Sin contar las ferias, pidieron este año 6.239 días de licencias por salud, congresos, cursos, deportes, y los días que pueden tomar sin informar motivos. Con razón la justicia no funciona.
Las fabulosas licencias de los jueces mendocinos
Los tribunales mendocinos están abarrotados de causas. Los juzgados de flagrancias, correccionales, de garantías, deben esperar desde semanas a meses por los debates. Con frecuencia, las causas rebotan de un lado a otro sin juez. Es lo mismo que decir "sin justicia", para nadie. El 90 % de las audiencias judiciales se hacen por las mañanas. Nadie quiere trabajar a la tarde, y el enorme dinosaurio de los tribunales sigue atascado. Sin embargo, este año y hasta noviembre, los jueces mendocinos de todos los niveles y de las cuatro circunscripciones judiciales, se tomaron en total 6.239 días de licencias "extra", aparte de las ferias judiciales de invierno y verano. Todos esos días, hubo que reemplazarlos con otros jueces y conjueces, quienes luego tomaron licencias “compensatorias” por el favor.
6.239 días de licencia en menos de un año equivale a 17 años sin justicia.
La cifra surge de un informe que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza Jorge Nanclares envió el miércoles 29 de noviembre a la Legislatura de Mendoza, en respuesta a un pedido de informes. Los diputados del oficialismo querían saber cuántos días se habían ausentado los jueces de los tribunales mendocinos este año. También querían indagar sobre cuáles de esas licencias especiales –por fuera de los 45 muy generosos días de feria, en la que la mayoría del Poder Judicial no trabaja- eran con o sin goce de sueldo. No se hubiesen molestado, diputados. De los 245 jueces que figuran en las 134 fojas del informe, sólo dos magistrados pidieron un día, y en otro caso, dos días, sin goce de haberes. Los otros 6.237 días los pagamos entre todos. En efecto, el 11 de abril, el camarista civil Sebastián Márquez, de la Primera Circunscripción judicial, pidió una licencia de un día sin goce de haberes. El 17 de mayo, la jueza concursal Lucía Sosa pidió dos días sin goce de haberes, aunque lo hizo en medio de un “combo” de otras licencias.
Contexto
Días atrás, el gobierno congeló un proyecto de modificación integral de la Suprema Corte, pensado justamente a causa del colapso del tribunal. Alfredo Cornejo decidió guardarlo, por la negativa de sus aliados menores, el Partido Demócrata y el Frente Renovador, a consentir la ampliación de los miembros de la Corte. El proyecto adosaba la creación de una sala laboral y varias modificaciones más. Entre ellas, la política de transparencia y publicación de acordadas y actos administrativos de los jueces. También las licencias, claro.
Ahora, a la luz de los datos arrojados por este informe, muy probablemente aquel proyecto será visto con otros ojos por los legisladores. Al menos, en la Legislatura ya tienen a mano una "mapa" indicando en qué se va el tiempo de los jueces.
Las “razones particulares”
La mayoría de la población, que descansa de una a tres semanas y ello si tiene un trabajo en blanco, ignora que los jueces tienen un privilegio divino: Pueden tomar hasta 15 días de licencia porque sí, en cualquier momento del año que lo deseen. No necesitan más que comunicarlo a la dirección de Recursos Humanos, que se las arreglará como pueda, para cubrir las subrogancias. Es que la Corte debería ejercer la superintendencia que detenta, y dar estas licencias sólo si ello no perturbase el servicio de justicia a los ciudadanos. Pero ello no ocurre.
