Crónicas del subsuelo: Rezo

Crónicas del subsuelo: Rezo

Por:Marcelo Padilla

Ido tiempo hacía... Tocaba ¡ya no teclas!

Ido el infarto corazón [de doble V] no despertar pudo,

...de golpe ¡Ido todo el calor de su cuerpo!

Congregándote, verba encantada, hundida a mis piernas, en tu cuello sus dientes viejos [carnoso cuello] Su lengua desparrama su bravura.

¡Mecen las palabras en el ronroneo! y a tu oído, a tu cielo parco, de nubes...

¡Alas! de tiesos mástiles, de umbríos catirrucios, de melómana madrugada: "murmullo" dijo condescendiente.

Hecho el filo del cuchillo,

hecho el poema a estiletazos pudo ver lo que mis palabras no dijeron. Agazapadas, escondidas en sus cavidades y bucales oropeles dando, por entre las fauces...

¡Cantos y Elegías!

De nuestro impedimento, de nuestro mandamiento ¡se supo nada!

Fue noche, ocurrió en sus palabras secas y ausentes, vacías de tono, pérfidas de angustia oral convocaron lejanías y evocaciones.

...yo, que iba en un tren heráldico hacia su posada.

¡Ay de tu castillo, y... Ay de tu muro encantado, Ay de tu mordaza de posesa virginidad!

¿Y si no se cartiloga? ¿y si la fisonomía algo modifica del entorno? [es y fue el árbol: creo yo, será el que escape a sus semillas y armar laberinto donde no te hallo en mi ceguera]

Si tan solo ¿tan acompañado?

¡Ama de llaves de la muerte! Muévete de esa cardamina extremadamente larga... y a todos tus tractos [de los cuales voy o vienes] llego y no puedo entender si he vuelto.

Y camino entre la mata de mi selva, ¡él camina entre la mata de su selva!

Y sello mi rezo: ¡su rezo!

Ha decido hacerlo de una vez, aquí, en este sitio del poema, cavando con sus privanzas. Dibujadas en la pared aparecen pequeñas manitas de gato y con la sombra de mis daños se refleja en la madrugada el canto de tu nombre.

Hubiera preferido no escucharlo,

tan solo con mirar lo que digo, no veo lo que oigo.

¡Oh piedad! Oh, mi doble corazón de bártulo, biblia crota.

En mi senil demencia tempranísima vuelco mi ceguera a la primera mascarita que encuentre en ella partos anticipados, sombras de vitriólicas especies que dentro de mí, curvan, el bienestar humano.

¡Nos vamos de carnaval!

A partir de ahora en adelante ¡Vos! de mi mano sola, y yo sin mi mano ¡a la que llevas ondeando por las avenidas de tu espalda, dibujada por taketís chinos!

Suenan, de tus y de mis costados, peanes de niños y animales. De suaves pieles verdes y amarillas ¡niños del Brasil! no nos engañen más de lo que ya lo hicieran los niños de Zamarra ¡quella vez!

Brota tu aliento de mis oídos. Grapa noble y excitante. De uva perra, de sangre y grana. Las luces dispersan las vigilancias.

... y el mar te toca donde sea estés y te persiguen sus espumas; el mar quiere devorarte nueve meses en su vientre, acunarte, parirte, soltarte de sus entrañas y seas, una más de tantas, te las arregles con los más poderosos en tu estoico cardumen de archipiélago,

... sin embargo ¡tus corales, tu piel de nácar, tu estampa de mascarón de proa! ¡tu beldad de plantas subacuáticas! arremolina al murmullo en el batifondo. Y nada de lo que dicen se escucha claro. Todo vacuo, inflaoscurecido por el tracto.

Podríamos entonces afirmar ¿estamos a salvo? Con embargo o sin él, tengo, muchísimo miedo. Como nunca antes, tal vez, conocí al verdadero.

...y me caigo de los márgenes donde escribo ¡me agarro! de las piolas de esta obrita en construcción y grito: ¡dejen que caiga a mi pozo ciego! ¡es mi ceguera! ¡mí mochila, mis posesiones no pesan más que un manojo de plumas de intoxicadas palomas!

¿Allá en la vieja y hermosa Alemania de tu pecho? dibujo mapitas con los dedos muertos y fríos, alternando, caliento tu cuerpo con uno de ellos entumecido. Y eras de hielo, y no te derretías, y yo, hipaba tibias gotas sobre el tiempo de tu cuerpo.

Cinco foquitos que me auscultan, uno que no anda, son cuatro los que prenden, uno solo el que molesta, por ahí... me electrocuto y te digo:

Grizzzzzzzzzzttttzzzz!!!

Por ahí, te grito y miro:

Zrizzzzzzzzzzzzzztzzzz!!!

¡Tu basílica estelar aterriza! Acampa en mi zona quimioterápica, y dentro de ella ¡vos, tú! el centro de atención ¡tú, de vos denodada ausencia!

En la cruz sangrando el mismo de siempre. Y los bailes y danzas entre los talones ya me suenan a lo que quieren decir sin palabrearlo.

¡Ahuyenta tu estilo de parka y duerme en los trenes donde aterrizas tras los aluviones!

de abajo

te ves, hermosamente bella,

de abajo, convocas

¡a la tentadora lujuria de las sobredosis!

Pero ellas, en negros atuendos, miles de muertes amuchadas y ocultas, en poético murmullo anónimo sostienen a coro ¡óperas subnocturnas! ¡supra normales! Movedizas por el no trasladar la murra, novedosas por darle mudra al pésimo y malpasar al macilento.

Que no faren garren, que no garren faren... meis negaren, obvius pleniuis, de tu vientre, amen. Amén, amenes.

Ahora corre el viento. Más adelante irá a correr el otro, el próximo, el siguiente. Y al viento lo corre alguien que no se sabe convaleciente. Y a ese alguien que no sabemos, lo corre el diablo con su aristocrática bisutería africana, de piedra, brillante al sol: aparece sentado sobre un venado, o desbocado en una granja con el bicho entre sus dientes, mutilado.

...y así te busco con desgano, a sabiendas de todo lo vano de lo en vano, como el buscar mismo del que hablo. Cada vez que te veo, si es de cerca ¡es al ras del terciopelo!

¡La noche azul, de tul! tus camas y tus pelos, ni un batallón en la filigrana de esa noche de ventana ¡rienda suelta a la nada de la palabra ir! cuerpo a cuerpo hemos quedao por escribir:

"decí por dio que me has dau que estoi tan cambiau..."

Hace mucho, no hace tanto, no me acuerdo ni jota ni mucho menos el todo abecedario. Hace quien hace y con desgano deshace la trama que teje cuando nada está tramado en el celaje. Por eso falo por otra boca y otra lengua fala por interpósito falar en agujero ventricular no mío.

... y ya no soy el mismo del que se dice, dijeron, fui, en la adversa querencia la advertencia es falsa, pero, advierte y fala.

No es quien habla quien escribe, ni quien escribe es el que habla, ya nada vale la pena, si es que la pena vale algo, y no sea, pena estraordinaria.