Los toros no pueden sufrir daño físico ni psicológico. No se pueden suspender porque son patrimonio histórico y cultural de España.
Cómo son las corridas de toro que no agreden a los animales
La izquierda española logró aprobar un proyecto en el Parlamento de las islas Baleares en contra del maltrato de los toros en las arenas. El animal deberá abandonar el espectáculo vivo y un veterinario lo revisará para constatar que no hay sufrido daños físicos ni psíquicos.
Quienes impulsaron esta norma, apuntaban a abolir las corridas pero la legislación de España las protege como patrimonio histórico y cultural del país.
A pesar de esto, el toro ya no abandonará la plaza arrastrado por caballos y dejando un regadero de sangre a su paso. A partir de ahora, se prohíbe el uso de banderillas, puyas, estoques, espadas y cualquier otro objeto que los pueda herir.
Solo se les permitirá usar el capote y la muleta. Previamente se les realizará una prueba antidoping al torero y a las cuadrillas.
Establecieron que ningún toro puede permanecer más de 10 minutos en la plaza y que solo se permitirán tres toros por espectáculo ( generalemente son seis).
Luego de este tiempo, los animales serán revisados por un veterinario para corroborar "su bienestar físico y psíquico", según dice en el texto.
Para el público también cambian las reglas. Las clásicas botas de vino quedan prohibidas. Y no se podrán expender bebidas alcohólicas en la plaza ni en los alrededores. Los menores de 18 años tendrán vetada la entrada.
Entre los antecedentes más fuertes, Cataluña fue la primera región que prohibió las corridas en su territorio, en 2010, pero un fallo del Tribunal Constitucional dejó la medida sin efecto el año pasado.
Una encuesta de Ipsos encargada por la ONG abolicionista World Animal Protection indicó hace un año que el 19% de los adultos españoles apoyaba de alguna manera la tauromaquia, frente a un 57% que se posicionaba en contra. El rechazo se acentúa entre los jóvenes.