Analizamos los cuadernillos que el Ministerio de Educación de la Nación envía a todo el país para estudiar durante la pandemia.
"Seguimos adoctrinando": así son los cuadernos que llegan a las escuelas
Por estos días, la polémica que comenzó la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, quien dijo que los institutos docentes están "ideologizados" despertó, además del rotundo rechazo de los gremios, la atención sobre qué contenidos se dan en las escuelas del país.
Por eso, el Post analizó los cuadernillos "Seguimos Educando", elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación. Estos cuadernos impresos en papel de diario se entregan a todas las escuelas del país y constituye material de apoyo (no obligatorio) al enviado por cada escuela en cada distrito. Son, además, el material para los niños que no tienen acceso a internet.
Los cuadernos para el nivel secundario se dividen en dos: los del Ciclo Básico (para 1º y 2º año de secundarias con 5 años o para 2º y 3º para secundarias de 6 años), y los del Ciclo Orientado (para 3º, 4º 5º o 6º año si lo tuviera). Están divididos por áreas: Matemática, Lengua, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Música, Tecnología, Artes Audiovisuales y ESI. Cada uno, trae cuatro semanas de clases a razón de una clase por día.
¿Ciencias Sociales o... combatiendo al capital?
La ideología peronista se filtra primero de forma tenue pero se va a acentuando a medida que pasa el año. En los cuadernillos de marzo y abril hay, por ejemplo, una clase sobre un pueblo africano de Ghana cuyos habitantes viven de reciclar la basura electrónica de "los países ricos" que son los que "se encargan de las actividades que generan mayor rentabilidad como la producción de software o el mercadeo". Dice, en cambio, que los países como Ghana, "los más pobres, aportan materia prima". Se introduce en esta clase un concepto básico de la ideología filoperonista: el trabajador explotado.
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Es que en el pueblo, además de separar las partes de la basura electrónica, los jóvenes queman los cables para obtener de ellos el cobre. Con una imagen en la que se ve a dos ghaneses en una quema, le dicen al alumno que, además de estar en una nube tóxica, "la foto no nos permite saber mucho sobre el pago que reciben los muchachos", pero igual aseguran al alumno que esas tareas las hacen quienes no pueden encontrar otro trabajo.
Lo extraño es que los trabajos más tóxicos, peligrosos o que "nadie quiere hacer", como dice el cuadernillo, en muchos otros países son los que mejor paga reciben. Pero no le dicen eso a los alumnos para que elaboren un pensamiento propio.
Esa idea del trabajador explotado va creciendo junto con otra: que el campo es sinónimo de "gente rica", mientras que los "trabajadores" son las "clases populares".
A medida que avanza el año las clases van profundizando en esa dicotomía del trabajador pobre y explotado y los empresarios sojeros o gente rica del campo.
Pasa por las crisis migratorias de los años 30, habla de la caída del "modelo agroexportador" luego de la crisis de 1929 que derivó en un fuerte desempleo y condiciones de trabajo insalubres.
Ahí entra otra idea del peronismo: la salvación de los sindicatos. Los cuadernillos mienten, reforzando la idea de que antes de Perón y los sindicatos, los trabajadores no tenían ningún derecho. Algo que la historia desmiente ya que entre 1903 y 1943 se sancionaron más de 50 leyes sobre trabajo y previsión social.
Lo cierto es que, a pesar de la crisis provocada por el "viernes negro" de 1929, Argentina tuvo, en los diez años posteriores, un crecimiento del 15% del PIB contra el 4% de los Estados Unidos (en términos per cápita). En 1935 las industrias afincadas en el país eran 39.063 y ocupaban 440 mil obreros. Para 1946 la cantidad de industrias creció casi un 70% y la de empleados, un 75%. Pero los cuadernillos no dan esos datos. Solo hablan del crecimiento industrial y de empleos a partir de Perón.
Introducen la idea del "Estado de Bienestar" pidiéndoles a los chicos que busquen qué significa bienestar. Además, inculcan la idea de que el Estado como regulador de las relaciones laborales es, en realidad, "protector" de las clases trabajadoras que antes (de Perón), estaban completamente privadas de derechos.
Luego se introduce el concepto de "neoliberalismo", algo que realmente no existe y sólo es una figura retórica que se utiliza para designar despectivamente algunas políticas liberales, mezclándolas con otras que ni se acercan al liberalismo.
Así, Menem y De La Rúa introdujeron políticas "neoliberales" que solo contribuyeron a que vuelvan las crisis económicas y el desempleo. Para ello, utilizan el caso YPF: era todo muy lindo hasta que la privatizaron con la idea de "achicar el Estado" (recordemos que les vienen enseñando que el Estado da Bienestar), y entonces un montón de ypefianos se quedaron sin trabajo. Acompaña la clase el testimonio de un ex ypefiano, ahora desempleado.
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