¡Tenemos la Ley Brisa!
Más de un año después de la media sanción en el Senado, el proyecto de ley que crea el Régimen de Reparación Económica para los Niños, Niñas y Adolescentes víctimas colaterales de femicidio fue aprobado y ya es, oficialmente, lo que fue desde un principio: la Ley Brisa.
Cuando hablamos del carácter eminentemente integral de las políticas de estado dirigidas a erradicar la violencia de género, nos referimos a que una problemática como esta exige intervenciones precisas antes, durante y después de producidos estos actos aberrantes.
Nada, absolutamente nada es más efectivo que más y mejor educación en igualdad de derechos y respeto.
Que más y mejor prevención. Es la única forma que tenemos de que los más chicos y las generaciones venideras no naturalicen ni den por sentadas situaciones que disminuyen y discriminan a las mujeres.
Cuando una mujer es agredida, o asesinada como la madre de la pequeña cuya historia impulsó esta iniciativa, es imprescindible también contar con una policía y una justicia capacitadas y diligentes, para que el peso de la ley caiga con toda su fuerza sobre los responsables.
Y también está el después. Cómo responde el Estado, y nosotros como sociedad, frente a las víctimas colaterales que deja un femicidio. De eso se trata la flamante ley: de una manifestación concreta que refleja cuánto nos daña a todos, como ciudadanos, un crimen de estas características.
La reparación económica equivale a una jubilación mínima. Le corresponde a los hijos e hijas hasta los 21 años de edad o con carácter vitalicio ante una situación de discapacidad. Además, el Estado debe proporcionar un servicio de salud integral y gratuito a los beneficiarios.
Es un paso más que demuestra que la violencia de género no se metió en la agenda pública por una cuestión meramente mediática coyuntural. Hay un Estado que reconoce el flagelo que estamos viviendo y actúa con decisión para combatirlo.
A quienes sufrieron de primera mano las consecuencias de un femicidio les estamos diciendo, con un gesto concreto, que no están solos, que queremos que puedan estudiar, trabajar, y ser felices.
Claudia Najul
Diputada Nacional
Unión Cívica Radical