Aserah fue la diosa de la fertilidad. Según sus hipótesis, era adorada a la par de Javeh, hasta que el machismo la borró definitivamente.
Experta dice que la Biblia omitió a la esposa de Dios
Un informe presentado por la investigadora de la Universidad de Exeter, Francesca Stavrakopoulou, apunta a que originalmente las grandes religiones abrahámicas (que son hoy los tres grandes monoteísmos) adoraban también a la diosa Asherah, junto a Yahveh el dios único del cristianismo y judaísmo.
Stavrakopoulous basa su teoría en antiguos textos, amuletos y figuras encontradas en la ciudad de Ugarit, Siria, en los que se revela que Asherah era una poderosa diosa de la fertilidad que se adoraba junto al dios omnipotente y omnipresente.
Son también significativos los registros bíblicos, que registran cómo Asherah fue adorada en el templo de Yahveh, en Jerusalén, o la descripción de una estatua de la misma diosa, que, según narra el Libro de los Reyes, yacía en el templo, atendida ritualmente por personal femenino.
J. Edward Wright, del Arizona Center for Judaic Studies dice que "Asherah no fue editada del todo de la Biblia por sus editores masculinos, trazos de ella permanecen y evidencia arqueológica y referencias en textos de naciones en las fonteras de Israel permiten reconstruir su papel en las religiones del Levante", según publicó el sitio Pijamasurf.
Las referencias bíblicas
En el Libro de Jeremías existe una posible referencia a esta diosa cuando se habla de "La Reina del Cielo".
Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, las mujeres preparan la masa para hacer tortas a la reina del cielo, y derraman libaciones a otros dioses para ofenderme. Jeremías 7:18.
Según History, otras referencias a esta diosa en la Biblia derivan del Libro de Deuternomio, en un marco siempre hostil. El Rey Manasseh es juzgado como alguien que hizo mal ante Dios cuando colocó un poste, símbolo del árbol de Asherah en el Templo.
El Rey Hezekiah, que removió el símbolo de Asherah del Templo y lugares sagrados fue alabado como el más justo de los reyes.
"Manasés tenía doce años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. Pero hizo lo que ofende al Señor, pues practicó las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado al paso de los israelitas. Reconstruyó los santuarios paganos que su padre Ezequías había derribado; además, erigió altares en honor de los baales e hizo imágenes de la diosa Aserah. Se postró ante todos los astros del cielo y los adoró." - 2ª Crónicas 33:1-9.