Es en la zona rural y las pérdidas para las cooperativas eléctricas son millonarias. El vicegobernador y el ministro de Seguridad se interiorizaron del fenónemo. Cómo es el negocio negro del cobre que se alimenta con este delito.
En el Este roban un transformador por día y peligra el servicio eléctrico
Hay que tener en claro esto: el costo del robo de un transformador eléctrico para la distribuidora es 20 veces más, que el rédito que el ladrón le saca al producto de su delito que es el cobre que contiene el artefacto. Así plantea este problema de inseguridad ,Fernando Formento el titular de Edeste, el consorcio de cooperativas eléctricas que distribuyen la electricidad en las zonas rurales.
¿Qué quiere decir con esto el dirigente de la Cooperativa Eléctrica de Santa Rosa? Que para reponer un equipo eléctrico que queda destruido a causa del vandalismo, la prestataria eléctrica debe invertir 20 veces más de lo que el ladrón puede obtener del metal apropiado de ese delito.
¿Y cuánto dinero hay que gastar para reparar el servicio? El costo de un transformador y su infraestructura puede ascender hasta un millón de pesos y desde hace 40 días el saqueo en el área rural del Este es de un aparato de este tipo por día. De estos detalles se interesó el vicegobernador Mario Abed y para eso convocó al ministro de Seguridad, Raúl Levrino.
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La reunión donde se trató el flagelo del robo de instalaciones eléctricas
Fue esta mañana, del jueves 26, en el octavo piso del edificio legislativo, en el despacho de Abed, quien recibió a José Álvarez el titular de la Cooperativa Eléctrica Alto Verde y Algarrobo Grande. Del mismo cónclave también participó el director de la Policía, Roberto Munivez.
Al salir de la reunión Levrino le apuntó al POST que se tomarán medidas preventivas y se activará una investigación para tener pistas certeras sobre la ola de robos que no es solo de transformadores, sino también de cables preensamblados de conexión para el alumbrado público.
El dirigente cooperativo Álvarez que pidió más custodia policial en las calles rurales del Este provincial.
Álvarez, quien también preside la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas, enfatizó que es en la zona Este es donde se concentra este fenómeno similar al que ocurrió después de la crisis del 2001. Ya llevan contabilizados 30 transformadores caídos y vaciados en lo que va del año.
El rastro del cobre
> Hay una certeza de que el cobre robado no sale de la provincia. Y además en la zona hay fábricas de sulfato de cobre un compuesto fungicida muy utilizado en el agro.
> Los transformadores que son despanzurrados para sacarle la bobina de cobre derraman un aceite que se infiltra en el suelo y la remediación de terreno contaminado encarece aún más el costo de reposición.
Imagen ilustrativa de un transformador de alta tensión donde se puede observar el embobinado de cobre codiciado por los ladrones.
> Un transformador cuesta entre 300 mil y 500 mil pesos de acuerdo a capacidad de conversión de la energía.
> La vandalización produce daños en las estructuras que sostienen a estos artefactos y hace que se eleven los costos hasta el doble del precio de los equipos.
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> Hay otro negocio negro que se está produciendo por el crecimiento urbano que se da en las zonas rurales donde particulares electrifican predios cerrados con elementos como el cableado y esta demanda es coincidente con el robo de extensos tramos de cables preensamblados que soportan gran carga de energía.
> Los robos se han incrementado desde que se flexibilizaron las actividades económicas en la región. Y los delitos ahora suceden en horas de la madrugada desde que entramos en la etapa de distanciamiento social.
La reparación de la red se encarece por el costo de los materiales y las multas por los cortes de los servicios.
> Estas pérdidas para las cooperativas representan una reducción en las mejoras del servicio ya que lo que se proyecta como inversión termina siendo una reparación de la caída del servicio que baja la capacidad de ampliar la distribución de la energía en grandes superficies con pocos usuarios.
> La policía reactivará el patrullaje en las áreas con menos circulación de vehículos que quedan a expensas de los ladrones. Y encarará investigaciones en el circuito comercial que se alimenta de estos materiales sustraídos.
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