Por primera vez desde su creación en 2015, Cambia Mendoza no logró diferenciarse del panorama nacional y perdió una elección.
Cambia Mendoza se quedó sin candidatos
Encuesta espontánea para un lector desprevenido sin interés en la política, es decir, la mayoría del electorado: ¿conocen a alguna de las personas que aparecen en la foto que ilustra esta columna? Quizás alguien que viva en Godoy Cruz reconozca al hombre del centro, el intendente Tadeo García Zalazar, pero difícilmente a alguno más.
Quienes acompañan al intendente de Godoy Cruz son funcionarios y legisladores radicales que, algunos mejor que otros, cumplen honradamente una función pública. El problema para Cambia Mendoza no radica en la performance de éstos, sino en fueron los principales candidatos para la elección de ayer siendo desconocidos para la mayoría.
Para diferenciar la gestión mendocina de la nacional de Juntos por el Cambio, hasta ahora Cambia Mendoza había tenido figuras de peso, pero se las gastó todas en 2021, cuando en una misma boleta pusieron a los tres últimos gobernadores radicales: Julio Cobos, Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez. En otras palabras, se quedaron sin candidatos para 2023.
Siguiendo la mención a García Zalazar, la alternativa para no perder bancas en el Congreso (Cambia Mendoza sólo tendrá 3 de 10 en Diputados) podría haber sido potenciar como candidato a algún intendente, aunque sea una postulación testimonial, pero terminó priorizándose otra cosa.
Coinciden en el radicalismo en que Lisandro Nieri es el principal referente económico que tienen y, junto con Martín Kerchner, es la principal fuente de consulta de Cornejo. En el caso de la segunda candidata a diputada, Patricia Gimenez, quedó allí gracias a la buena performance de Luis Petri en las PASO locales, y el tercero, Víctor Ibañez, terminó siendo candidato por pedido de Suarez.
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La otra cara que aparecía en la boleta era menos conocida aún: Roberto Ríos, un radical de la Capital que responde al intendente Ulpiano Suarez, quien iba como candidato al Parlasur.
Por otra parte, fue decisión de campaña despegarse de Patricia Bullrich; en los afiches digitales y cartelería pública, la candidata a presidenta brillaba por su ausencia y sólo se destacaba las figuras de los poco conocidos Nieri, Giménez, Ibañez y Ríos. Sus competidores de La Libertad Avanza y Unión por la Patria hicieron todo lo contrario.
Algún efecto tuvo la estrategia de Cambia Mendoza, pero mínimo: mientras que Bullrich sacó en la provincia 25,85% de los votos, la lista de diputados nacionales llegó a 26,8 %, apenas un punto más que no sirvió de mucho: la lista de Milei metió 3 diputados nacionales y Cambia Mendoza apenas 1; el peronismo, en tanto, se quedó con la quinta banca.
Pero, ¿hubo algo de fondo para intentar despegarse de Bullrich? Hay sectores del radicalismo mendocino que aún hoy se resisten a votar a un candidato -una candidata, en este caso- del PRO y para esta elección, algunos incluso preferían a Massa, y mucho más ahora ante un balotaje frente a Milei.
Ahora, rumbo a la segunda vuelta, en el entorno de Cornejo confían en que, por lo menos, Massa sumaría a algún correligionario a su gabinete y que tendría una mejor relación con el gobernador electo, recordando que fueron socios en Cambia Mendoza hasta 2019. Ni hablar de la incertidumbre y, literalmente, miedo de los intendentes por quedarse sin fondos nacionales con Milei en el poder.