El único lugar de Argentina donde el covid no pudo llegar

El médico mendocino Bruno Cauda relata su experiencia luego de un año viviendo en la Antártida, el único lugar del país donde no usaron barbijo.

El único lugar de Argentina donde el covid no pudo llegar

Por:Ana Paula Negri
Periodista

Hay un lugar de la Argentina adonde el coronavirus no pudo viajar este año: la Antártida. Desde ese remoto y enorme territorio de nuestro país, un médico mendocino que no tuvo contacto con el Covid-19 en todo el año cuenta la experiencia de vivir con temperaturas extremas.

Bruno Cauda viajó con otros 22 tripulantes durante 22 días para llegar a principios del 2020 a la Base Belgrano 2 a 4953 km de Buenos Aires. Él junto con un enfermero son los únicos civiles que llegaron para encargarse de resguardar la salud de los oficiales.

Zarparon el 4 de enero desde Buenos Aires, pasaron por varias bases para bajar tripulantes y descargar provisiones en cada una de ellas. El 26 de enero llegaron a la base más austral y demoraron unos cuatro días en descargar todo lo que necesitaban del rompehielos ARA Almirante Irízar. El verano es el único momento del año en que se puede llegar hasta la base, ni aviones ni barcos pueden viajar hasta allá porque el mar se congela.

Bruno Cauda

El aislamiento en el fin del mundo es mucho más crudo que el decretado este año en nuestras ciudades, la diferencia es que ellos lo eligieron y de alguna manera se prepararon para aguantarla: "Yo pensé que iba a ser el único aislado durante este año y luego resultó que el mundo entero estaba en la misma situación. Pensamos que íbamos a volver al mismo lugar del que nos fuimos y llegaremos al continente en un contexto totalmente distinto. Incluso en un momento nos informaron que tal vez no venían a buscarnos por la Pandemia".

Cuando el ASPO fue declarado en marzo, ya llevaban dos meses aislados: "Desde acá podíamos aconsejar a amigos y familia para sobrellevar la cuarentena encerrados. Tratando de mantener una rutina, hacer ejercicio, comer saludable, tener actividades dentro del espacio disponible. Yo me traje elementos para cocer, tejer, dibujar y tocar la guitarra. Me hice unos escarpines porque donde más se siente el frío es en los pies. Acá tenemos un gimnasio al que podemos ir todos los días para hacer ejercicio. Es indispensable construir nuevos hábitos y canales de comunicación con los seres queridos".

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"Tengo un diario de viaje, las actividades son bastante rutinarias por lo que me concentré en escribir más que nada sentimientos. Es algo que muchas personas hicieron esta cuarentena y ayuda a sobrellevar las limitaciones y el encierro", aseguró.

En este sentido, la tarea del médico se centró en la prevención de enfermedades, prevención de cuidados y ejercicio, medidas de seguridad con charlas de RCP y primeros auxilios. También ha cumplido tareas diversas de mantenimiento como arreglos eléctricos o de plomeria. Una tarea ineludible es picar el hielo cercano, cargarlo en trineos de madera y traerlo a los derretidores para utilizarla durante toda la semana.

Picando hielo para descongelar.

"Todos los días nos turnamos para mantener la casa en orden y limpiar, además de lavar los platos del almuerzo y la cena. Nos levantamos a las 7 de la mañana para desayunar todos juntos, comienzan las tareas diarias, almorzamos y seguimos hasta las 18 cuando empieza nuestro tiempo libre hasta la cena", comenta y asegura que aunque la convivencia por momentos es difícil, la meta estaba puesta clara por lo que la predisposición para solucionar desencuentros estuvo presente en todo momento. "Somos muy distintos todos, venimos de todas partes del país, hay 19 militares, 3 investigadores, el enfermero y yo, tenemos lógicas distintas pero se resolvió bien. En la convivencia la clave es buscar lo común y no la diferencia".

"Es fundamental manejar las ansiedades y darse esos gustos de vez en cuando. A veces hacemos asado, vamos a esquiar o salimos a tomar unos mates afuera, aunque no es muy común. Los sábados hacemos pizza y tomamos cerveza. Al principio todos esperábamos ese momento de encuentro y descanso, pero creo que ya todos nos cansamos de la pizza".

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Uno de los mayores desafíos de este año fue pasar cuatro meses de noche: "El 21 de junio nos hicieron el bautismo donde pasamos a ser antárticos. Nos disfrazamos, nos raparon la cabeza e hicimos sketchs".

En esos meses se permite ver uno de los fenómenos más hermosos del mundo son las auroras boreales que Cauda junto a sus compañeros salieron a ver con 40 grados bajo cero: "Nos alejábamos de la Base para verlas. Generalmente son verdes, es un espectáculo impresionante".

Aurora Boreal. Foto: Bruno Cauda.

Aurora boreal. Foto: Bruno Cauda

Investigación

Cauda también participa de la investigación titulada "Cronobiología del Aislamiento Antártico: el uso de la base Belgrano II como modelo de desincronización biológica y análogo espacial" que está en curso desde el año 2014. Los primeros resultados han sido publicados en la prestigiosa revista Scientific Reports. Y la proyección es un trabajo con la Agencia Espacial Europea (ESA) para futuras misiones espaciales a la Luna y Marte.

 Los Dres. Juan Manuel Cuiuli (UCA - Comando Conjunto Antártico y Daniel E. Vigo (UCA-CONICET) en la base Carlini. 

Al frente de esta investigación están los Dres. Víctor Demaría-Pesce (ESA), Juan Manuel Cuiuli (UCA - Comando Conjunto Antártico) y Daniel E. Vigo (UCA-CONICET). En la publicación de la Universidad Católica Argentina, Vigo explicó el objetivo de la investigación: "El proyecto pretende explorar el impacto de un año de aislamiento en distintas variables fisiológicas, psicológicas y sociales. En particular, estamos interesados en estudiar cómo se ven afectados los ritmos biológicos por la falta de luz natural durante los cuatro meses de noche polar propios de esa latitud. Por otro lado, el continente antártico es considerado uno de los análogos más fieles que se pueden encontrar en la Tierra de las situaciones de aislamiento y confinamiento extremos que se viven en el espacio. Es por esto que las conclusiones que se derivan de este tipo de estudios tienen aplicabilidad en el ámbito de la exploración humana del espacio".

Navidad

Desde enero que se encuentra entre sus pertenencias ese regalo que compraron para alguien que no conocían antes de viajar y entregaron esta Navidad a uno de sus compañeros: "Me tocó un vaso térmico, al menos ninguno recibió jabón exfoliante", dice Cauda en broma.

La dotación de la Base en la foto de Navidad con unos -10 grados.

En cuanto a la Pandemia que sufrió el mundo entero, Cauda desea: "Ojalá esto sirva para cambiar esto sirva para cambiar formas de relacionarse con el mundo, con las personas. Que nos haga bien a todos".

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