Asociado en un principio a rituales aborígenes, actualmente es considerada una de las razas de perros más identificativas del Perú.
"Viringo", el perro que está de moda
El "viringo", o Perro Sin Pelo del Perú, fue desde un principio un animal despreciado para la compañía. Desde la conquista española, fue considerado como un animal relacionado con rituales aborígenes. Logró vencer los prejuicios luego de su inscripción como raza primitiva en la Federación Cinológica Internacional (FCI), el 12 de junio de 1985.
Claudia Gálvez, presidenta de la Asociación de Amigos de los Perros Sin Pelo del Perú e investigadora de la raza, indicó que los "viringos" sufren de "síndrome de hipoplasia ectodérmica" y pueden ser de raza grande, mediana o chica, pero siempre con un físico "aerodinámico, con un tórax prominente y una cintura estrecha creando una curva que estiliza su figura".
Otra característica de estos perros es la ausencia de premolares, lo que los hace poco dados al ataque, siendo muy buenos como animales de compañía "son un perro muy afectuoso, muy cálido con su dueño, aunque nervioso con los extraños".
La investigadora indica que en un principio se los confundía con perros sarnosos, por eso se los rechazaba y agregó: "Tuvieron que tocarlo, sentir la suavidad de su piel, la calidez de su temperatura, para empezar a apreciarlo".
Hasta fines del siglo XX, su crianza estuvo relacionada a viejas costumbres o como parte de la medicina tradicional, donde se lo usaba como calmante para el reumatismo, debido a la calidez de su piel.
En el año 2001 fue catalogado como patrimonio cultural de Perú y "especie a preservar". El cambio de actitud para el perro "Calato" (desnudo, en quechua), como también se lo conoce, tomó décadas. Actualmeten, es considerado como una pieza fundamental de la identidad peruana, donde se lo puede ver en ilustraciones, camisetas, revistas y diarios.