ¿Queda espacio para intentar entender, valorar y seguir el desarrollo críticamente? Poco. Pero siempre es necesario, sobre todo porque puede evitar errores a quien gobierna.
Los números que van de noviembre de 2023 a igual mes de 2024 son impresionantes: inflación 12,8% contra 2,7%; en alimentos, 14,2% contra 1,3%; dólar $1.300 y $1.120; brecha cambiaria 200% contra 10% y riesgo país 2.700 puntos versus 769. Esas cifras circularon hacia inicios de la semana y ayer ya hubo que corregirlas, mejorándolas. Lo primero que hay que decir es que pocos las imaginaban hace un año y eso debería otorgarle un voto de confianza a Milei. ¿Una patente de corso? No, de ningún modo, pero si un crédito y una expectativa ¿Por qué buenas cifras macroeconómicas deben bloquear otros debates? Como el de la educación o las formas democráticas. No tienen por qué. Al revés, lo único que se debería pedir es que se eleve la puntería de la deliberación pública. Los gritos no contribuyen. Por supuesto que se puede seguir discutiendo la postulación de Ariel Lijo para la Corte o las posiciones que está tomando Argentina a nivel internacional con su nueva cancillería, por dar sólo algunos ejemplos, sin dejar de ver los logros.
Capítulo aparte es el de la personalidad hernandiana, siempre expansiva y desmesurada. Una "psicología especial", cintando a Macri. Lo llamaban "Matraca" o "Pepe Lata", por lo ruidoso. Era conocido por su espíritu polémico y sus posiciones casi siempre extremas. Milei, como Hernández, podría ser llamado "Matraca". Un paso positivo sería que el presidente cite los versos del "Martín Fierro" completos y que los enfoque hacia los argentinos, que son los "hermanos" del poema, no los de la secta libertaria. Seguramente ampliaría su base de sustentación y no perdería ni un centímetro de la que ya tiene por méritos propios.
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