Fue la denunciante pública de las maniobras de Boudou desde su casa en Chacras de Coria. Aquí un recordatorio de su protagonismo ante la condena a Amado Boudou.
Laura Muñoz, detrás de la sentencia
Es una mujer fibrosa con músculos tensos con una carga fuerte interior. Laura Muñoz ex de Alejandro Vandenbroele, hoy condenado por ser testaferro de Amado Boudou.
Ella vive en Mendoza, su ex pareja también, el prestanombre de Amado Boudou en la empresa fantasma The Old Fund.
Su denuncia pública en 2012 contra Boudou dio pistas para el caso de Ciccone Calcográfica y ratificada en cada espacio institucional.
La base del expediente que llevó a ex vicepresidente a ser condenado a a más de 5 años de prisión efectiva por cohecho.
Al ex vicepresidente lo sentenciaron por quedarse con el 70 por ciento de las acciones de Ciccone a cambio de evitar la quiebra de la empresa.
A José María Nuñez Carmona el amigo de Boudou lo encontraron culpable de haber gestionado la maniobra ante Nicolás Ciccone en nombre del ex vicepresidente.
Y Vanderbroele, confesó que gerenció Ciccone en nombre de Boudou.
Laureada
Otra Laura, Alonso la titular de la Oficina Anticorrupción, dijo un día antes de la sentencia que la sociedad mendocina le había dado la espalda.
Hoy Muñoz es una de las personas más mencionadas y reconocidas por los medios de comunicación.
"Las mafiosos son machistas y olvidan a sus mujeres". Eso definió un periodista dedicado a los casos de corrupción señaló certeramente por la causa de los cuadernos de la coimas -que hoy concita la atención- .
Quienes ejecutan acciones ilícitas de modo sistemático y montan emprendimientos clandestinos esencialmente segregan y ejercen violencia con las mujeres de sus entornos cercanos, señalan quienes conocen los códigos mafiosos.
Por eso Muñoz apareció como un torbellino contando lo que sabía de escuchar en la intimidad a Vanderbroele.
Laura Muñoz hoy decidió no tener el protagonismo que tuvo en pleno kirchnerismo denunciando como una loca en el desierto hasta que alguien la escuchó.
Estas líneas son para recordar esos momentos de denuncia en tiempos violentos y líquidos. Tiempos iconoclastas y de reconstrucción social a la vez. Allí aparecen personas y en particular mujeres, para transformar la realidad con sus "locuras".
Esas acciones también le valieron esa mirada sospechosa y con una dosis peyorativa contra el poder que da el dinero y los cargos institucionales.
La verdad es un valor que hay de debe cotizar en alza. El aparato judicial corroboró, los alaridos de Laura Muñoz.