Calu Rivero se mudó a Nueva York y confesó lo que no esperaba en la vida

La it girl argentina ahora vive en la mayor ciudad cosmopolita del planeta sola con su perra Liona. Dijo que nunca soñó con tener... Imperdible.

Calu Rivero se mudó a Nueva York y confesó lo que no esperaba en la vida

Por: Mendoza Post

El éxito de Calu Rivero es bastante misterioso. Una joven de 30 años que marca tendencia y por eso es considera influencer. Un comentario suyo en las redes sociales sobre una marca vale miles de dólares. Es que tiene más de un millón y medio de seguidores y, por lo tanto, las empresas saben que ella misma puede ser una especie de industria de la publicidad.

Calu fue criada en Córdoba pero nació en Catamarca. De adolescente quería ser actriz pero finalmente tuvo más éxito como modelo siendo imagen global de Nike y estableciéndose en Nueva York, a la espera de proyectos generados por la poderosa agencia The Society Management, la misma que gestiona las carreras de top models como la brasileña Adriana Lima o la californiana Kendall Jenner.

En 2007 Carla Soledad Rivero -su nombre real- trabajó en series como Son de fierro, Lalola, Patito Feo. Pero antes , lo primero que hizo fue estudiar actuación con Norman Briski.  

El diario Clarín le realizó una entrevista hace pocos días luego que se instalara en Nueva York. Desde allí contó: “El año pasado mi domicilio fue el aire -arranca Calu-, mi energía me pedía viajar: estuve en Tokio, Berlín, New York... Este año sentía más ganas de establecerme. Igual, siempre me divierte estar con una pata en Argentina y otra dando vueltas. Y como firmé con The Society..., y la agencia está en New York, tengo que estar allá, obvio, por las posibilidades que ofrece tanto como modelo como con la actuación...”

-¿Con quién te vas?

-Sola. Bah, no, con Liona.

Liona es un bulldog francés hembra, que es la raza que se lleva en estos días en el planeta fashion. Al igual que su dueña, Liona tiene su propia cuenta de Instagram, que es lo que estila en estos días en el mismo planeta.

-¿Y en qué zona de Manhattan...?

-No, para vivir prefiero Williamsburg, en Brooklyn. Manhattan me da muy consumista. Williamsburg es más barrio, más relajado, otra energía.

-¿Cómo fue esa experiencia?

-¡Guauuu! Llegar acá a los 19 y que mi profesor fuera él, me marcó. Más que como actor, Briski te forma como persona.

-¿La modelo se está comiendo a la actriz?

-¡Para nada! O sea, yo voy a grabar y tengo un goce que no lo vivo ni con la música, ni con las fotos, con nada. De hecho, ahora estoy con Sandro, la serie de Caetano, un producto que para mí va a ser un clásico: agarra a tres generaciones, tiene todo.

-Para vos será una obviedad, ¿pero cómo explicarías en criollo qué es esto de ser una it girl?

-Es que nos encanta poner rótulos. En un momento vos gugleabas Calu y te salía atrevida: “su look atrevido...”, todo lo que yo hacía era atrevido. Después pasé a ser it girl, que vendría a ser LA chica del momento. Y con este fenómeno de las redes, todo se multiplica: basta que te pongas tal pantalón, un sombrero o un determinado look, y un día, sin darte cuenta, ves que sumás y sumás followers...

-Por cierto, ¿hoy por hoy, cuántos seguidores tenés en las redes?

-Ay, no sé, pará...

Dice, agarra su celular y chequea sus cuentas de Instagram y Twitter:

-Un poco más de un millón y medio...

-Y... ¿qué se siente?

-¡Guauuu! Es fuerte: y no puedo hacerme la boluda sobre la responsabilidad que significan tantos followers. Por eso, en mis post aprovecho para contar cosas que para mí ayudan a mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de la gente.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, no me vas a ver con nada de cuero animal. Todo lo que uso es cruelty-free...

-¿Perdón...?

-...que no uso ningún material que provenga de animales. No te voy a mentir: yo también me ponía un chaleco de cuero. Pero desde hace unos años, nunca más.

-¿Y cómo es eso de vivir en las redes sociales?

-¿Vos leíste a Bauman?

-No.

-Tenés que leer Ceguera Moral. Ahí habla bastante de la cultura de los mediáticos y de este fenómeno de las redes...

Se entusiasma Calu, y subraya un concepto de Zygmunt Bauman, el influyente sociólogo, filósofo y ensayista polaco, fallecido en enero de este año, que de pronto parece estar en boca de todos.

-Bauman explica que la gente empezó a desconfiar de los medios: hoy prefiere creerle más a una persona en particular. Y esto explica el fenómeno de los influencers, un poco el rol que yo ocupo dentro de la campaña que hago con Nike (ver recuadro abajo). Y otra cosa que pasa es que de pronto decido cerrar mi WhatsApp, ¡y eso se convierte en noticia!

-¿Y se puede saber por qué lo cerraste?

-De pronto me empecé a sentir invadida. Sentí que la calidad de mis conversaciones se empobrecía. Nos juntábamos con mis amigas ¡y ya habíamos hablado todo por WhatsApp! Te digo, desde que lo cerré, me levanto y siento que mi cabeza está más libre, mirá el ruido interno que me haría.

-Me aclararon que no querés hablar de amores...

-Es que ya no quiero exponer esa parte de mi vida...

Dice Calu, o sea, que no va a hablar de Emmanuel Horvilleur ni del Chino Darín ni de Polito Pieres, tres de sus parejas más conocidas.

-Entiendo, pero te pido una excepción semántica por lo de “brillantina”...

-Por cierto, repasando tu vida -chica catamarqueña que viaja a Buenos aires para ser actriz y termina instalada en Nueva York, con miles de followers... ¿Soñabas con una historia tan brillantina digamos?

-¡Jamás! En mi vida soñé ni con tantos likes, ni con tantos followers...

-Bueno, la contracara serían las memes, ¿no? Por lo que vi, también te pegan bastante...

-No te voy a mentir, al principio me afectaba. Pero ya no les doy bola, que digan lo que quieran.

-¿Alguna receta en especial?

-Terapia, desde hace cinco años.