Falleció Jorge Falasco, bodeguero incansable

Hace instantes, el intendente de Rivadavia, Miguel Ronco, confirmó la noticia de la muerte de uno de los bodegueros más emblemáticos de Mendoza y del Este mendocino: Jorge Falasco. 

Dueño de Falasco Wines y la bodega Los Haroldos, el negocio familiar que comenzó con "Don Lolo" Haroldo Santos Falasco, en 1939, cuando era repartidor de vino en Chacabuco, Buenos Aires. La bicicleta con la que repartía Don Lolo adorna y recuerda la historia en la bodega de San Martín, entre las barricas. 

Desde Don Lolo hasta Jorge y ahora sus hijos, la familia Falasco desarrolló un negocio que hoy es exporta a más de 42 países, está dentro de los 5 grupos vitivinícolas mas importantes del país y en los últimos 10 años, su fuerte fue en la inversión de tecnología de punta.

Jorge era un tano "de ley", de esos que se enojan y pegan dos gritos, pero luego se detienen y escuchan. Lo sé porque se enojó conmigo. Y me pegó unos alaridos por teléfono por una nota donde contaba que debía unos impuestos, pero me invitó a la bodega a conversar. 

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Lo sentí como un tío: me recibió a puro abrazo y sonrisa, me pidió disculpas por la tanada y charlamos durante horas. Me llevó a recorrer la bodega, me contó la historia a cada paso, habló de su padre y de su hermano (también Haroldo) que había fallecido y por quienes nombró la bodega. Habló de ceder el espacio a los hijos para que eleven aun más la tradición familiar de hacer buenos vinos. 

Estaba orgulloso de cada uno y habló de las virtudes de sus cuatro hijos, plasmadas en la etiqueta de los vinos Premium. Hermandad. 

Llamaba a su madre dos veces por día cada día, al ir y al volver de la bodega. Decía que lamentaba que ella no quisiera vivir con él. Porque no sabía cuánto más podría disfrutarla. 

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