La tenista de 29 años, que estuvo suspendida por doping, brindó una nota a Vogue y no se guardó nada.
Sharapova posó para una revista y confesó intimidades
La tenista Maria Sharapova es una de las mejores jugadoras del circuito WTA en paralelo de que asombra su belleza. Desde casi una niña, cuando tenía 17 años, fue buscada por las grandes marcas para campañas publicitarias. Claro, una chica hermosa, joven, talentosa y ganadora son cualidades que las firmas quieren que sean asociadas a sus productos. Luego, al crecer, fue desafiante y el último mal momento de la rusa de 1.88 metros fue el doping positivo por lo que fue suspendida de las canchas. Ya volvió a jugar y casi en forma simultánea le dio una entrevista para la revista Vogue
María fue retratada por Annie Leibovitz, la célebre fotógrafa que inmortalizó el amor de John Lennon y Yoko Ono poco antes de la muerte del ex Beatle, y que también patentó a la actriz Demi Moore para Vanity Fair cuando tenía 7 meses de embarazo, entre muchas otras recordadas producciones.
Más allá de la escultural imagen que captó la cámara, Sharapova confesó sus sensaciones en una charla íntima, en la que dio algunos detalles de su vida fuera de los courts producto de la suspensión por 15 meses por doping, castigo que concluirá oficialmente el 26 de abril.
En un tramo de la conversación con el periodista, la tenista rusa mencionó: "El año pasado, mi consumo de alcohol fue mucho más que nunca en mi vida. ¡Pero fue porque en realidad tuve una vida social!". Contó que se tomó el tiempo para viajar a lugares adonde nunca había ido, como Barcelona y Croacia, y exploró Londres en plan turístico, más allá de sus múltiples participaciones en Wimbledon, donde ganó en 2004.
Reveló que siguió cursos de verano sobre gestión estratégica de marcas y liderazgo en la Escuela de Negocios de Harvard, y continuó con pasantías cortas e intensas en la NBA, una agencia de publicidad londinense y Nike. "Me encanta estar en movimiento", sentenció Sharapova, que dio más detalles acerca de la administración de su tiempo libre. "El circuito de tenis define tu horario. Por tratarse de un factor de tanto control, me sentía muy liberada y podía tomar las cosas con mis propias manos". Siempre en tono intimista, reveló que salió con más de un hombre al mismo tiempo por primera vez: "¡Ni siquiera sabía qué diablos era eso!. Me decía a mí misma 'Esto es realmente nuevo'".
Una vez que se conoció la sanción por dóping, algunas de sus colegas fueron especialmente duras con ella, a raíz de su personalidad. Una de las más críticas fue la eslovaca Dominika Cibulkova, que en su momento atacó: "Es una persona arrogante, engreída y fría. Cuando me sentaba a su lado en el vestuario, ni siquiera saludaba". Respecto de las opiniones en el WTA Tour, Sharapova le dijo a Vogue: "Paso el menor tiempo en el vestuario que me sea posible porque he creado otra vida. Tengo familia, tengo amigos. Y cuanto menos tiempo paso allí, más energía tengo para ellos. Soy respetada por lo que hago en la cancha, y eso es mucho más significativo para mí que alguien diga que soy una chica agradable en un vestuario".
Mirando hacia atrás respecto de la sanción por la sustancia meldonium, Sharapova señaló que el verdadero castigo "fue el proceso de juicio", durante esos meses agonizantes de defensa ante la Corte. "Si intentaba esconder algo, no creo que le hubiera dicho al mundo que estuve tomando un medicamento durante diez años. Si realmente estaba tratando de tomar la salida fácil, eso no hubiese sido una cosa muy inteligente".
Desde muy chica, Sharapova se afincó en los Estados Unidos para construir su carrera profesional en el tenis, aunque ella asegura que mantiene un arraigo importante con su patria: "Llevo una gran parte de mi país en mi alma. Cuando recibo a la gente en casa, pienso en el té de la tarde de mi abuela. Recuerdo que estaba alrededor de libros de Tolstoi y Pushkin y mi madre recitaba poesía".
La creadora de la marca de dulces "Sugarpova" no ahorró elogios hacia una de sus grandes rivales, Serena Williams ("Estamos alineados entre sí por nuestras diferencias, nuestro juego, nuestras ganancias; el respeto que tengo de ella es enorme") y habló de su tenacidad mental: "No hay duda de que esa resistencia que he construido desde cero me ayudó, pero eso no significa que no sea vulnerable".
Sharapova se reconoce como un "ser humano demasiado difícil" y admite un sueño: "Realmente quiero tener hijos, pero estoy muy enfocada en mi trabajo. Honestamente, ésa es una gran razón por la cual muchas de mis relaciones no han funcionado para mí. No puedo vivir con la sensación de que he sacrificado una cosa por la otra. Odio la palabra equilibrio. ¿Qué es el equilibrio? Porque si es cincuenta y cincuenta, eso significa que sólo estás dando el 50 por ciento a ambas cosas".
Una de las cosas que más le llamó la atención durante su período de inactividad fue el acercamiento del ciudadano común hacia su figura: "Desde que todo esto pasó, he tenido muchos desconocidos que se acercaron a mí. Como los cocineros que salen de la cocina, o los pilotos que salen de la cabina para decirme algo. Es muy alentador. He tenido una visión de túnel sobre mi carrera, y no me había dado cuenta del efecto que generé en la gente. Eso me voló la cabeza".