Caso Silva: "No entiendo cómo me vio a mí y no a Genaro", dijo el cuidacoches
Durante el segundo día de declaraciones en el juicio con Julieta Silva, la única imputada por la muerte de Genaro Fortunato, ocurrido el 9 de septiembre del año pasado, asistieron seis testigos y el "trapito" que vio a ambos por última vez antes de la tragedia fue el último en dar su testimonio.
Según recopiló Diario de San Rafael, el cuidachoches aseguró que Fortunato iba colgado del Fiat Idea de Silva cuando cayó al asfalto. "Pensé que giró en U y volvió porque lo había visto caer cuando iba al lado del auto", relató.
Durante más de una hora, el joven que cuida vehículos a la salida del bar Mona relató lo que vio aquella madrugada y respondió preguntas formuladas por el fiscal Fernando Guzzo, el abogado querellante Tíndaro Fernández y el defensor de Silva, Alejandro Cazabán.
"Yo lo vi todo"
"Yo lo vi todo", aseveró desde un principio el "trapito". "Los vi caminando por calle El Chañaral, le pregunté a ella si se iban para cobrarle pero no me respondió, entonces le dije a él (Genaro) y me dijo que lo acompañara hasta el auto así les cobraba".
El cuidacoches relató que Silva subió al Fiat Idea y desde un principio se sentó en el asiento del conductor. "Bajó la ventanilla un poco, mientras que el chico le pedía entrar al auto. Yo me alejé porque estaban discutiendo, ella se refería a los celos. En ese momento ella hace marcha atrás y luego acelera rápido para salir con dirección a Las Vírgenes, mientras él continuaba agarrado del espacio entre la ventanilla y la puerta. Corrió al lado del auto hasta que no dio más y cayó debajo de la luminaria", relató.
Genaro quedó tendido en la carpeta asfáltica y no pudo reponerse. En ese momento, señaló el cuidacoches, él quedó "a dos casas" de donde estaba Fortunato y en ese momento "vi el auto que giró en U y aceleró rápido con dirección adonde estaba tirado el chico. Nunca frenó, lo atropelló, lo pasó por encima". Contó que el vehículo, al pasar por encima del cuerpo, se levantó en los dos ejes derechos y que "se sintió una explosión". Además aseguró que el estado de la calle El Chañaral es óptimo entre Yrigoyen y Las Vírgenes.
"¿Qué hiciste? Atropellaste al pibe"
En virtud del momento anterior, hubo un detalle importante que puede ser central en lo que resta del juicio: el cuidacoches hizo señas a Silva para que detenga su marcha después de haber arrollado a Fortunato. Así lo aseguró él ante más de una consulta sobre ese tema que le hizo el fiscal Guzzo.
Luego de que Silva pasó por arriba a Fortunato, el cuidacoches decidió avanzar hasta la mitad de la calle y el vehículo frenó a pocos metros de su figura. "Si seguía avanzando me atropellaba a mí y si no la frenaba ella no iba a parar", sostuvo el testigo.
"¿Qué hiciste? Atropellaste al pibe", le recriminó el cuidacoches a Silva, quien le respondió: "Yo no he sido, no he hecho nada". A partir de esa situación, el testigo recordó que observó a Silva con sus manos en la marcha y en el volante y por eso le quitó las llaves del auto, suponiendo que podía fugarse de la escena del hecho.
El cuidacoches, tras quitarle las llaves a Silva, relató que se alejó del vehículo de la joven y encontró, en el camino, a dos mujeres (declararon también ayer) y les pidió que avisen a la Policía de lo que había ocurrido. "Silva se bajó recién cuando yo encontré a las chicas, la escuché hablar por teléfono, no sé con quién pero le decía ?me mandé un pedo, me mandé un pedo'".
35 contradicciones
Ante las consultas de Guzzo y Fernández respecto a cómo fue la secuencia entre la discusión tras la salida de Mona y el arrollamiento del vehículo al cuerpo de Genaro, el cuidacoches enfatizó que "no entiendo cómo me vio a mí y no a él" y señaló que "pensé que giró en U porque se dio cuenta que el chico había quedado tirado en el piso".
Por otra parte, en relación a la velocidad de desplazamiento, el trapito aportó un dato notablemente distinto a el de las pericias. "Venía como a 100 kilómetros el auto después de girar en U", lanzó, lo que seguramente será rebatido hoy por los peritos que se encargaron de las conclusiones luminotécnicas y determinaron que el rodado se desplazaba a menos de 60 km/h.
Asimismo, cuando enfrentó a Alejandro Cazabán, éste lo indagó por contradicciones en las que incurrió entre la primera declaración que ofreció a la Policía, la segunda ante la fiscal Andrea Rossi y el relato de ayer en el juicio. Para el defensor de Silva hubo inconsistencia respecto a la posición del cuerpo de Fortunato y la distancia con el auto de Silva, además del accionar del joven después de haber frenado la marcha de Julieta.
En su presentación como defensor de Silva, Cazabán habló de "35 contradicciones" en las dos primeras declaraciones del cuidacoches. Ante eso se prevé que el letrado las enumere durante los alegatos, en la etapa previa a la sentencia, donde posiblemente incorpore otras contradicciones en las que ayer pudo incurrir el declarante.
Otros testimonios
La segunda jornada de debate también contó con testimonios de los peritos de Policía Científica, una tía de Genaro Fortunato y un hombre que encontró los documentos de la víctima a varios metros de donde quedó tendido el cuerpo.
Tres efectivos policiales y dos mujeres que salieron de Mona dijeron que encontraron a Julieta Silva bajo un profundo estado de nervios tras haber atropellado a Genaro Fortunato.
"Estaba muy nerviosa y repetía constantemente que no lo había visto", coincidieron los efectivos.
En el acta de procedimiento, firmada por la primera de las policías que ayer declaró en la jornada vespertina, figuraba una frase de Silva en torno a la que giraron las partes durante las siguientes exposiciones: "Yo lo atropellé, lléveme presa", habría dicho Silva.
Respecto a la luminosidad del lugar, las expresiones fueron varias, pero la mayoría de los testigos que hasta ahora declaró sostuvo que la iluminación en el lugar del hecho "no era la mejor", sumado eso al factor climático, pues llovía en aquella madrugada.