El autoservicio del sexo conlleva grandes beneficios a los que no deberíamos renunciar, aunque nuestros días de soledad hayan acabado.
Por qué es sano masturbarse (incluso si tenés pareja)
Si hubiera que escribir un libro de texto sobre sexo, seguramente se empezaría por la masturbación, con el fin de conocer bien el propio cuerpo y la respuesta sexual. Una vez dominado este campo, el siguiente nivel sería el sexo manual con otro, para explorar a fondo el nuevo terreno a pisar, sus gustos y preferencias; para luego seguir con otras lecciones más avanzadas.
Si bien ya casi todos aceptamos ya la practica masturbatoria como sana, adecuada y muy instructiva, cuando preguntamos si el autoerotismo nos sigue pareciendo adecuado una vez estando en pareja, la cosa cambia, porque el ego del otro se ve amenazado.
La masturbación siempre ha estado impregnada de tintes egoístas. Dentro de la pareja, éstos adquieren una mayor negrura, como si hubiera un cupo de actividad sexual que debiera dedicarse, exclusivamente, para disfrute de ambos.
“No confío en nadie que no se masturbe. Si no puedes llegar a buen término con tus zonas privadas, no va a ser muy divertido cuando tengas que hacerlo con las de otro”, decía Ryan O’Connell en un artículo titulado Ten reasons why masturbating can be better than sex, de la revista thoughtcatalog.com.
"El placer y la vida empiezan por uno mismo, y solo estando a bien con nuestra primera persona podremos estarlo con las demás".
Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona y directora del Instituto Iberoamericano de Sexología, cree que este aprendizaje, como todo en la vida, es constante y no debería parar nunca.
Otra de las ventajas del autoabastecimiento en materia sexual es el hecho de que nos mantiene satisfechos y en plena forma durante los altibajos de deseo que ocurren en la convivencia.
Según Francisca Molero, “uno de los mayores problemas de las parejas son los desajustes de frecuencia, es decir, que los dos miembros no tienen ganas al mismo tiempo, lo que puede generar grandes conflictos, tanto por defecto, como por exceso.
La masturbación es un buen remedio a este problema, pero en consulta vemos que todavía no está aceptada al cien por cien dentro de la pareja. Aún resulta incómoda para muchos, y el que la practica suele hacerlo a escondidas para que el otro no lo vea. Incluso muchos la perciben aún como una cierta forma de infidelidad.
Según Ian Kerner, autor del libro She Comes First, el 80% de las mujeres no pueden alcanzar el clímax solo con la penetración.
A los hombres también les gusta realizar estas prácticas, pero no siempre están tan bien aceptadas.
No hagamos con la masturbación como muchos hacen con los amigos del secundario, se olvidan de ellos cuando encuentran pareja, para luego volverlos a llamar cuando llega el divorcio y los solitarios fines de semana.
Visto en El País