Estas licencias arbitrarias, por “razones particulares” (de uno, dos y hasta tres días, de acuerdo al informe), se piden varias veces al año, en general en días consecutivos o de a pares que se “pegan” a otras licencias, por diversas causas. Y son el motivo por el que los legisladores pidieron un informe. Tenían razón en preocuparse. De los 6.239 días en los que los jueces se fueron a hacer alguna cosa afuera del tribunal, el año pasado; 1.616 pertenecen a las “Razones particulares”. Otros 1.549 corresponden a las licencias compensatorias (jueces que trabajaron en las ferias judiciales o feriados, cubriendo a otros), luego le siguen las “juntas médicas”, es decir, enfermedades largas, por 1.146 días, licencias por motivos de salud variados, por 805 días, 225 días en congresos, 159 en cursos y capacitaciones, 240 de maternidad en sólo dos casos, cuando las mujeres “mortales” que no son judiciales o estatales tienen sólo 90 días. Hubo otros 135 días para cuidar familiares enfermos, y otros casos. También hay licencias por accidentes laborales, por viajar en “representación” de la provincia o del Poder Judicial, por capacitaciones de diversa índole, por exámenes, y hasta tres jueces tomaron un día cada uno para donar sangre. Los muchachos de la construcción que donan sangre, se zampan luego una Coca Cola helada y un par de alfajores o un café con leche con media lunas, y se van a apilar ladrillos.
Los motivos para tomar las licencias son de lo más variados. Pero la “crema” de las vacaciones full de los jueces son los días por “razones particulares”. Aun así, recorriendo en detalle las 134 planillas que adjuntamos en esta nota (ver el inserto), se encuentran perlitas muy valiosas. La jueza de Paz Nora Merletti, de San Martín, viajó una vez al Gran Mendoza para integrar el Consejo de la Magistratura, luego tomó un franco compensatorio por el esfuerzo. Otra magistrada, la jueza de Paz María Marta Guastavino, pidió una "licencia deportiva especial” de seis días con goce de haberes. ¿Qué fallos no se habrán producido en su tribunal? ¿Habrá ganado una copa, al menos? La jueza Guastavino fue seleccionada mayor de hockey, ahora es dirigente y su hija es jugadora.
Sólo una jueza se casó, por lo que le dieron diez días de licencia. Y la ex reina nacional de la Vendimia Marinés Babugia, que es jueza, es también "reina" de las licencias extraordinarias: tuvo 199 días de licencias por diversos motivos (incluso salud y maternidad, está claro). Más las ferias.
El documento al pie de este párrafo, es el listado completo, con todos los jueces, los días de licencia que tomaron, el motivo, y las fechas. Al verlo en su conjunto, es fácil notar que muchos jueces fueron hasta 24 veces a hacer el trámite de una licencia. La otra conclusión es de comedia. Debe ser mucho más difícil en el Poder Judicial organizar las licencias extraordinarias de los jueces, que organizar el trabajo.
Aquí, el informe. Se puede ver a pantalla completa haciendo click en "full screen".
Nota: Link para usuarios de Scribdd.
Las planillas están repletas de curiosidades. Uno de los jueces más “cumplidores” y de poco faltar es Pedro Llorente (sólo tres días de licencias extra), ex presidente de la Corte, que tiene a dos compañeros bastante “viajeros”, como Alejandro Pérez Hualde (14 días en congresos) y Omar Palermo (9 días, también en Congresos).
Entre los siete ministros de la Corte Suprema hay pocas faltas. Quien más tiene es Mario Adaro con 45 días, pero 24 de ellos son licencias por “representación”, es decir cuando estuvo fuera de la provincia, pero ejerciendo su cargo. Adaro es el único juez -además- que publica sus licencias, viajes y motivos en la página del Poder Judicial de la provincia.
Le sigue Pérez Hualde con 38, Omar Palermo con 32 (de los cuales 9 fueron para asistir a congresos), y Valerio con 10 faltas, de las cuales 8 fueron por congresos o capacitaciones.
El presidente del tribunal Jorge Nanclares tuvo 56 faltas, pero 50 corresponden al problema de salud que enfrentó entre marzo y mayo. Y Llorente, sólo tres ausencias.
No hay datos en el informe oficial, respecto del ministro de la Corte Julio Gómez. Es raro, ha estado hace poco en el exterior. Y fuera del tiempo de la feria. ¿Se habrán olvidado de incluirlo?
Hay casos especialísimos de jueces que casi no han trabajado en el año, porque están en “junta médica”. Es decir, tienen algún tipo de dolencia que les impide trabajar por largos períodos. El juez civil y de minas Luis Plana encabeza la lista de Junta Médica con 233 días este año. Le siguen la jueza de paz en el Valle de Uco María Gabriela Jury con 187, el juez de Paz de Santa Rosa Hugo Torino con 136 y el camarista laboral Antonio Sánchez Rey con 112 ausencias por este ítem. Los 17 jueces con carpeta médica concentran 1.146 días de licencia extraordinaria.
