Se trata de Alejandro Prádenas, quien estaba prófugo de la Justicia.
Detuvieron al padre de Micaela Reina, 10 años después del crimen
Una década atrás, tenía lugar uno de los más aberrantes crímenes ocurridos en nuestra provincia: la violación y homicidio de Micaela Reina, una niña de 12 años cuyo cuerpo fuera encontrado en una bodega abandonada en Guaymallén. El fin de semana, su padre, Alejandro Prádenas, fue atrapado en la Quinta Sección de Ciudad.
Prádenas estaba condenado por secuestrar, violar, y asesinar a la pequeña, pero permanecía prófugo mientras reclamaba su absolución. El fin de semana fue detenido por miembros de la fuerza policial que realizaban acciones preventivas y, al revisar sus antecedentes, se percataron que se trataba del criminal buscado desde 2009, cuando fuera condenado. Ayer, fue alojado en el penal de Boulogne Sur Mer.
El cuerpo de Micaela fue encontrado el 17 de mayo de 2007 en una bodega abandonada ubicada sobre Sarmiento al 700 de Guaymallén. El cadáver flotaba en una pileta, con signos de abuso sexual.
El primer sospechoso por el crimen fue Apolo Díaz, un indigente que se encontraba en la zona cercana a la bodega y con manchas de sangre en su ropa. Posteriormente se determinó su inocencia, luego de un proceso judicial complicado, por lo cual quedó absuelto.
Dias antes de que fuera encontrado el cuerpo de Micaela, Marta Reina, su madre, había denunciado la desaparición de su hija y había señalado al padre de la niña, Alejandro Prádenas, como responsable. El propio Prádenas se presentó ante la justicia y dijo no tener nada que ver con el crimen.
Finalmente, en 2009, la Quinta Cámara del Crimen condenó a Prádenas a la pena de seis años de prisión por el crimen de “delito de privación ilegítima de la libertad en días anteriores a su muerte”. Luego, en junio de 2010, la Sala Penal de la Suprema Corte elevó la condena a 15 años de prisión, pero Prádenas se dio a la fuga.
Las pericias forenses determinaron que Micaela falleció por asfixia. Una mancha en su pantalón encontró fluidos pertenecientes a Ramón Duarte, pareja de la madre. Marta Reina fue acusada de participar en el crimen de su hija como “entregadora”, y su pareja, Duarte, imputado por abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte. En noviembre de 2014, finalmente, la Séptima Cámara del Crimen los absolvió y el crimen quedó impune, hasta el fin de semana pasado, con la captura de Prádenas.