La revolución de las hijas: pañuelos verdes colgados en las mochilas

El debate por la legalización del aborto ha llegado a todos los rincones de la sociedad. En los trabajos y cafés se discute permanentemente la posibilidad de que se legalice la práctica en hospitales y centros de salud públicos.

El Congreso será quien decida finalmente si se aprueba el proyecto de ley que la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó, pero hay un nuevo grupo social que dejó de lado las tribus urbanas del año 2000 para comprometerse por esta causa.

En los colegios secundarios pueden verse los pañuelos colgados en las mochilas, pero las jóvenes mendocinas no solo militan en sus lugares de estudio, ellas salen a la calle junto a las militantes adultas que hace diez años luchan por la conquista del derecho a decidir sobre sus cuerpos.

Esto fue lo que sucedió el lunes pasado en la explanada de la Casa de Gobierno de la provincia, donde alrededor de 2.000 personas se agruparon con sus pañuelos para hacer escuchar su voz contra el aborto clandestino. En esa manifestación se pudo ver la presencia de muchas chicas hasta con el uniforme del colegio. Sus caras no representaban más de 17 o 18 años, y todas levantando los pañuelos que compraron luego de esperar en una fila infinita.

Ellas tienen muy claro por qué llevan el pañuelo atado a la mochila o al cuello. Al pedirle un testimonio a una de ellas, Martina Carrasco, confeccionó junto a otras dos compañeras de curso, Brisa Serrano y Nazarena Fernández, todas de 15 años, un argumento completo sobre su adherencia a esta causa.

Así, comenzó diciendo: “Soy Martina Carrasco, tengo 15 años pertenezco a un grupo de compañeras y amigas que apoyamos a la campaña de la interrupción voluntaria del embarazo. La mayoría nos enteramos de esta movida por algunos medios, siempre hay alguna noticia que te empieza a hacer ruido y te hace querer informarte un poco más, por el debate que se creaba en nuestras casas o por otros compañeros que militaban hace más tiempo y nos pudieron informar”.

Sobre el pañuelo verde: “Para nosotras el pañuelo verde no es solo llevarlo colgado en la mochila, es representar una lucha, reclamar lo que creemos justo, hablar por todas las mujeres que murieron en manos de abortos clandestinos, significa tener empatía y ver más allá de nuestras realidades”.

“Creemos que la despenalización del aborto es importante porque el Estado tiene que ocuparse de lograr políticas públicas para la salud de la mujer, no solo garantizando el aborto legal seguro y gratuito, sino la aplicación inmediata de la ley de Educación Sexual Intregal (ESI) y reparto permanente de anticonceptivos en los hospitales, entendiendo así que lograr no solo la legalización, sino la despenalización, significa llevar el aborto como última instancia teniendo en cuenta que a ningún cuerpo gestante le gusta la idea de abortar. Es una deuda con las mujeres, que hoy en día no podemos quedarnos sin decidir sobre nuestro propio cuerpo”, concluyeron.

Otra de las jóvenes, Victoria Coria, de 18, aseguró que hace dos años que tomó conciencia del movimiento feminista, cuando aún estaba en el colegio secundario: “Me llamó la atención la convocatoria que había, la cantidad de personas que se organizaban para ir a luchar por algo que les parecía justo, además de la cantidad de femicidios visibilizados durante estos años”.

Y sobre el pañuelo aseguró: “Uso el pañuelo porque estoy a favor de la legalización del aborto. Es necesario el aborto legal, seguro y gratuito como política de salud pública en mi país porque decir Niunamenos también es decir aborto legal. Las mujeres y los hombres trans más empobrecidos mueren a causa de los abortos clandestinos realizados año a año”.

Eva, de 15 años, aseguró: "Uso el pañuelo verde porque estoy a favor de la legislación del aborto, y ya solo el hecho de llevarlo es una manera de protesta. Es necesaria la despenalización del aborto porque es un derecho al que tendríamos que poder recurrir todas las mujeres, y debemos de dejar de morir en abortos clandestinos para poder decidir sobre nuestro propio cuerpo".

Las chicas saben lo que hacen, tienen claro de qué hablan y por qué llevan el pañuelo.