Rankings y casos
Hay ocho jueces que faltaron más de cien días. Sesenta jueces, lo hicieron más 30 días. Y siempre teniendo en cuenta que estos días se contabilizan aparte de la feria judicial de todo enero, y de las dos semanas de vacaciones de invierno.
Por razones humanitarias, hicimos un ranking que no tiene en cuenta las carpetas médicas, las razones de salud, la muerte de familiares, los accidentes de trabajo y las maternidades. Es decir, sumamos las ausencias por razones “particulares”, más cursos, conferencias, congresos, exámenes, viajes varios. Sin el médico en el medio, los jueces que más se ausentaron de los tribunales fuera de la feria este año fueron:
Encabeza este ranking el juez de Garantías del Este provincial Ricardo Schulz (63 días), la jueza de Paz María Susana Barcenilla (47 días), la jueza tributaria Alejandra Morcos (43), el juez de Paz Roberto Stocco (41) y la camarista laboral Elcira Bustos De la Roza (39). Hay que decir que estos jueces tienen muchos días “compensatorios” por haber trabajado en feria o cuando no les correspondía. No es menos cierto que el período normal del año judicial, pidieron o debieron pedir licencia.
Hay rankings entretenidos. Los que más participaron de congresos fueron el camarista del trabajo Javier Castrillejo (15 días), el camarista penal Ariel Giménez Hernández (14 días), el camarista penal de menores Carlos Parma (12 días), la camarista penal de menores María Amanda Fontemacchi (10 días) y el juez de la Corte Omar Palermo (10 días). Alguno de ellos, como Palermo y Parma, son eminencias jurídicas internacionales.
De los 245 jueces analizados, sólo 12 no tomaron días de licencia por “razones particulares”. Otros 18 tomaron entre 13 y 15 días. Ello demuestra lo popular que es la “licencia exprés” sin tener que dar motivos, entre los hombres de la Justicia.
Conclusión
Esto no da para más. Y estuvo a la vista de todo Mendoza durante años. Tomamos el trabajo de volcar uno por uno los datos de las planillas originales en un programa de Excel para su análisis.Es imposible mirarlo sin sentir escozor. Con serias dudas además, de que los días de licencia informados por la Corte a la Legislatura sean certeros. En la Justicia hay quienes dicen que las licencias "oficiales" son más o menos como el Indec, cuando estaba intervenido.
Francamente, leer el documento causa vergüenza ajena, cuando recordamos que la mayoría de los jueces no trabaja a la tarde, que no pagan el Impuesto a las Ganancias, que muchos de ellos cobran más de 100.000 pesos, y más de 200.000 también, y que tienen unos privilegios enormes respecto del común de la población a la que deben juzgar. Se pasan gran parte del año judicial afuera de los tribunales. Estas planillas que hemos presentado aquí, dice que los jueces de Mendoza se tomaron un promedio de 25 días cada uno, por fuera de la feria. Por la mayor parte de esos días no deben dar explicaciones a nadie. Tampoco dieron un mejor servicio por todo lo que hayan salido a hacer, que no fuesen sus asuntos particulares.
Atasque judicial, desidia, atraso en los tribunales, convertidos además en depósitos de expedientes que nadie lee, resistencia a las reformas, víctimas sin justicia, y por el otro lado, errores judiciales gravísimos, delincuentes liberados, con las consecuencias que ya conocemos.
Es imposible armar un servicio de Justicia, códigos procesales que funcionen, si en promedio, un juez mendocino cualquiera está afuera de los tribunales 25 de los 190 días que suele tener el año judicial. Sumando feria y licencias especiales, trabajan realmente unos 165 días al año, de los que concurren al tribunal sólo por las mañanas, porque la mayoría a la tarde se dedica a la docencia, a estudiar, o a cualquier otra cosa que no sea dar justicia real. Es decir, trabajan efectivamente poco más de 80 días. Esto es la mitad del tiempo de cualquier ser humano que no sea juez en Mendoza. Con licencias pagas.
Realmente, así no hay manera de que funcione.
Colaboró: Ana Montes de Oca.