Una mañana en un hospital del PAMI

El Post como testigo. El hall como sala de espera menduca.

Una mañana en un hospital del PAMI

Por:Ana Paula Negri
Periodista

Los señalamientos respecto del Hospital Privado, no son nuevos. En 2010, trascendió el caso de una mujer que debió esperar más de seis horas para que un traumatólogo atendiera su quebradura de muñeca.

El dato no es menor, ya que se trata de un centro asistencial que se dedica a atender personas afiliadas al PAMI.

En ese contexto, Mendoza Post decidió pasar una mañana en ese centro de salud, ubicado en la calle Mitre 667 de Ciudad.

Allí, cada mañana docenas de familias llegan para intentar atender sus dolencias físicas. 

Estando allí, este diario pudo constatar lo que solían ser rumores: los abuelos tienen largas esperas, son recepcionados sin demasiada intimidad; la sala de espera resulta su "trinchera" durante varias horas, mientras no tengan que limpiarla, lógico; y los parientes deben hacer estrategias de logística para no tener a los abuelos en una silla de ruedas o simplemente sentados en la sala de espera demasiado tiempo.

En fin, en sólo una hora en la sala de espera El Post pudo observar diferentes irregularidades. A saber:


Abuelos, discapacitados y hasta mamás con sus bebés en brazos deben quedarse parados mientras limpian el piso de la sala de espera a las 9 de la mañana.

Las personas son receptadas por una enfermera que les toma la presión, les mide la temperatura y completa un formulario, en el hall del hospital, delante de toda la gente, con su situación para que luego vuelvan a la sala de espera a seguir esperando.

Una familia completa va a esperar en el hall del hospital hasta las 16 para que ingresen a una sala de pre internación a una abuela para ser operada.

Un abuelo fue atendido, le colocaron una bolsita para recolectar orina y fue de nuevo a sentarse a la sala de espera junto con el resto de la gente sin velar por su intimidad.