Por 38 votos a 31 fue rechazado en el Senado el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La iniciativa puede ser tratada recién el año próximo.
Ganó el "no" y no habrá aborto legal
El Senado de la Nación rechazó el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Por 38 votos a 31 ganó el "No" y hubo solo dos abstenciones.
Las calles frente al Congreso estuvieron abarrotadas de militantes de pañuelos celestes y en frente de color verde. Hicieron la vigilia al igual que en Mendoza y en la mayoría de las ciudades del país, pero festejaron el colectivo "Salvemos las dos vidas".
El proyecto tal cual llegó de Diputados no podrá volver a tratarse este año. Y deberá volver a superar todas las instancias si es propuesto nuevamente, en comisiones, y en ambas cámaras, desde marzo del año próximo.
Esta fue la séptima vez que se presentaba un proyecto de aborto en los últimos años. Pero nunca había llegado tan lejos. Ahora, se cree que el gobierno "ampliará" la despenalización, en el proyecto de Nuevo Código Penal.
Los senadores a favor de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo bajaron al recinto ya resignados a una probable derrota, debido a la diferencia de votos entre ambas posturas.
En ese contexto, circuló durante toda la tarde la versión de que los senadores Lucía Crexell y Omar Perotti insistirían en tratar, luego del rechazo, un proyecto que despenalizara esa práctica médica, para que la sesión no concluyera con un rechazo cerrado y se diera al menos un avance hacia el reclamo de los colectivos femeninos.
Sin embargo, varios de los principales defensores de la legalización dieron por descartada esa posibilidad desde temprano y dejaron ver su bronca porque, luego de haber propuesto cambios a la iniciativa original, quienes rechazan el proyecto no propusieron ninguna opción.
Ver: El nuevo Código Penal no criminalizará el aborto
Durante toda la sesión los discursos ofrecieron conceptos similares: quienes respaldaron la legalización remarcaron que el reclamo de la legalización continuará pese al rechazo porque el tema es "imparable" y aquellos que se opusieron machacaron sobre la idea de que, a partir de este debate, se deberá trabajar más intensamente en áreas como la educación sexual.
Así, el concepto general de la sesión es que el debate del aborto en general quedó instalado en la sociedad y que el Congreso deberá volver a abordarlo en algún momento, con un enfoque u otro.
Quienes se opusieron a la legalización insistieron en que el proyecto es "inconstitucional" y violatorio de los tratados internacionales a los que suscribió la Argentina, mientras que los senadores a favor machacaron en el hecho de que se trata de un problema de "salud pública" y que la discusión "no es aborto sí o aborto no, sino aborto legal o clandestino".
También quedaron en evidencia las tensiones en el seno del oficialismo, cuando la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, se enojó con el jefe del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, por cuestionar la administración del tiempo que hacía para cada discurso.