La mendocina que perdió todo y busca a su hijo

El Post ya contó la dramática historia de Cristina Montaño, arrancada de los brazos de su madre y abusada por su tío. Ahora, la mujer busca a su hijo.

La mendocina que perdió todo y busca a su hijo

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Cristina Montaño es la postal de la voluntad y la esperanza. Una mujer que, por momentos deslumbra con su sonrisa y por momentos conmueve por su llanto.

Es la tragedia y la alegría al mismo tiempo. El Post contó su emotivo caso hace más de un año, en febrero de 2017.

Para quienes no lo recuerden, o no conozcan la trama, es la cruda historia de una mujer que fue arrancada de los brazos de su madre a los cuatro años por parte de sus abuelos paternos en Jachal.

Años más tarde, fue abusada por su propio tío y quedó embarazada de un hijo al que también le quitaron de sus brazos.

A los 18 logró escapar de sus propias miserias y empezó una vida nueva, buscando a su propia madre y hermanos. Lo hizo desde Mendoza.

Cristina junto a su pareja, Dante

A la primera no logró ubicarla, porque murió en medio de la búsqueda, en el año 2001. Con sus hermanos logró abrazarse hace muy poco, menos de dos años. Eran más de los que conocía, una enorme familia que incluía a incontables primos y sobrinos

Ese vínculo se afianzó al paso de los meses y se volvió indestructible. Fue una suerte de misión cumplida para Cristina... a medias.

“Ahora quiero encontrar a mi hijo, necesito encontrarlo”, dijo con elocuente sinceridad a este diario. Con la voz cargada de dolor y los ojos escondidos detrás de millones de lágrimas.

-¿Cuándo nació tu hijo?

-El 5 de diciembre de 1986 en el Hospital Italiano.

Cristina se encontró con su familia hace pocos meses, y ahora son inseparables

-¿El parto fue natural?

-Sí, el parto fue natural, y recuerdo que fue a las 05:49 de la mañana, que el bebé pesó 3,25 Kg y que ese día, junto con mi hijo, nacieron 3 varones.

Ver además: La mujer que perdió todo, menos la esperanza

-Todo normal...

-No todo. Recuerdo que me quería mover y no podía, como que algo me suministraron para que no me pudiera mover. Me desperté a las 10 de la mañana. Solo pude tener a mi hijo unos minutos en mis brazos, cuando me lo llevó una enfermera y me dijo "tu hijo está llorando y quiere que su mamá lo alimente". Luego ingresó Francisca y me lo arrebató, retó a la enfermera y le dijo "¡ella no lo tenía que ver!". La enfermera le contestó: "El bebé tiene que estar con su madre", y Francisca la echó.

-¿Qué tan importante es encontrar a tu hijo?

-Es todo para mí, es lo único que me falta para tener todo.

-¿Tenés alguna idea de dónde pueda estar?

-Sí, me dicen que puede estar en Maipú.

Más fotos con su familia

-¿Cómo sabés?

-Antes de fallecer, la hermana mayor del Lucho, que viene a ser tía mía, le cuenta todo a su nuera Antonia. Agarra y le dice toda la historia de mi vida, que no la sabía. “Yo nunca entendí por qué te habías alejado”, me dijo. Y ahí me dio el dato: “Tu hijo lo tienen un abogado y una maestra que viven en Maipú”.

-¿Nunca fuiste a la justicia con ese dato?

-Sí, hay un expediente judicial que avanza lento, pero imagino que está avanzando. 

-De ahí imagino que saldrán varias verdades, por ejemplo los datos de tu hijo...

-Sí, por lo pronto empezaron mal, porque en el primer pedido que hicieron se equivocaron de fecha por un año, y obviamente no aparecía nada.

-¿Quién te patrocina?

-Mi abogada es Mónica Amengual.

La foto vale más que mil palabras

El Post intentó consultar el expediente de marras, pero ese cúmulo de papeles está en plena mudanza, en el marco de los cambios judiciales que impulsó oportunamente Alfredo Cornejo. Se insistirá en breve.

Colofón

Cristina cruza los dedos, más allá de su inagotable lucha sospecha que necesitará un golpe de suerte para encontrar a su vástago.

La inquieta una versión que le llegó en las últimas horas, que podría contradecir la posibilidad de que su hijo esté en Maipú.

No duerme, y casi no piensa en otra cosa. No lo dice, pero se nota. Detrás de ese mar de lágrimas que se anteponen a sus negros ojos hay puro temor. ¿Y si no lo encuentro jamás? ¿Y si no quiere verme?

Cristina y el reencuentro con sus hermanos

Se pregunta esas y otras cosas. Las charla con su marido, Dante, su compañero de vida y principal sosten en su pelea.

Ese temor le quita el sueño, pero no la paraliza. Hay algo más fuerte que el miedo en su corazón. Se llama esperanza, y es enorme.